X: Lejos, muy lejos, glýka

2.4K 354 111
                                    

Ashley

Transcurrieron al menos dos días desde aquel día en la casa de mi vecino de enfrente. El chico que parece tener un peso demasiado grande sosteniéndose de sus hombros, y cuya mirada habla de albergar una gran tristeza y el mismo que a medida que pasan los días se me hace más difícil expulsar de mis pensamientos.

Pienso que todo estaba tan bien antes de que él apareciera en mi vida, lo único por lo cual me preocupaba era por el futbol y la escuela, ahora prácticamente eso ha quedado relegado a segundo plano porque no puedo dejar de pensar en un chico que el mismo me advirtió que lo que más me conviene es alejarme de él, sin embargo, mi corazón no piensa lo mismo y no deja de ponérmela difícil porque por mucho que intento obligarme a mí misma a no pensarlo, a querer alejarme como me pidió, a no preocuparme por si se puso bien luego de que lo dejé temblando de fiebre en su cama la última vez o el querer descubrir forzosamente que es todo eso que habla de gran dolor en su mirada, es más fuerte que yo.

No lo he visto en dos días, y aunque tuve el impulso de ir a ver cómo había seguido logré contenerme intentando no demostrar lo desesperada que estaba por ese ladrón no solo de croissants porque si ya no me lo arrebató, está a punto de arrebatarme el corazón y algo me dice que de recuperarlo, no será fácil.

— ¿Estas segura de que no quieres acompañarme, Ash?

Niego alejándome el libro que leo de mis ojos, que no es más que uno bastante aburrido pero que necesito leer para realizar un trabajo de literatura, entonces me toca leerlo. Tallie aceptó salir con ese chico que una vez nos encontramos saliendo del centro comercial y que queda bastante claro que le gusta y está invitándome a ir con ella, pero la verdad es que seré diferente a todas las chicas de mi edad pero no soy precisamente de sitios nocturnos, sin contar con el hecho de que soy menor de edad y las dos veces que me he dejado arrastrar por mi amiga a uno de esos sitios he tenido que usar credencial falsa para despistar a los guardias.

—No, Tallie. Lo siento, sabes que no me gustan esos sitios con tanto ruido y donde la gente consume licor como si no hubiera un mañana, además, de la gran multitud. Paso, ve tú y diviértete con, ¿el príncipe?

Ella ríe.

—Te dije que no es un príncipe, solo bromeó con eso cuando me conoció.

—Bueno, pero la pinta sí que la tiene —musito, recordando que me pareció bastante hermoso—. Es muy guapo y se nota bastante que te gusta, de lo contrario no habrías aceptado salir con él y dejar de ser la chica responsable que estudia hasta los fines de semana incansablemente.

—No voy a negártelo, Adriel me gusta, pero lo solo un poquito.

— ¿Solo un poquito? —pregunto, enarcando una ceja.

—Por supuesto, apenas lo conozco, apenas sé nada de ese chico aparte de que tiene bastante... chulería y es la razón por la que me convenció de salir con él cuando apenas sé algo sobre su vida —me explica—. El día que nos conocimos apenas tuvimos tiempo de hablar, no más de cinco minutos, pues él tuvo que marcharse.

—¿Te das cuenta que estás haciendo justamente lo que me criticaste a mí con el vecino, lo mismo por lo cual me regañaste hace días atrás por meterme en la casa de un desconocido? Saldrás por ahí con un chico al que apenas conoces nada de nada.

Ella traga duro. Y sí, cuando volví a casa aquel día me encontré con Thalía esperándome con la misma pose que te esperaría tu madre cuando va a darte una regañina y nada más entrar me recalcó sobre lo inconsciente que había sido al ir a meterme a la casa de un hombre solo y que no conozco. Me dijo que lo que ese chico me provocaba me tenía tan ciega que no era capaz de medir siquiera el peligro y no importó que le dijeran que creía; estaba segura de hecho, Kendrew no sería capaz de hacerme nada malo porque lo sentía, pero aun así estuvo enojada conmigo por un buen rato.

Entre Cada Latido, Tú. ( SAI, Libro 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora