Capítulo 7

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Changbin esperó ansioso por la reacción del Príncipe, sin embargo, este tenía una expresión complicada en el rostro.

—Seochang... Esto es... wow...

Estaban en campo abierto. Debido a la recién llegada de la primavera había rosas y flores de todos los tipos y colores.

La vista colorida y animada era completada por las distintas mariposas que iban entre los pétalos de un lado al otro, los colibríes revoloteaban succionando el néctar de las flores y había otras aves jugueteando por ahí.

Changbin estaba orgulloso.

—Chaeyeon y yo solíamos venir aquí a jugar. Es un paraíso natural en el inicio de la primavera.

Yongbok simplemente continuó observando en silencio el campo de flores, sus ojos se volvieron algo tristes y su sonrisa fue rígida cuando miró al pelinegro.

—¿B-Bok? ¿No te gusta? Lo siento, creí que te gustaban estás cosas. ¡Qué torpe soy! —Se apresuró a decir Seo— ¡Volvamos de una vez!

Yongbok lo tomó del brazo y se pegó a él, le sacó la lengua y le sonrió tan brillante como antes.

—No seas tonto, Seochang. ¡Esto es increíble y demasiado hermoso!

Seo estaba un poco confundido por el cambio de actitud, pero preguntó emocionado de todas formas.

—¿Sí te gustó?

—¡Claro que sí! Pero hay algo que puede hacer que me guste mucho más.

Yongbok no le dio tiempo de preguntar el qué, se inclinó hacia él y lo besó con ternura, sin embargo, cuando Seo quiso tomarlo de la cintura, el Príncipe se echó a correr.

—Si quieres algo de esto, me tendrás que atrapar, Seochang~

—¡Ya verás!

Changbin fue detrás de él, cabe destacar que con sus ágiles piernas lo logró alcanzar con gran rapidez, pero el pequeño Príncipe era travieso y escurridizo como un conejo loco o algo así.

Mientras corrían entre las rosas, Seo volvió a intentar recordar por qué era que hacer esto con el Príncipe no era buena idea, y nuevamente no pudo recordar nada porque la sonrisa y los pequeños ojos de media luna de Yongbok no le dejaban espacio en la cabeza para pensar en nada más.

Changbin se hartó de que el Príncipe se burlara en su cara por no poder atraparlo así que, bufando, se dejó caer en el pasto y se comió con molestia una mandarina.

—Eres un llorón, Seochang.

El menor se le lanzó encima y ambos acabaron enfrascados en una tonta pelea, Yongbok podría saber pelear, pero Changbin era más grande y fuerte, por lo que el príncipe acabó inmovilizado en el suelo.

—¡Eres una niña, Bokkie! —Se burló.

—¡Que lo digas entre risas, no lo hace gracioso! ¡Soy un hombre!

—Eso no me pareció la primera vez que te vi.

—¡Ja! Jisung también se cree muy gracioso a veces y me da ropas de mujer, realmente... si no fuera porque no tengo otra opción...

—También llevas el cabello suelto siempre y tu rostro es como el de...

—¡No te atrevas a decirlo, Seo Changbin!

A pesar de que fue una amenaza, a Changbin le pareció lindo.

—Una joven dama. —Terminó.

La cara del Príncipe se volvió roja por la indignación, pero antes de que pudiera gritarle o golpearle, Seo juntó sus bocas. El pequeño se resistió, ofendido por ser tratado de esa forma, sin embargo, terminó cediendo ante el necesitado beso.

Corona Imperial (ChangLix)Kde žijí příběhy. Začni objevovat