Cuarenta y siete. Preparativos (parte uno)

362 24 2
                                    

SOFÍA.

Después de un mes de aquella propuesta de matrimonio tan de sorpresa, aún miraba el anillo en mi mano y no me lo creía. En unos meses sería la esposa del famoso actor británico Tom Felton.

Habíamos hecho una comida con sus padres y los míos para darles la noticia. Nuestras madres se pusieron a llorar, mi padre casi llora también y el padre de Tom, aplaudió en cuanto les dimos la noticia.
- Por fin se casa mi pequeño Tom- dijo el hombre.

Christine no me dejó sorda de puro milagro después de darle la noticia y le echó en cara a James que ya podía pedirle a ella matrimonio. A mi amigo no le dio un infarto de puro milagro al oír en ese momento aquello.

Paul se alegró muchísimo de la noticia. Él, quien era como hermano para mí, me abrazó fuerte al enterarse. Se alegraba de esa noticia después de tantas cosas malas.

En el trabajo, todo iba bastante bien. Alice y yo llevábamos juntas todo aquello. Si nos veíamos más apuradas, llamábamos a Hannah y ella nos ayudaba. Pero, en general, entre las dos podíamos con todo.
Todo iba bien, en general. Y era lo que me importaba.

Una mañana de sábado, de a mediados de febrero, estando acurrucada junto a Tom en su cama, con uno de sus brazos por encima de mis hombros y su otra mano, entrelazaba sus dedos con los míos, me dio un beso en la cabeza y dijo:
- ¿Qué fecha te gustaría para casarnos?
- Pues no sé... La verdad que aún no había pensado en ello. Quizás verano o en septiembre.
- Septiembre no estaría mal. Es un mes especial para los dos. Pero tendríamos que esperar sietes largos meses para casarnos.- bufó.
- Tom, una boda no se prepara en tres días- reí.
-¿Y si vamos al juzgado y firmamos el papeleo? Nos ahorramos muchos pasos- dijo jugueteando con nuestros dedos.
-¿Donde está el Tom Felton romántico que conocí?- pregunté aguantando la risa.
- ¿Y qué más da todo? Yo solo quiero que seas mi esposa- dijo intentando ponerse triste.
Me incorporé un poco para verle la cara.
- Tom, más de una vez me has dicho que quieres una boda de lo más tradicional, no me vengas ahora con prisas- dije sonriendo.
- Vale, ¿Con flores y toda la parafernalia?- preguntó y, está vez, sonrió.
- Con flores y toda la parafernalia- dije y me acerqué a besarlo.

-Pero, ¿Qué prisas tiene Tom en que os caseis ya?- preguntó Chris mientras cambiaba el pañal a Lucy en mi sofá.
Había venido a mi casa con Paul después que cerrara la tienda aquel viernes.
- Sofy, no será que...- comenzó a decir Paul.
- ¡No, no! No seáis mal pensados. No estoy embarazada ni nada de eso. Sólo estamos preparando la boda. Son muchas cosas...
Me senté en el sofá, mientras Chris cogía a la niña en brazos. Suspiré y mis amigos me miraron.
- No te preocupes, Sofy, nosotros te ayudaremos en todo lo que podamos.- dijo Chris con una sonrisa.
- Exacto. Vas a ser la novia más bonita que haya, ya lo verás. Te mereces todo lo bueno que te está pasando con Tom- dijo Paul quien se levantó del sillón donde estaba y se sentó a mi lado, en el reposabrazos del sofá.
Pasó un brazo por encima de mis hombros y me apretó contra él. Mi amiga, cogió mi mano y también la apretó.
- No quiero pensar en todo lo que me viene encima- sollocé llevándome una mano a la cara.
- Piensa solo en que vas a ser la esposa de Tom Felton, vas a tener la suerte que todas sus fans quisieran tener- dijo Chris.
La miré con una leve sonrisa.
Si, la verdad era que Tom era mi suerte.

Febrero pasó y marzo llegó.
El día en el que hizo un año que Tom me pidiera que fuera su novia, fuimos a cenar a un bonito restaurante y me regaló unos bonitos pendientes. Yo le regalé unos bonitos gemelos con sus iniciales.

Tom insistía que me mudara ya con él, pero yo le decía que no.
- Pero, ¿por qué no? Si estás aquí más tiempo que en tu casa, Sofía. Además, tienes ya medio vestidor para tus cosas, en el baño hay sitio para tus cosas, hemos puesto el salón como a ti te gusta, la cocina es tu territorio...
- Tom, no insistas...
- Sofía... Sabes que quiero que vivamos juntos... - dijo en tono desesperado.
- Ya queda menos, tesoro- respondí.
- Si, solo seis largos meses...- sollozó- Y eso que prácticamente vivimos juntos...- insistió.
- No me insistas más, Tom- dije aguantando las ganas de reír.
Se llevó las manos a la cara a modo de desesperación.
- Voy para treinta y seis años y mi novia no quiere vivir conmigo. Será que soy ya muy viejo para ella...- dijo algo dramático.
- Tom, estás mucho mejor ahora que cuando tenías quince años, así que deja de exagerar. Además, ya tendrás tiempo de hartarte de mí cuando sea tu mujer- dije y me acerqué a él.
Estábamos sentados en el sofá de su casa. Me acogió entre sus brazos.
- Nunca me cansaré de ti, cariño- dijo volviendo a ser el de siempre.- Quizás, cuando yo sea un viejo al que le tengas que hacer todo, entonces te canses de mí. Cuando ya no te pueda cantar, ni acariciarte...
- No podría cansarme de ti jamás, Tom... Tú eres mi motor, no lo olvides.
Él sonrió de esa manera que tanto me gustaba y yo me quedé pensando en que era la persona con más suerte del mundo.

