𝑳𝒊𝒃𝒓𝒆 [𝑺𝒆𝒗𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆]

29༄

"Hermione, despierta. Es hora de cenar".

Severus se arrodilló junto al sofá donde la joven bruja morena se había quedado dormida apenas unos minutos después de su llegada unas horas antes, y no había tenido el valor de despertarla antes.

La exhausta bruja abrió los ojos vacilantemente para encontrarse con los intensamente oscuros de Severus. "Oh, Dios, lo siento. Debería haber ido a mi habitación, Severus. Yo.."

"No pasa nada. Sólo te he despertado para preguntarte si quieres venir a cenar o no". 

Le sonrió suavemente a lo que ella se sentó más recta y dijo: "Sólo me pondré un par de zapatos y entonces estaré lista para ir".

Se levantó y enderezó su postura antes de acercarse a la mesa donde los niños seguían ocupados en lo que fuera que estuvieran haciendo. Cada vez que Severus se acercaba a ellos, escondían lo que fuera que estuvieran trabajando tan intensamente y esta vez no fue diferente.

"Vamos, ustedes dos, es hora de que averigüemos si hay helado de postre hoy".

Los dos jóvenes saltaron de sus asientos y guardaron rápidamente todas sus cosas antes de ponerse unos zapatos y esperar junto a la puerta. Severus se limitó a reír mientras se ponía su levita negra y su túnica.

"Harry, Draco. Vengan conmigo, por favor. Severus tiene algunos asuntos importantes que discutir con la profesora McGonagall" se dirigió a Hermione los dos niños, que parecían haber crecido de nuevo o al menos eso pensaba la bruja morena.

"¿Podemos ir con él, por favor? Es muy divertido jugar y construir cosas con la tía Minnie!" exclamó Draco. 

Hermione y Severus realmente tuvieron que contener la risa al escuchar a los dos chicos hablar de su supuesta "tía Minnie".

"No, Draco. No creo que eso sea posible en este momento. Realmente no tiene tiempo para jugar contigo ahora. Pero podemos preguntarle si quiere pasar tiempo con ustedes dos mañana". Hermione miró a su mentor en busca de ayuda.

"Chicos, ¿recuerdan lo que les prometí? Tú también me prometiste algo. Creo que ya es hora de que compruebes si va a haber helado, ¿no?", respondió Severus antes de mirarlos.

"De acuerdo. Pero ¿puedes preguntarle, Sev?" preguntó Harry ya caminando hacia la mesa especial para los de octavo año con Hermione y Draco. Severus asintió con la cabeza antes de caminar hacia su asiento en la mesa alta.

"Sabes, todo el mundo que no sabe lo que pasa pensaría que efectivamente hay algo más entre ustedes dos, Severus" saludó Minerva mirando al mago de pelo negro más joven.

"¿Qué se supone que significa eso?" inquirió Severus al sentarse a la derecha de la directora.

"Sólo que los dos deberían intentar ser un poco menos cercanos en público al menos hasta después del juicio que sin duda vendrá, nada más".

Minerva lo miró de forma señalada mientras alcanzaba su copa llena de zumo de calabaza.

"Sinceramente, no sé de qué estás hablando, tía Minnie", sonrió Severus con la esperanza de cambiar el tema de su actual discusión. Parece que tuvo bastante éxito en distraerla, ya que ella pareció atragantarse con el aire.

Ella graznó un agudo "¿Qué... qué? "¿Qué?", aún luchando por respirar.

"Harry y Draco me pidieron que preguntara si estarías interesada en jugar y construir cosas con ellos mañana. Inicialmente, querían venir a jugar con su tía Minnie en este momento y Hermione y yo tuvimos que persuadirlos para que fueran a cenar." El hombre sonrió antes de dirigirse a su plato comenzando a comer mientras reflexionaba sobre las anteriores palabras de la directora.

¿Qué iba a hacer al respecto? No podía limitarse a ignorarla hasta que terminara el juicio. Él también estaba completamente seguro de que iba a haber uno frente al wizengamot en nombre de Rita Skeeter. No, esa no era una opción. 

Pero si él actuaba como lo estaba haciendo ahora, ella estaría en muchos problemas. Él también lo estaría y lo sabía, pero francamente no podía importarle menos. Había evadido Azkaban lo suficiente, pero ella tenía un futuro muy prometedor por delante. Tal vez, si hablaba con ella y le contaba lo que Minerva le había dicho... Tal vez ella lo entendería.

Sólo esperaba que no hubiera veritaserum en su audiencia. Estarían más que jodidos. Si tan sólo no la hubiera besado esa noche. Ese beso despertó algo en él. Algo que no había sentido en muchos años y no estaba muy seguro de si quería sentirlo o no. Por un lado no podía negarlo, definitivamente se sentía atraído por ella, pero no quería hacerlo, al menos no hasta que la audiencia y el juicio hubieran terminado. Esta atracción podría arruinar todo.

"¿Severus?" susurró una voz a su lado, pero él seguía sumido en sus pensamientos. La voz volvió a intentarlo, esta vez un poco más fuerte. "Severus".

Rápidamente se sentó más erguido y giró la cabeza para ver quién lo llamaba.

"Severus, ¿te pasa algo? No has comido nada hasta ahora. El hecho de empujar la comida en el plato no te ayudará a ganar peso y, definitivamente te vendrían bien unos kilos de más en esas costillas" dijo una Minerva bastante preocupada mirando al joven de arriba abajo.

"No, todo está bien. Es que no tengo nada de hambre". 

Miró a su alrededor y vio que todos los demás estaban ya ocupados comiendo la tarta y el pudín que se servían como postre de la noche.

Guardó los cubiertos y se sentó en su silla, dejando que su mirada recorriera el salón. Parecía que esta iba a ser una noche bastante larga. Primero, tendría que llevarles a los niños un helado y luego tendría que hablar con su aprendiz sobre su comportamiento y relación hasta que terminara el juicio. Después de eso, debería planificar las clases, pero ahora mismo no estaba seguro de si lo haría o simplemente daría clases a sus alumnos sin planificarlas.

Pronto todos terminaron de comer y los estudiantes empezaron a salir de la sala y a dirigirse a sus comedores, así que él siguió su ejemplo saliendo del pasillo justo después de Hermione, Draco y Harry.

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