XX

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Las piernas de Hyunjin le fueron la mejor aliada en momentos de desespero. No creía ser capaz de asumir lo que había leído en la leyenda sin perderse mentalmente a si mismo. Había muchas cosas que asimilar, pero Jeongin seguía siendo una prioridad.

No iba a mentir, luego de recibir un balazo en su cuerpo, ver los ojos asustados de Jeongin y caer con dolor sobre la arena rojiza, le había causado un sentimiento de miedo que no había ola marina que pudiera ahogarlo. Estaba asustado, pero comenzaba a creer que en vez de huir lejos, corría directo a la oscuridad. ¿Enfrentamiento? ¿Valentía? Hyunjin no estaba seguro de si era valiente o simplemente un idiota enamorado.

Llegó al pueblo con sangre seca en su camisa, su rostro tenía manchas de arena pegada en las mejillas y había una que otra mancha de tierra en su cuerpo. Estaba hecho un desastre, pero ignoró las miradas preocupadas de la gente, subiéndose directo a la fuente en el centro del pueblo. Las personas le miraron confundidas.

—¡Necesito su atención, por favor! ¡Algo grave acaba de suceder y es importante que pongan de su parte! —Hyunjin estaba desesperado, tenía en su cuerpo más cansancio que un maratonista luego de cuatro horas y no había forma de actuar más allá del desespero, el miedo y la maldita esperanza humana. —¡Hay unos pescadores que todos aquí conocen que han robado algo valioso y han causado mucho daño!

Hyunjin solo estaba recibiendo miradas confundidas, incluso algunas personas huyeron asustadas, pero no quería eso, no estaba buscando espantarlas. Las lágrimas atoradas en sus ojos, le causaron un picazón en sus mejillas. No iba a llorar, eso era lo único que faltaba. Solo quería ayuda.

—Por favor... Tienen que oírme. Él está en peligro. —Sus palabras salían en un susurró con súplica. Sus rodillas le dolían por la arena clavada allí y sentía la necesidad de dormir en una esquina durante días.

Una mano se extendió hacia él, Hyunjin reparó en lo elegante de su vestir, sabiendo al instante de quién se trataba.

—Ven aquí, estás haciendo el ridículo, Hwang. Si necesitas ayuda, primero debes calmarte. —Minho lo miraba con complicidad, pero sus ojos brillaban en una curiosidad clara.

Hyunjin tomó la mano, su última esperanza entraba en una familia con la que competían hace años, pero no había límite que no cruzaría en esos momentos. No cuando su vida colgaba en una cuerda floja y todo se había vuelto patas para arriba en un cerrar y abrir de ojos.

Bajó de la fuente, la gente le miraba aún sin comprender porque sus gritos de auxilio. Minho soltó un: "No tienen nada que mirar, él solo acaba de tener una pesadilla y está asustado"  y tiró del agarre de Hyunjin hacia un lugar apartado.

—No puedes dejar que la gente se entere del tritón. ¿Acaso no conoces ya la codicia del ser humano o el miedo en sí? —Minho le miró con reproche una vez apartados, pero sus ojos solo podían desviarse a la sangre seca en su ropa—. ¿Te dispararon?

Los ojos del mayor se abrieron con sorpresa, incluso se acercó a intentar ver la lastimadura, pero Hyunjin, quién aún no asimilaba ni la leyenda ni mucho menos que un Lee supiera sobre la existencia de Jeongin, se apartó con algo de miedo en sus ojos.

—Estoy bien —susurró.

Unos pasos por detrás se oyeron, Minho tapó al menor para evitar que más gente le viera la sangre seca, pero Hyunjin se asomó al notar de quién se trataba. Jisung y Seungmin estaban ahí, el supuesto sobrino de Jeongin y su hermano. Hyunjin soltó un suspiro de alivio.

—Te oímos, Hyunjin. ¿Estás bien? —Seungmin se acercó algo preocupado al mayor, tomando sus mejillas y viendo la sangre con pánico. Hyunjin volvió a repetir que no era lo que parecía.

En las profundidades - [Hyunin] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora