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「ATHENEA
Cierro mis ojos cuando una leve mueca de dolor se forma en mi rostro, a causa de pincharme el dedo con una aguja, me encontraba bordando; y si, bordar a mano en la noche no era la cosa más fácil del mundo, pero le daba una mejor calidad a las prendas, al menos dentro de lo que a mi me parece y como lo hago yo.
El sonido de la llamada entrante me hizo dejar la prenda de ropa sobre la mesa, para poder levantarme y atenderla, no era algo normal que te llamen a estas horas de la madrugada.
—¿Hola?—Conteste.
—Soy francis, la empleada del señor shelby..
—Dime, ¿Ocurrió algo?
—Si, sucede que.. El joven charlie, vio a su padre borracho, el señor shelby tuvo una caída a causa de eso.. Se lastimo la mano y charlie presencio todo.— Explico con una gran preocupación en su voz.
No quise decir nada al respecto. Al escucharla decirme eso, el miedo y los nervios que sentía al inicio de la conversación se transformaron en enojo y desprecio. Había hecho tanto para que eso no suceda, para que charlie no tenga que pasar por lo que yo pase teniendo su edad, todo había sido en vano.
—¿El pequeño se encuentra bien?
—Eso creo, señorita..
—En la mañana estaré ahí, hablare con charlie.
—Gracias.
—Gracias a ti por llamar.
Me hundí en mi propia silla en mi estudio, intentando pensar en que decisión debía tomar de ahora en adelante con todo lo que estaba pasando.
¿Qué puedes hacer cuando quieres alejarte de alguien, pero no puedes hacerlo? Yo no puedo hacerlo, por charlie, no quiero abandonarlo y que no tenga un cariño real a su alrededor.
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Ingrese a la gran casa de thomas— a veces me gusta pensar en la primera vez que entre con la excusa de darle un regalo a charlie, jugamos ajedrez y también recuerdo que le debo una revancha, bueno, también nos debemos una larga charla entre nosotros para conocernos, en este punto dudo que esto suceda.—Me encamine hasta el comedor principal en compañía de francis, quién me iba comentando —en un tono bajo.— lo que había sucedido con charlie y thomas en la noche.
—Vuelvo en un segundo.— Ella se disculpo retirándose del comedor. Me quite me abrigo dejándolo sobre el respaldo de una silla al igual que a mi bolso, me sentía sumamente cansada.. Hace días que no dormía lo suficiente.
—Wow.. Vienes más seguido tú, que mi propia familia, a mi casa.—Su voz grave a mis espaldas me hubiera puesto nerviosa, pero estaba demasiado enojada como para dejar que su voz me genere algo más que molestia o desagrado hacía su persona.
En otra circunstancia hubiera contestado algo fuera de lugar, pero no tenía las fuerzas suficientes como para comenzar una discusión con él, hoy no era ese día.
—Vine a ver a charlie.—Fue lo único que salio de mi garganta en ese preciso momento, no tenía nada más para decirle.
—¿Por alguna razón?
—Solo quiero verlo, ¿Puedo?
— No se encuentro en la casa, se fue con ada. Pasara la tarde ahí.
—Genial, me voy.
Sus manos se apoyaron sobre mis hombros sin dejarme avanzar. Ambos nos miramos fijamente por unos segundos, de reojo pude ver las pequeñas marcas en su mano. Era extraño lo que sentía en ese momento, solo quería abrazarlo durante horas y sentir un poco de paz dentro de tanto caos que me rodeaba, y otra parte solo quería mandarlo al demonio.
—¿En qué piensas?— Pregunto.
—En que quiero abrazarte, pero también quiero mandarte al demonio y no verte nunca más.—Murmure siendo completamente sincera.
Él sonrió de lado.— ¿Y qué pensamiento va ganando?
Lo medite un momento antes de tomar una decisión, una decisión de la cual podía arrepentirme, pero termine por abrazarlo sin decir nada.
—Quiero que sepas que en verdad lamento que charlie haya visto esa parte de mi siendo tan pequeño, fue un gran error.—Musitó con tranquilidad apegandome un poco más a su cuerpo.
—Fue un gran, gran error.—Afirme.
—Lo sé.—Me dio la razón.— Me debes una revancha de ajedrez y una larga conversación, ¿Lo recuerdas? Tengo el día libre antes de volver de mis vacaciones.—Susurro cerca de mi oído.
Reí levemente.—Por supuesto que lo recuerdo, tommy.
