Capítulo 42

218 48 28
                                    

Ni siquiera puedo ver tu cara bonita,
No puedo dejarte ir así.


—S-Su Majestad, por favor, guarda la calma. —Beomgyu dijo con voz quebradiza—. El Oficial Seo traerá a salvo a Su Alteza, no te preocupes.

Yongbok luchó para contener sus sollozos, pero ya no podía pensar con claridad. Fue hacia la habitación de Ah Ram con la ayuda de Beomgyu y ordenó casi sin aliento:

—Ve a traerme una túnica limpia.

—¡Sí!

Beomgyu corrió hacia la habitación de la Emperatriz y volvió tan rápido como pudo; al regresar, el menor soltó un chillido de espanto y apartó la mirada al notar a Yongbok arrancándose la túnica ensangrentada delante suyo.

—Su Majestad, ¿qué estás haciendo?

Yongbok se frotó el rostro y fue a sostener los hombros de Beomgyu con manos temblorosas, hablándole con voz entrecortada y agitada.

—Beomgyu-ya, abre los ojos.

—N-no, Su Majestad...

—No tengas miedo, no pasará nada. Mírame.

Beomgyu obedeció con muchas dudas. Sus ojos se abrieron en shock y un fuerte jadeo salió de entre sus labios.

—Q-Qué...

El adolescente se cubrió la boca y se estremeció, completamente confundido e incrédulo de lo que estaba mirando. Era un blanquecino pecho plano, obviamente masculino.

Yongbok tenía los ojos llenos de venas rojas y lo miró con mucha seriedad.

—Beomgyu-ya, escucha atentamente. —Dijo acariciando la mejilla enrojecida del menor, y luego depositando dos objetos en las manos del menor—. Escribí una dirección en este papel, tienes que buscar a Han Jisung y decirle que te he enviado yo, él te va a proteger, pero no puedes decirle a nadie. Esta piedra de Jade la he estado guardando para ti, es mi agradecimiento por tus servicios todos estos años, no puedes mostrarla fácilmente porque querrán aprovecharse de ti o robarla. Debes dársela a Jisung, él te la cambiará por una gran suma de dinero, podrás vivir cómodamente el resto de tu vida, puedes abrir la tienda de ropa que tanto querías o simplemente no hacer nada, esta piedra te garantiza una vida tranquila.

Beomgyu se estremeció entre sollozos.

—S-Su Majestad, ¿P-por qué me tengo que ir? ¿Es porque me has revelado tu secreto? No diré nada, no quiero irme, quiero estar con Su Majestad, soy tu sirviente.

Yongbok negó y una mueca que pretendía ser una sonrisa se formó en sus labios pálidos.

—Desde el momento en que Ah Ram-ie te eligió como su hermano mayor, te convertiste en nuestra familia, así que no te llames a ti mismo un simple sirviente. —Jadeó al sentir las punzadas en su pecho—. Yo... —agregó con dificultad— tengo que proteger a mi familia. Al menos tú, debes escapar.

—¿Por qué estás siendo así, Su Majestad? ¿Qué pasa? —El menor preguntó en confusión—. ¿Es por el Príncipe? ¿Hay algo mal con él?

Una lágrima volvió a cruzar la mejilla de Yongbok a la vez que abrazaba fuertemente a Beomgyu.

—Beomgyu, muchas gracias, sé que siempre me cubriste cuando Changbin me visitaba, nunca me has juzgado y me has tratado con sinceridad. —Agradeció—. Tuve a una persona tan fiel a mi lado, alguien que estuvo de mi parte siempre, alguien que me protegió ferozmente de las habladurías y creyó en mí. Eres la persona que me ha tratado con mayor gentileza en este mundo. Es por ello, que decidí decirte la verdad hoy. Esto es lo que soy, si te quedas conmigo, la oscuridad te atrapará también. De todas formas, a mí ya no me queda mucho tiempo en este mundo.

Corona Imperial (ChangLix)Where stories live. Discover now