Capitulo 16.

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Hendry.

El día de hoy, corrí con la hermosa suerte de tener una pequeña infección estomacal, por lo cual tuve que quedarme en casa.

¿Que conllevó esa hermosa suerte?.

Que mis padres quisieran tener tiempo a solas y esas cosas románticas.

¿Me quejo?.

En lo absoluto, ellos merecen tener su momento de pareja y no seré yo quien se lo prohiba. Descontando que eso sería raro.

Si les llegó a decí: No, no pueden salir a ningún lado.

No vivo para contar semejante asaña, muero a causa de un zapatazo.

Verán en las noticias la primicia: Muere Hendry Jones, a causa de un zapatazo en la cabeza.

No, gracias.

¿Que pasó en ese lapso que me decían que iban a salir?.

Me dejaron a cargo de dos bebés.

DE DOS BEBÉS.

¿Que hago yo con dos bebés de casi once meses?.

Fácil, tirarme de un puente.

En fin, no me queje, me gusta estar con mis hermanos, es divertido hasta cierto punto y no voy a negarme a cuidarlos si ellos necesitan salir.

Sacrificio de hermano mayor.

Así que tuve que cuidarlos, desde las diez de la noche y corrí con la mala suerte de que durmieran siesta, durmieron tres horas de más, y esas tres puñeteras horas están haciendo que me quiera arrancar la cabeza.

Lana y Daniel estuvieron jugando por horas, bueno, jugué con ellos y creo que estoy bastante viejo, mis energías no dan tanto como antes y ahora el que quiere tirarse a dormir, soy yo.

PERO NO PUEDO.

Hubo un punto en que Lana se entretuvo tanto en su cuna, que la deje ahí, tranquila, jugando felizmente con sus juguetes y peluches. Fui a ver a Daniel y el comenzó a bostezar bastante, miro la hora y veo que van a ser las doce de la noche.

Media noche y estos bebés aún despiertos, señor ten piedad de esta pobre alma.

Así que tome a Daniel en mis brazos, lo lleve a su habitación y le puse su pijama, el bostezaba y yo lo imitaba, porque vamos, los bostezo son pegadizos. Así que ahora me encuentro intentando que este monstruo en mis brazos se duerma.

Suelto un bostezo mientras camino por la habitacion, el enano en mis brazos tambien bosteza y no puedo evitar soltar una risa.

—¿Tambien tienes sueño?.

Los ojos azules me observan curiosos, estira su mano y toma mi nariz, pellizcandola con mas fuerza de lo que espere.

—Oye, no se supone que debas tener tanta fuerza, apenas tienes once meses.

Daniel se rie y hace burbujas de baba, es asquerosamente tierno cuando lo hace, apoya su mejilla en mi hombro y suspira, dramaticamente. Igual al padre, en todos los aspectos posibles, mientras tanto, Lana es mas parecida a mi mamá, en cuanto a caracer porque físicamente, son iguales a mi, extraño pero adorable.

—¿Por que no quieres dormirte?, debo ir a ver a Lana y darle una ducha, por favor Daniel, coopera con tu hermano mayor.

Como si hubiese entendido lo que dije, Daniel se queja y me mira, sus parpados se cierran y apoya nuevamente su cabeza en mi hombro, sigo caminando por la habitacion, incluso cuando se que el monstruito en mis brazos esta dormido, me quedo dos minutos mas para que cuando lo deje sobre su cuna, no despierte. Pasado los dos minutos, suelto un suspiro aliviado y lo dejo sobre su cuna, se remueve un poco pero gracias a los ansestros de mis padres, no despierta en lo absoluto, solo se acomoda, abraza su peluche de osito y sigue durmiendo placidamente.

El brillo en sus ojos. [✔️] Where stories live. Discover now