Capítulo 47

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En verano, el sonido de las cigarras siempre era constante.

En verano, Yongbok bordaba un abanico nuevo para su hijo.

En verano, Ah Ram tenía mucho calor y le pedía a su madre por un corte de cabello.

Ah Ram sonrió con las mejillas rojas por el calor, agitó sus piernas y soltó una risita cuando Yongbok lo bajó de la plataforma donde estaba sentado.

—¡Gracias, mami! —Dijo, colgándose de la cintura de la Emperatriz.

Beomgyu rodó los ojos y empezó a recoger los restos de cabello.

—Su Alteza, eres tan consentido.

Ah Ram le sacó la lengua a Beomgyu en un gesto juguetón. Yongbok les sonrió a ambos, tomó la mano del pequeño niño de cinco años y ambos se sentaron bajo la sombra del frondoso árbol de orquídeas.

El cielo se tornó de bonitos tonos de naranja cuando la puesta de sol se acercó, haciendo que el jardín se viese como una pintura bañada en dorado.

Beomgyu trajo después de un rato un plato con pedazos de sandía, que fueron recibidas alegremente por el pequeño Príncipe.

—Mami, la sandía o las mandarinas, ¿cuáles le gustan más a Ah Ram? ¿Mami, lo sabes?

—Mm. —Yongbok fingió pensar— Creo que las manzanas.

Ah Ram soltó una carcajada con su voz infantil y aguda, lo que hizo que el corazón de Yongbok se derritiera en su pecho y sonriera con cariño.

—¡Mami, sabes que me gustan las mandarinas!

—Sí, lo sé. Has comido muchas de ellas desde el vientre.

Ah Ram dejó las sandías a un lado y se puso en pies, notando la piel sonrojada de su madre.

Sin decir nada, el niño simplemente empezó a trenzar el largo cabello de la Emperatriz.

Yongbok cerró los ojos y sonrió tomando una respiración.

Ah Ram empezó a tararear una canción de cuna en un idioma extranjero; el viento sopló ligeramente y la sombra del árbol abrazó a padre e hijo.

Desde la punta de los pies hasta la cabeza, Yongbok sintió tanta paz que su cuerpo también se sintió ligero.

Empezó a murmurar la melodía a la par de su hijo, quien a veces se reía por los errores que Yongbok cometía en la letra.

Fue en el momento en que más feliz y en paz se sintió, que Yongbok se dio cuenta de que estaba soñando sobre el pasado otra vez.

Abrió los ojos y miró al cielo naranja, intentando convencerse de que ésta era la realidad.

—Mami, siempre miras al cielo, ¿te gusta mucho?

Yongbok negó suavemente.

—No, sólo pensé que me gusta el atardecer.

Ah Ram dejó de trenzar el cabello y se colocó frente a su madre, rodeando el cuello con sus pequeñas manos.

—Cuál es el momento favorito de Ah Ram en el día, ¿Mami, lo sabes?

Antes de que Yongbok pudiera responder, Ah Ram le ofreció una sonrisa pura de ojos curvados, y presionó un dedo en la mejilla de su madre.

Con una voz dulce y sincera, el pequeño Príncipe Ah Ram, dijo:

—Cuando mami sonríe.

El cielo y la tierra se dividieron a la mitad cuando escuchó aquellas palabras.

Corona Imperial (ChangLix)Where stories live. Discover now