Me quedé algo sorprendida cuando, un día en el trabajo, Andrew llegó con un Tom algo alborotado y otra chica pegada a sus talones. Mi hermano venía muerto de la risa, mientras mi novio venía algo desesperado. Me miró como pidiéndome ayuda. No entendía nada.
Iba a preguntar qué pasaba cuando la chica habló:
- Buenas, soy Natalie Jordan, su organizadora de bodas. Me ha contratado su hermano Andrew para ayudaros a su prometido y a usted ha organizar su boda. Supongo que, como él es un actor famoso, en la lista de invitados habrá muchos famosos. Cuando tengan la lista de invitados, tendrá que pasármela, pues hay que organizar la seguridad. También, para ver el sitio de la celebración...- empezó a decir la chica, de era algo más alta que yo, castaña y pelo corto. Era delgada y estilizada, vestía con un bonito vestido verde con chaqueta negra.
- Un segundo, por favor. ¿Quién te ha dicho que necesite una organizadora de boda, Andrew?- pregunté juntando las cejas y mirando a mi hermano. Salí de detrás del mostrador.
- Eso mismo le he dicho yo- dijo Tom quien se pasaba la mano por la cabeza.
Se veía agobiado.
- Solo quería ayudaros un poco, hermanita- dijo mi hermano con una sonrisa.
- Ya veo. Sin consultarme. Es mi boda, Andrew, la vamos a organizar entre Tom y yo como bien podamos. Te agradezco la ayuda, pero déjame organizarla yo.
Me di cuenta que la chica nos miraba a mí hermano y a mí. Lo sentía por ella, pues era su trabajo, pero como le había dicho a mi hermano, era mi boda y quería organizarla yo, no delegar el trabajo en otra persona.
Mi hermano asintió. Se dirigió a la chica y le dijo:
- Natalie, nos vamos. Estos novios no necesitan ayuda.- la chica asintió- Lo siento, Sofía.
- Gracias, de verdad. - dije y mi hermano se fue, dejándonos a Tom y a mí solos allí.
Mi novio se acercó a mí y me abrazó.
- ¿Crees que podamos solos?- preguntó.
- Si no morimos en el intento, creo que si- respondí.
Tom me abrazó más fuerte y me dio un beso en la cabeza.

Christine y Alice junto a Hannah, me pidieron permiso para poder organizar la recepción de la boda, la tarta y los postres que se servirían en mi boda. Por supuesto que les dije que sí.
Hannah también me ofreció hacer el menú de la boda, pues su familia tenía una empresa de catering y, por lo que había oído, era bastante buena. Lo hablé con Tom y me dijo que si, que no había problemas.
- Como tú quieras, mi amor- decía - Tú eres la que entiende en el ámbito culinario. Yo me ocupo de la música. Podemos contar con Andrew para la decoración, si no está enfadado con nosotros después de aquello.
- No está enfadado. Yo también he pensado en él para eso. Lo llamaré enseguida para decirle- dije y cogí mi móvil para llamar a mi hermano.
Era obvio que no estaba enfadado. Es más, aceptó encantado.

Paul, quien era tan organizado, y después de saber lo que pasó en la pastelería con la organizadora de bodas, me regaló una agenda para organizar yo la boda. Me gustó mucho, pues me ayudó muchísimo en saber que hacer y cuándo.

La verdad, es que no me podía quejar de mis amigos. Tenía los mejores del mundo.

A mediados de marzo, Tom tuvo un evento al que acudió solo a petición mía. No tenía ganas de ir aquella vez y preferí que fuera solo. No me llevaba bien aún con tantos periodistas y focos y todas esas cosas. Aunque sabía que tendría que hacerlo.
Así que allí estaba yo, en mi casa, acostada en mi cama y escuchando llover. Y así me quedé dormida.
No sé qué hora sería, cuando lo sentí abrazarme por la espalda. Me besó en el hueco del cuello y me giré hacia él.
- Tom...
- Duerme, mi vida.- susurró.
Mi cuerpo reaccionó sólo. Me pegué a él y rocé sus labios con los míos mientras colaba una de mis manos por debajo de su camiseta. Sus manos me pegaron más a él, con lo que aproveché para subirme encima de él. Me quité la parte de arriba del pijama y las manos de Tom se deslizaron hasta mi cintura, mientras las mías hacían lo propio para quitarle la camiseta. Se sentó en la cama conmigo sobre sus piernas, pero de un gesto rápido, me tumbó en la cama.
Nos terminamos de desnudar.
- Hazme tuya, Tom- le susurré y enrredé mis piernas sobre sus caderas.
- Como digas, amor- dijo Tom y entró en mí, haciéndome gemir de placer.
No podía describir lo que sentía cuando hacíamos el amor, pues él era todo dulzura y pasión.
Me agarré a sus fuertes brazos cuando sentía que llegaba a la cima. Él no tardó mucho en seguirme.
- No veo el momento de llamarte señora Felton- dijo abrazandome cuando terminó todo
-Ni yo de convertirme en tu esposa.

Este capítulo va dedicado a AlmudenaIzquierdoMu1. Feliz cumpleaños, amiga!!!!

Dulce Amor (Completa)Where stories live. Discover now