El brillo en sus ojos. [✔️]

Capítulo 18.

Hendry.

Muevo mi pierna constantemente, esperando a que hagan el llamado para poder abordar el avión, detesto esperar cuando quiero llegar rápido a un lugar y el avión parece no querer partir nunca.

Maldita sea, maldita sea.

Trevor se fue hoy en la mañana y papá me vino a dejar, aún cuando le dije que no era necesario pero el solo golpeo la parte trasera de mi cabeza y me dijo que moviera mi culo para poder llegar a la hora al aeropuerto. Antes de irse dijo que le mandar saludos de todos a Bex y le prometo que lo haría.

Ahora siento un nudo en mi garganta, quiero llorar de la impotencia, se que no pude hacer nada para que ese accidente no ocurriera pero me hubiese gustado estar para Bex en ese momento, en el que se entero, para que, por lo menos, hubiese sostenido su mano y no se sintiera tan abatida.

Por cierto, la recién nombrada no tiene idea de que iré, así que posiblemente me tire una silla de hospital a la cabeza si me ve ahí pero no me importa.

Corrí con la suerte de que me dejaran adelantar los exámenes, más que nada porque tío Adam fue y el es básicamente un abogado, así que metió bastante labia para que me permitieran adelantar los exámenes.

Solo espero que me haya ido bien, porque si no, me cuelgo de mís pelotas.

—Pasajero con destino a Toronto, por favor de ir a abordar el avión, puerta cinco.

Me levanto más rápido de lo que me gustaría y camino rápidamente hasta la puerta que indican, entrego el pasaje y la señorita que está en la puerta me sonríe amablemente, me desea suerte y yo corro hasta el interior, busco mi asiento rápidamente y por suerte me toca al lado de la ventana.

Toman al rededor de quince minutos a que toda la gente entre, se acomode y cierren la puerta. Indican que nos abrochemos los cinturones porque el avión ya va a despegar y entre otras cosas que sinceramente, no preste atención.

Trago saliva y antes de que el avión parta, le aviso a Trevor que ya estoy en el avión, el me responde y le remarcó que no quiero que Bex sepa que voy, el me promete que no dirá nada y con eso apago mi celular hasta que llegue a Toronto.

Relamo mis labios y miró por la ventana, por largo rato, hasta que terminó durmiendome.

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Cuando abro mis ojos, una de las azafatas se acerca a mi y me sonríe de lado, informándome que ya llegamos a Toronto y que era momento de bajar.

Le agradezco y me levanto, salgo rápidamente del avión y enciendo mi celular, voy al lugar donde retiran las maletas y espero la mía, mientras llamo a Trevor.

—Hola, hola.

—Ya estoy aquí.

—Bien...¿Quieres que vaya por ti?.

Lo pienso unos segundos y sacudo la cabeza, no, no quiero.

Ya, pero dile, mira que no te esta viendo.

—No, solo mandame la dirección del hospital o clínica—Relamo mis labios y tomo mi maleta en cuanto la veo.

—Vale, te dejo que Bex ya viene.