Treinta y uno. Billete de avión.

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Los días pasaban a una velocidad tremenda. Mayo pasó en un suspiro y junio llegó. Agradecí que los pedidos hubieran parado un poco. Llegaban muchos aún, pero al menos, no tan seguidos. Al menos, teníamos tiempo entre unos y otros.
Seguíamos bien organizadas. Alice y yo llevábamos muy bien todo cuando Chris tenía alguna cita en el médico. Cosa que era muy a menudo. Sabía lo poco que le gustaban los médicos, pero tenía que hacerse muchas revisiones y controles con el embarazo. Lo llevaba como mejor podía. No le quedaba de otra.

La ayuda de Alice venía muy bien, así al menos no estaba sola en la tienda tanto tiempo. Nos conocíamos de la escuela de pastelería y era una excelente chica. Me alegraba tenerla allí conmigo, pues nos hicimos amigas desde primera hora en la escuela. Era rápida entre las máquinas y entre las dos, sacábamos los pedidos que nos llegaban mientras Chris no estaba.

Seguía echando muchísimo de menos a Tom. Hablábamos todos los días varias veces, aunque él tenía que adaptarse a mis horarios. La diferencia horaria nos traía locos a los dos junto a la distancia. Pero lo llevábamos mejor posible.
Deseaba verlo a cada minuto que pasaba. Un mes sin verlo ya era mucho. Lo echaba mucho de menos.
- Es normal después de todo lo que ha echo por ti- dijo mamá un domingo que había ido a comer a su casa.
- Si, Tom se ha portado contigo como nadie. Se ve que te quiere muchísimo, hermanita- añadió Andrew- Además, me cae bien desde un principio, compartimos nombre.
Sonreí y noté como papá me cogía de la mano, pues estaba sentada a su derecha.
- No te desanimes, hija. Pronto lo verás, ya lo verás. Quién sabe si antes de lo que te esperas. - dijo papá.
- Ojalá, pero estoy a tope en el trabajo.- dije desanimada.
Mi hermano soltó una carcajada. Levanté la vista hacia él. Me sonrió de esa manera en la que sabía que algo me ocultaba. Dirigí la mirada hacia mi padre y luego a mi madre, quienes sabía que algo ocultaban. Los miré sin entender nada. Mamá se levantó de la cama y se dirigió a un mueble del salón. Abrió un cajón y vi que sacaba algo. Se volvió a dirigir a la mesa y se sentó. Le pasó a papá un sobre. Andrew me miró con una amplia sonrisa.
- Hija, esto que hay aquí dentro, sé que te va a alegrar la vida. Tú sabes que te apoyamos en todo. No hemos visto mal, en ningún momento, tu relación con Tom. No nos ha importado la diferencia de edad, y mucho menos después de lo que pasó y lo vimos sufrir tanto o más que nosotros. No dudamos de lo que te quería cuando entró a por ti en el aquel lugar. Mi niña, creo que Tom es tu alma gemela. Por eso, mamá y yo hemos decidido darte esta pequeña sorpresa.- dijo papá y extendió el sobre hacia mí.
Lo cogí con las manos temblorosas. Miré a mi familia y todos sonreían. Abrí el sobre y las lágrimas llenaron mis ojos. Dentro, había un billete de avión hacia Los Ángeles para mañana. Me levanté y abracé a mi padre, sin poder evitar llorar. Papá me abrazó también.
- No llores, Sofía. Sabíamos que te haría ilusión.- dijo.
Me separé de él y me dirigí a mamá. También la abracé.
- De verdad, muchas gracias. No sé cómo agradecerlo. Os quiero mucho.
- Ya está, no te preocupes. Te lo mereces, mi niña.- dijo mamá.
- No te tienes que preocupar por nada. Christine ya lo sabe todo y ella junto a Alice llevarán la tienda sin problema. Además, yo mismo les echaré una mano en lo que pueda. Para eso estamos los hermanos. - dijo Andrew mientras aún permanecía abrazada a mamá.
Me separé de mamá y me acerqué a mi hermano y le di un beso en la mejilla.
- Sois los mejores, de verdad. No sé lo que haría sin vosotros- dije aún llorando.
- Solo ser feliz, mi niña- dijo papá.
Sonreí. Amaba a mi familia más que a nada en la vida. Ellos, Tom, Christine y Paul eran las personas más importantes de mi vida.

Después de aquella sorpresa, me fui para casa. Tenía que preparar todo para el viaje. Mi estancia en Los Ángeles duraría una semana. Mamá dijo que ellos se quedarían con Willow y Blanquito mientras estuviera fuera.
Metí en la maleta todo lo necesario y justo cuando estaba cerrandola, Tom me llamó por teléfono. Él no sabía nada y quise darle una sorpresa.
- ¡Hola, amor!- dije.
- ¡Hola, mi vida! ¿Qué tal el día?- preguntó.
- Bien, he estado almorzando con mis padres y mi hermano. Y ahora ya estoy aquí en casa, arreglando unas cosas para mañana. ¿Y tú?
- Yo bien también. Aquí que voy a almorzar...- hizo una pausa.- Estoy deseando verte, Sofía. Llevamos más de un mes separados.
Oí como suspiró y tuve que aguantarme las ganas de reír y decirle que iba para allí al día siguiente.
- Tranquilo, ya queda menos, mi amor. Quizás pronto nos vemos.- dije sonriendo.
- De verdad, ojalá sea pronto. Si no, en unos días te mando un billete para que te vengas y me traigas unos pasteles de esos tan ricos que haces.
De repente, me acordé. No sabía en qué hotel se hospedaba y al decirme aquello de los dulces, se me ocurrió una idea.
- Bueno, podría mandarte vía expréss, unos pasteles. Mándame la dirección del hotel y te los mando.
Tom rió.
- Me parece buena idea. Si puedes, enviate a ti también, te necesito- dijo en un tono tan dulce que se me erizó la piel.
Tuve que hacer un esfuerzo para no decirle que mañana nos veríamos.
- Vale, yo también iré en esa caja junto a los dulces- reí algo nerviosa.
Tom volvió a reír.
- Bueno, mi vida, tengo que colgar. Después hablamos. Te quiero.
- De acuerdo, yo también te quiero.
Colgamos. Me tiré encima de mi cama y empecé a reírme a carcajadas. Menuda sorpresa se iba a llevar al verme.
Mi móvil indicó que acababa de llegar un mensaje. Vi que era la dirección del hotel y en mi cara apareció una gran sonrisa.
Planeé un plan para entregarle una caja de dulces y aparecer delante de él para sorprenderlo.
Dejé la maleta y mi bolso preparado, solo para salir mañana camino del aeropuerto. Pero antes, me acercaría a mi tienda a por unos dulces. Eso era parte esencial de la sorpresa.
Guardé el billete en el bolso. Me lavé los dientes, me puse el pijama y me metí en la cama con una sonrisa en mis labios. La espera de volver a verlo estaba llegando a su fin.

Dulce Amor (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora