La espada en la piedra (primera parte)

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Merlín se levantó al día siguiente sobresaltado. Tenía el cuerpo sudado y supo que algo iba mal. Había percibido algo. Como si alguien hubiera usado un poderoso hechizo. Pero no parecía estar cerca de allí. Respiró hondo intentando calmarse y miró hacia la cama de Arturo para ver si le había despertado pero para su sorpresa descubrió que se encontraba solo. Siempre era el primero en despertarse. No quiso darle mayor importancia hasta que al salir vio que el ambiente había cambiado. Todos parecían más silenciosos. Parecía que les habían robado parte de la alegría de esos días. Pronto entendió el motivo cuando llegó a la cocina para ir a buscar el desayuno y oyó la conversación que los criados estaban teniendo.


      - Hacía tiempo que no veía al príncipe tan malhumorado. Todo parecía ir tan bien ayer. ¿Qué habrá sucedido?

      - No lo sé pero será mejor que no nos acerquemos a él mientras esté así.


Merlín sí podía imaginar el motivo de que estuviera así. Entró en la cocina y notó que todas las conversaciones cesaron al momento. Decidió saludarlos fingiendo no haber escuchado nada y recogió el desayuno. Antes de salir de allí pensó que sería buena idea pedir prestado el espejo. Tras salir fue en dirección opuesta tratando a toda costa de evitar a la bestia para evitar su mal humor y ocuparse de asuntos más preocupantes. Había notado el uso de un poderoso hechizo y necesitaba hablar sobre ello con Lancelot. Pero el destino no estaba de su parte y al girar la primera esquina se topó con la bestia casi cayendo al suelo. Arturo le cogió antes de que esto sucediera y se le quedó mirando sin decir nada. Merlín se apartó de él y notó que se estaba sonrojando recordando la noche anterior así que apartó la mirada. 

      

       - Lo siento mucho. No te había visto.


Esperaba que la bestia le recriminara o se enfadara ya que todos decían que estaba de mal humor pero solo soltó un pequeño gruñido y pasó de largo. Merlín se cabreó ante la situación.


      - ¿En serio vas a actuar así?


La bestia se paró en seco al oírlo pero no se giró ni contestó solo le vio apretando los puños. Al cabo de un rato siguió andando y se metió en una habitación. Merlín se sintió decepcionado. Tenía la esperanza de poderle hablar de su magia o al menos había esperado una reacción por su parte. Algo para poder hablar. Hacerle entender su punto de vista pero simplemente le había retirado la palabra. Suspiró y fue a buscar a Lancelot. Se lo encontró hablando con Gwaine. No se percataron cuando entró.


      - No entiendo qué ha podido suceder. -dijo Gwaine.- Los vi. Iba todo perfectamente.

      - No se que ha sido pero ahora Arturo está muy enfadado. ¿Crees que...

      - Me odia. -dijo Merlín sorprendiéndolos.

      - ¿A qué te refieres? -preguntaron los dos al unísono. Merlín cerró la puerta y la aseguro.

      - Bueno. Odiar quizás no es la palabra adecuada. Supongo que para odiar a alguien primero debes hacerle caso.

      - ¿Qué sucedió? -preguntó Gwaine intrigado

      - Estábamos teniendo una cena agradable bajo las estrellas cuando recordé una historia que me contaba mi madre. Relacionada con la magia. Insistió en que se la contara y deje claro lo que opinaba de la magia. Que no la odiaba ni me asustaba. Que creía que no se debería juzgar a los magos solo por lo que son sino por sus actos. Que deberían tener juicios justos. Tras eso dijo que nos fuéramos a dormir. Y esta mañana todos dicen que está enfadado pero a mi me ha ignorado completamente.

The sourcerer and the beastWhere stories live. Discover now