Capítulo 38

3.9K 395 25
                                    

 

~Hannia~

¿Un hijo? ¿Un hijo nuestro? ¿De Jae? Eso cambiaba un poco las cosas, pero solamente un poco, pues legalmente seria hijo de Seung y nieto de esa bruja maldita. Pero además de eso ¿Qué pasaría con él? ¿Me lo quitarían cuando terminara el contrato? No, aunque Jae fuera al padre no quería, no quería tenerlo.

—Jae… —Dije intentando apartarlo, lo amaba y mucho, pero no podía condenar a un inocente al infierno que significaba ser parte de esa familia. Y no por Jae, porque él era lo único bueno que había en esa casa, sino por todo el ambiente en el que nacería.

—Por favor, confía en mí —Suplico con una expresión afligida. Al parecer la situación tampoco era muy agradable para él, pero si no era así, tenía que comprender que para mí, resultaba aún más complicado de aceptar.

—No quiero tener un hijo, no así, no de esta manera.

—Hannia.

—No, Jae. No quiero, no quiero. ¿Qué pasara cuando se termine el contrato y yo me tenga que ir? ¿Me lo quitara tu madre? ¿Se quedara con él? Puedo jurarte que ni siquiera me dejaría verlo. ¡No, Jae! ¡No quiero! ¡No!

—Escúchame, Hannia.

—Por favor, Jae. No me obligues.

—Cariño, escúchame —Insistió pegando su frente a la mía, mientras sostenía mis manos entre las suyas— Si no lo hacemos de esta forma, quien sabe que cosas pueda hacer mi madre.

— ¿Hacer que me acueste con otros? ¡Eso lo sé! Lo escuche todo.

—Eso no va a pasar. Confía en mí. Jamás dejaría que hiciera algo así, por eso mismo te pido que hagamos las cosas de esta manera.

—No quiero.

—Hannia ¿Confías en mí? —Pregunto tomando mi rostro entre sus manos y mirándome a los ojos. Claro que confiaba en él— ¿Confías en mí?

—Si —“Pero no en tu madre” pensé— Jae…

—Sé que esto es precipitado y muy extraño. No intentaría convencerte de hacerlo sino fuera la única manera, pero es la única forma de salir de esto.

—Pero…

—Por favor, Hannia. Confía en mí. O soy yo o... será alguien más — ¡No! ¡No! No quería que fuera nadie más, no— Hannia, no quiero que nadie más te toque, no quiero que nadie más ponga un solo dedo sobre ti y no es solo mi capricho por ser el único. Es porque me importas, porque te amo.

—Jae —Susurre acariciando sus mejillas.

Era un poco egoísta de mi parte, pensar que él deseaba esto tanto como su madre, porque era evidente que no era así. Podía verlo en sus ojos y notarlo en su voz, en cómo se esforzaba por hacerme sentir bien. Pero yo tenía derecho a temer, no era algo fácil de aceptar, no solo por mí, sino por ese niño, aunque Jae siempre había sido sincero conmigo y había cuidado de mí, no tenía motivos para dudar de su palabra.

La Esposa de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora