Siete. ¿Y si se lo digo?

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Desperté y me sobresalté un poco al ver como me había quedado dormida. Me había despertado con la cabeza apoyada en el pecho de Tom. Creí que era un sueño.
Pero no, él seguía conmigo como me prometió. Con su brazo derecho, me abrazaba y el izquierdo lo tenía sobre su estómago. Se veía tan lindo dormido.
Suspiré y miré la hora en el reloj que tenía en la pared.
Las cuatro de la mañana.
Volví a mirar a Tom y me parecía increíble que estuviera allí conmigo. Me contuve las ganas de acariciar su mejilla.
No me quería mover, no lo quería despertar. Pero empezó a picarme la nariz y el ligero movimiento que hice, lo despertó.
- ¿Pasa algo?- dijo con los ojos medio abiertos y la voz algo pastosa.
- No, no. Sólo me rascaba la nariz.
- Vale.
Aproveché para estirarme un poco. Tenía las piernas entumecidas de tenerlas encogidas.
- Vete a dormir a la cama, Sofía. Yo me quedaré aquí, no te preocupes.
- No, me quedo aquí contigo.
- No me voy a ir, de verdad. En la cama estarás mejor.
- Vente conmigo- ¿Qué, como había salido eso de mi boca?
Tom abrió los ojos sorprendido.
- Sofía...
- Por favor, no quiero dormir sola. Si quieres que duerma en la cama, vente conmigo, por favor...
Había dormido muy bien con él al lado. Y la verdad, no veía mal que durmiera con él. Lo había hecho muchas veces durante este año con Paul, porque no quería dejarme sola y se turnaba con Chris, sobre todo los primeros meses después de pasarme aquello. Pero la verdad que Paul no era Tom.
Me había costado mucho superar el no poder acercarme a un chico y con Tom todo era distinto. Sin saberlo, me estaba ayudando mucho a superar mucho de mis miedos.
- Está bien. Con tal que duermas- dijo y lo noté nervioso.
Llegamos a mi dormitorio y nos acostamos. Él se quitó los zapatos y la sudadera, quedándose con una camiseta de manga corta y con sus pantalones. Se acostó conmigo en la cama y yo volví a apoyar mi cabeza en su pecho. Me besó en la frente y volví a quedarme dormida.

Abrí los ojos y miré la hora. Las ocho de la mañana. Me despertó el olor a café. Me giré en la cama y descubrí que Tom ya se había levantado. Hice lo propio y me dirigí a la cocina, donde lo descubrí haciendo el desayuno. Me encantó verlo en mi cocina, de aquí para allá haciendo el desayuno.
Levantó la mirada y me vio apoyada en el quicio de la puerta. Sonrió.
- Buenos días, pequeña.
- Buenos días, Tom.
- Te he preparado café, zumo y tostadas. ¿Te parece bien?
Asentí.
- Nadie, salvo mis padres o mis amigos, me había preparado el desayuno. - comenté sentándome en la isla de la cocina.
- Pues cuando quieras, te lo preparo yo- dijo sonriendo y sentí como me derretía.
Sonreí. Definitivamente me había enamorado de Tom.

Él se marchó después del almuerzo para ducharse en su casa y visitar a Willow. Pero prometió cenar conmigo aquí en casa.
Me senté en el sofá y recordé lo bien que Tom se había portado conmigo desde aquel incidente.
Decidí llamar a Christine.
-¿Cómo estás?- dijo a modo de saludo.
- Algo más tranquila.
- Me alegro. ¿Y Tom?
Sabía lo que quería decir.
- Ha ido a su casa a ducharse y a ver a su perrita. El pobre ha estado conmigo toda la noche. Hemos dormido juntos. Sólo dormir, no me ha soltado en toda la noche.
- ¿Has dormido toda la noche abrazada a Tom?- dijo mi amiga sorprendida.
- Si. Christine...
- Dime.
- Creo que definitivamente estoy enamorada de Tom.
- Después de lo que hizo ayer, podría enamorarme hasta yo. Te lo llevo diciendo mucho tiempo. Se nota a leguas que él siente algo por ti. Si no, no haría todo lo que hace.
- ¿Tú crees?- pregunté dudosa.
- Sofía, date cuenta. ¿Qué chico haría lo que está haciendo él? Quitando a tu hermano y a Paul.
- Lo hace porque es un buen chico.
- Sofía, no me seas tan tonta... Sé que lo que pasó ayer, te hace dudar, pero hazme caso. A Tom le gustas y no poco.
- ¿Crees que haría bien si se lo digo?
- Hazlo.
Suspiré.
- Lo haré.
- Eso. Bueno Sofy, voy a seguir trabajando. Te amo mucho, amiga.
- Y yo.
Colgamos.
Definitivamente tenía que decirle algo a Tom. Debía dejar miedos atrás.
Me levanté del sofá y decidí hacer algo rico para la cena. Quería preparar algo para sorprenderlo. Y de camino pensaría en cómo decirle lo que sentía hacia él.

Dulce Amor (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora