Cuarenta y nueve. Un verano diferente.

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SOFÍA.

Junio llegó y prácticamente, todo estaba organizado para la boda, a falta de enviar las invitaciones, que lo haríamos en julio, para que los invitados tuvieran tiempo de confirmar si podían venir o no.

Había ido a la prueba del traje de novia y todo estaba perfecto. Me quedaba a la perfección. Me llevé el vestido y lo dejé, junto a todos los complementos, en casa de mis padres, pues allí me vestiría el día de mi boda.

Junto a Alice, Chris y Hannah, quien se incorporó a la tienda también, acordamos en no recoger más pedidos desde el uno de septiembre. Así, podríamos dedicarnos a los últimos pedidos. Además, ellas me pidieron que desde ese día, no fuera a trabajar. Como dijo Hannah, así también podrían ellas dedicarse a hacer los dulces y la tarta para la boda.

La boda sería el sábado dieciséis de septiembre, a las doce de la mañana, en una bonita iglesia de Londres.

Tom seguía rodando la serie en la que estaba trabajando. Y no sé por qué, pero cada día me parecía que estaba más guapo.  Sería que estaba más enamorada de él cada día.

Los medios de comunicación, ya se habían echo eco de nuestra boda. Raro era el día que no me tropezara un periodista cerca de mi trabajo o algún fotógrafo. Aunque la verdad, seguía teniendo intimidad y no se metían mucho en mi vida privada. Simplemente, publicaban algunas fotos con Tom y decían que cómo sería mi vestido o como iría él vestido o poco más. Agradecía que no se metieran tanto en mi vida.

A principios de julio, Tom me pidió que nos fuéramos de vacaciones. Había terminado de rodar la serie y yo también estaba de vacaciones. Habíamos cerrado unos días la tienda para aprovechar y descansar todas.
- ¿De vacaciones donde, Tom?- pregunté.
Estábamos en mi casa, sentados en el sofá, con Blanquito ronroneando en mis piernas.
- No sé... ¿Te apetece Italia?, ¿Francia, España? Cualquier lugar contigo sería fantástico.- dijo él, se veía emocionado.
Lo miré, mientras acariciaba a mi gato. La verdad que la idea era tentadora de irme con él, los dos solos.
- Estaría bien, sería como una luna de miel anticipada.- respondí.
- Si, algo así... Dime, ¿dónde te gustaría viajar?- preguntó.
- No sé... Sorpréndeme- dije y sonreí.
Hizo un gesto como el que pensaba, después sonrió y dijo:
- Está bien. Te sorprenderé gratamente.
Este hombre, cualquier día podría matarme con esa sonrisa.
- Oye, Tom, ¿te he dicho que estás guapísimo con las gafas?- pregunté sonriendo de medio lado.
- Creo que alguna que otra vez, pero dímelo tantas veces como quieras, por mí encantado.
La verdad, es que me gustaba tanto con gafas que estaba por decirle que, el día de nuestra boda, se las pusiera. Si, no sería mala idea.

Los días avanzaban y, a mediados de julio, Tom me dijo que lo habían invitado a un evento. Quiso que lo acompañara, más bien me rogó que lo hiciera. No le apetecía hacerlo solo. Y lo hizo con tanta pena, que le dije que sí.
Y allí estaba yo, preparándome para aquel evento, con un espectacular vestido verde esmeralda, de finos tirantes, los cuales se cruzaban en mi espalda, descubierta en su totalidad. Con escote en forma de U y con una abertura en la pierna izquierda, siendo largo hasta los pies.
Me habían peinado con un elegante recogido, adornado con unas horquillas de pequeñas flores en plata.
Llevaba también unos pendientes de perlas, junto a un collar también de perlas. Mis zapatos, eran de finas tiras en color plata con un alto tacón.
Un suave maquillaje completaba el conjunto.
Bajé al salón, donde me esperaba un guapo Tom Felton con un esmoquin negro, camisa blanca y corbata en tonos verdes, a juego con mi vestido.
Sonrió nada más verme.
Me acerqué a él, me cogió de la mano, donde tenía el anillo de compromiso, y me la besó.
Salimos de la casa, conducía él, y nos dirigimos hacia el lugar del evento.
Llegamos a una preciosa mansión, donde Tom dejó el coche a un chico que se dedicaba a aparcarlos, que quedó alucinado al ver el Lamborghini de mi novio.
Cogió mi mano, nuevamente, y nos dirigimos hacia la entrada de la mansión. En la puerta, nos recibieron una pareja algo más mayores que nosotros.
- Buenas noches. Es un placer verte, Tom- dijo la mujer.
Tenía el pelo algo canoso, recogido similarmente a mí. Llevaba un elegante vestido negro de satén de manga al hombro y zapatos de salón.
- Muchas gracias, Ruth. Lo mismo digo. Buenas noches, Tony- dijo Tom dirigiéndose al hombre, al que apretó la mano.
- Igualmente, Thomas. ¿Esta belleza que está a tu lado es tu prometida?
El hombre me miró de arriba abajo de una manera que me incomodó.
- Si, ella es Sofía, mi novia.- dijo Tom con una sonrisa y mirándome.
- Es preciosa. Enhorabuena, Thomas.
Agradecí que llegarán más personas y tuviéramos que entrar dentro. Pasamos a un salón donde había más gente. Había camareros con bandejas ofreciendo bebidas y canapés a los invitados.
- Se trata de una subasta, para conseguir dinero para un orfanato- me dijo Tom mientras miraba a tanta gente.
Con razón había tantos famosos por allí.
Durante la velada, muchos rostros conocidos, se acercaron a Tom, quien no se separaba de mí en ningún momento, bien con la mano por mi cintura o agarrándome de la mano.
Y lo agradecería, pues había algunos hombres entrados en años, que me miraban de manera no muy agradable. Cosa que me incomodaba.
Cuando terminó el evento y me monté en el coche de Tom, solté tal suspiro de alivio que hasta él me miró sorprendido.
-¿Qué te pasa, amor?- preguntó.
- No me gustaba como me miraban algunos hombres. Parecían que me querían comer- dije mientras Tom arrancaba el coche.
- Tranquila, mi vida. Aquí sabemos que el único que te puede comer, soy yo.- dijo guiñándome un ojo, lo que provocó que me riera- Lo que pasa que dirán, mirad a ese que está a punto de cumplir cuarenta años y la jovencita que lleva al lado.
- Tom, aún te quedan varios años para cumplir los cuarenta años. No digas tonterías.- reí.
- Pero no me niegues que me tienen envidia por la novia tan bonita que tengo- respondió poniendo su mano sobre mi pierna.
- Tom... - logró que me sonrojara.
Rió, pues sabía lo que había provocado en mí.

Dulce Amor (Completa)Kde žijí příběhy. Začni objevovat