Entre Cada Latido, Tú. ( SAI, Libro 5)

Final: Diárkeia Zoís

Ashley

—Yo... estoy muy feliz por ti, de que volviera por ti, sería un tonto si no lo hacía —emite, Miles cuando le he contado sobre la vuelta de Maximus.

Lo observo darme una sonrisa y en sus palabras pude notar que en realidad si se alegra por mí, que no existe ninguna falsedad en ellas porque es un buen amigo y eso hacen los buenos amigos, compartir la felicidad de un amigo como si se tratara de la suya propia. Aun así, puedo verlo, puedo distinguirlo con claridad y con una sensación dolorosa confirmo que ni Tallie ni los chicos se equivocaron, y que con muchas probabilidades yo pude haberlo visto muchas veces, en diversas ocasiones pudo haber estado ahí, el hecho de que despierto en Miles sentimientos más profundos que los que sentirías por un amigo, pero probablemente fue que no quise verlo.

—Lo lamento, Miles —emito, él pone sus ojos en mí, me mira frunciendo el ceño y dándome una sonrisa que en realidad no ilumina su mirada.

—No... comprendo, ¿qué estás diciéndome que lamentas? —Alargo mi mano por sobre la mesa, ya que estamos en la biblioteca de la universidad, él estaba ayudándome con unos conceptos que no comprendo para un examen que debo presentar, cogiéndole la suya.

—Siento que tu corazón este latiendo por él mío en cambió el mío...

—...lata por alguien más —ha dicho, habiéndome interrumpido. Asiento, aprieta mi mano dándome una caricia al mismo tiempo por sobre la mejilla—. Desde que te conocí comenzaste a despertar cosas por mí —emite, sincerándose—. Y a medida que el tiempo transcurría el sentimiento se iba haciendo cada vez más fuerte, pero durante todo ese tiempo también me pude dar cuenta que eran unos sentimientos que no podía esperar fueran correspondidos, no cuando sabía que tu corazón era de alguien más al cual esperabas volviera a ti, el que sin duda ha vuelto y te veo más allá de feliz, lo que me confirma que hice muy bien en no ilusionarme y al mismo tiempo, haber sido lo suficientemente bueno como para esconder eso que sentía.

—Eres un gran amigo —susurro—. Conocerte fue una de las mejores cosas que pude encontrar en esta universidad y me lastima mucho no poder corresponder a esos sentimientos que viniendo de ti no tengo dudas de son hermosos. Cuando hace unas semanas atrás mis amigos que se habían dado cuenta de lo que yo no o quizás sí pero no quise aceptarlo, me dijeron que sentías más por mí que una amistad yo quise llenarme de la esperanza de que ellos se equivocaran porque si me amabas, no iba a poder corresponderte cuando mi corazón es de alguien más, y no deseaba lastimarte.

—No te preocupes, peach —me dice, con una sonrisa casi triste—. Creo el hecho de saber que no tenía una oportunidad, una esperanza a la cual aferrarme ha hecho que duela menos, y de verdad estoy bien. No te preocupes por mí. Me enamoré de ti sabiendo que había una muy alta probabilidad de que fuera un amor no correspondido y pese a todo, se siente bien siquiera ser capaz de amar a otra persona incluso si ese sentimiento no es correspondido. —Alarga su mano libre, la que no está sosteniendo la mía, y con ella me acaricia la mejilla. Mis ojos están húmedos—. Aquí lo único importante es que tú estarás feliz porque él ha vuelto, el chico que amas y el único que puede hacerte feliz ha vuelto, y lo mejor de amar bonito a una persona es alegrarse de verla feliz así no sea contigo.

Ante sus palabras me levanto de mi asiento, rodeando la mesa y me acerco a él, abrazándolo. Miles me estrecha entre sus brazos, dándome un abrazo fuerte.

—En serio eres un gran chico y espero con toda mi alma, que puedas tener la oportunidad de enamorarte de una chica que si pueda darte por completo su corazón. —Me salgo de su abrazo, viéndolo a los ojos, posando ambas de mis manos a cada lado de su cara—. De verdad lo deseo con todo mi ser.

Miles asiente, acto seguido me besa en la frente.

—Si está destinado a suceder, sucederá. Yo soy una persona que cree completamente en el destino.