—Al restaurante.

—No puedes hacer eso.

—Solo vamos a comer.

— ¿Qué?

—Date prisa.

—Creo que estas exagerando —Protesto Max bajando de mala gana.

~Hannia~

No daba crédito a lo que acababa de escuchar. ¿Qué clase de hombre era ese? Le hubiera arrojado el agua que tenía delante de mí en la cara, pero desde luego no podía hacer eso. Necesitaba ese maldito terreno, así que si hacia las cosas mal, pondría mi puesto en juego y no solo eso, afectaría a la empresa. “Tranquila Hannia, tu puedes manejar la situación” me repetí.

— ¿Perdone? —Pregunte haciendo girar mi anillo de bodas sobre mi dedo, con la intención de que eso lo amedrentara— Creo que no lo escu…

—Claro que me escucho perfecto —Contesto con tono tosco— Le estoy proponiendo que duerma conmigo —Intento sujetar mi mano estirando la suya a través de la mesa, pero la retire. ¿Y ahora que debía hacer?

—Lo siento, pero creo que no estoy entendiendo.

— ¿Qué es lo que no entiendes? Quiero tener sexo contigo ¿Debo decirlo tal cual para que comprendas? —Su falta de tacto y dureza me pusieron los nervios de punta. Ese hombre no se andaba por las ramas.

—Sera mejor que nos reunamos después —Dije poniéndome de pie e intentando marcharme. Pero rápido me sujeto del brazo.

—Espere ¿Debo aumentar la oferta? — ¿Oferta? ¿Quién creía que era? Rayos.

— ¿Podría retirar su mano de ella? —La voz de Jae nos sobresaltó a ambos. Él lo miro con mala cara, mientras buscaba con la miraba a su empleado— ¿Tengo que repetirlo? Retire su mano de ella —Exclamo Jae con severidad, llegando hasta donde estaba y tomándome del otro brazo, a lo que él no tuvo más remedio que liberarme.

— ¿Quién rayos es usted? —Pregunto molesto Seung Won.

—Yo soy Kim Jae.

— ¡Ah! Es usted —Dijo con una sonrisa maliciosa. Tenía que sacar de ahí a Jae, antes de que ese hombre le dijera lo que deseaba y se armara un lio.

—Así es —Contesto secamente Jae, fulminándolo con la mirada. ¡Estaba molesto! Podía sentirlo en su mano.

—Mucho gusto —Dijo extendiendo su mano hacia Jae, quien lo miro dudoso y luego estrecho su mano— Que bueno que llego, quería hacerle una propuesta — ¡Rayos! ¡No! Mire a Max, intentando ponerlo sobre aviso, pero me miro sin comprenderme.

—Creí que éramos nosotros quien debíamos proponerle un trato a usted —Contesto Jae.

—Se supone, pero tengo algo mucho mejor que proponer.

—Lo escucho —Dijo Jae. “No lo escuches, no lo escuches” repetí mentalmente.

—Que me deje pasar una noche con su empleada… —Antes de que terminara la frase, Jae le propino un golpe que lo arrojo sobre la mesa.

— ¡Jae! ¡No! —Grite intentando contenerlo, pues estaba listo para irse sobre él.

— ¿Cómo se atreve a proponerle algo así? —Pregunto furioso Jae. Su rostro estaba descompuesto por la furia.

— ¿Qué demonios? —Exclamo furioso Seung Won, al ver que tenía sangre en la boca— ¿Esta loco? —Uno de sus  hombres apareció con actitud violenta, pero Max llego hasta donde estábamos y detrás de él apareció mi chofer.

—El único loco aquí, es usted.

—Es solo una maldita empleada, debería darle lo mismo.

—Se equivoca, ella no es una simple empleada.

—Jae —Susurre apretando su brazo— Por favor.

— ¿No? —Pregunto con ironía— ¿Entonces dígame quien es esta mujer?

—Es la esposa del señor Seung —Contesto Max. El color abandono la cara del hombre. Había olvidado eso, aunque muchos supieran que Seung se había casado, la mayoría no me conocía y menos que trabajaba en la empresa.

— ¿Qué?

—Y aunque ella fuera una “simple empleada”, como dice usted, señor Cha —Dijo Jae— No tiene ningún derecho a proponerle algo así.

—Tengo todo el derecho —Dijo componiendo su expresión— Y sabe que, olvídese de la venta. No voy a venderle ningún terreno.

—Tampoco me interesa —Contesto Jae— Vámonos —Me tomo de la mano y me saco.

— ¡Jae! ¿Qué haces? —Pregunte preocupada. Todo se había estropeado.

—No digas nada.

La furia de Jae era evidente. ¿Estaba molesto conmigo? ¿Qué pasaría ahora? 

La Esposa de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora