catorce

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Fueron sólo unos microsegundos que el pelinegro rompió la conexión que sus labios y los contrarios habían ejercido para poder profundizar un poco el beso; su mano se movió con firmeza hacia su mentón y disfrutó del rostro ruborizado del menor y su boca ligeramente abierta.

El beso era suave y lento, permitiéndole degustar del sabor que el más bajo tenía, incluso si este sólo estaba inamovible en su sitio y con sus ojos cerrados.

Le tomó más de un minuto a Inui para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo entre su amigo y él, gracias a que su juicio se vio completamente afectado por el momento que se había suscitado.

Se deshizo de aquel beso en cuestión de segundos, lamiendo sus labios para quitar algún rastro de saliva que el contrario haya dejado.

─Lo siento, Koko. ─Empezó a hablar, sintiendo su garganta picar por lo que estaba apunto de decir─. Durante todo este tiempo llamaste mi atención. Desde el primer momento en que te vi. ─Podía sentir la mirada sorprendida del azabache encima, haciendo que su rostro se girara instintivamente hacia el lado en el que este no pudiera observarlo para poder continuar─. Yo amo a Chifuyu pero he asumido que él jamás me verá de la misma forma y no quiero salir de un problema para meterme a otro, mucho menos contigo.

─Inupi... ─El rubio lo interrumpió cuando se puso de pie, dispuesto a marcharse del lugar.

─No puedo hacer esto de besarme contigo y luego ver cómo te cierras a la idea de conocerte más. Lo siento.

El lugar pronto se sumergió en un silencio inquebrantable cuando vio la silueta del menor desapareciendo por la puerta de su casa.

Dejó caer su cabeza sobre el reposabrazos del mueble en el que se encontraba, sintiendo sus ojos cada vez más pesados.

───

Los días no transcurrieron con normalidad desde entonces. Notó cómo Seishu había puesto una barrera entre ambos y lo estaba evitando a toda costa y sin importar el sitio.

Se encontraba sentado en el lugar en el que siempre estaba cuando el receso del colegio se hacía presente. Su mirada expresaba más irritabilidad de lo normal y buscaba formas de poder arreglar el desastre que había ocasionado.

─No puedo creer que te hayas atrevido a tanto. ─Escuchaba a Baji a su lado murmurar mientras comía. Ninguno de los rubios los acompañaba en ese momento, sólo eran él y su mejor amigo.

─Cállate. Al menos lo hice directamente y no me ando besando con otras chicas para saciar las ganas que tenía de besarlo como tú lo haces con Chifuyu. ─Atacó─. ¿O crees que no me doy cuenta? Qué curioso que cada chica con la que pasas el fin de semana tenga ojos azules y sea rubia.

Sí, estaba dolido y se estaba desquitando con el menor. Sentía que cualquier palabra que alguien emitía hacia su persona, iba con toda la intensión de ofenderlo. Baji sólo rió y golpeó su hombro un par de veces.

─No te desquites conmigo. En vez de hacer eso, ponte a idear formas de volverle a hablar porque siento que no te soporto con este ánimo y el único que puede arreglarlo eres tú mismo.

Sugirió, colocándose de pie y empezando a caminar hacia otra dirección para darle el espacio necesario a su amigo.

Conocía a Koko mejor que nadie, y sabía que justo ahora estaba enojado con su persona porque todo se le escapó de las manos.  Siempre que eso sucedía, se hacía a un lado para que el mayor pueda aclarar las ideas de su mente y finalmente recuperar aquella energía que lo caracterizaba.

El resto del día sólo pasó con lentitud y calma. Para ese momento, ya se había acostumbrado a que cada que salía del colegio, se encontraba con sus amigos esperándolo afuera.

─¡Hola! ─Kazutora siempre llevaba algo de dulce para Chifuyu sólo porque se había enterado de que él amaba eso. La sonrisa de felicidad al recibir lo que el mayor le daba jamás se borraba de su rostro, ni siquiera después de varios días. Para Baji era muy satisfactorio observar la mirada iluminada del ojiazul.

─¿Te conformas con eso? ─La voz de Mitsuya llenó sus oídos. Ladeó su rostro para poder observarlo mejor.

─A veces creo que sólo te gusta molestarme.

El más bajo suspiró, negando con su cabeza.

─Eres mi amigo y creo que si el tema no te hubiera importado tanto, no había necesidad de contárselo a alguien más, pero ese no fue el caso. Viniste a mí por un consejo y lo único que haces ahora es ignorar tus sentimientos, ¿por qué?

Sabía que su amigo estaba en todo lo cierto. No tenía ninguna oportunidad de llevarle la contraria y ganarle.

─No sé. No quiero arruinar lo que existe entre él y yo. Es bastante natural, genuino. Me da miedo.

Sus sentimientos y su miedo eran algo normal, eso fue lo que pensó Mitsuya al escucharlo.

Después de esa confesión, decidió no presionarlo más y dejar que fuera Baji el mismo que decida cuándo dar el primer paso a su libertad.

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|| 𝐇𝐄'𝐒 𝐉𝐔𝐒𝐓 (𝐧𝐨𝐭) 𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora