Un chico perfecto con una vida perfecta

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Cerró la puerta con furia, haciendo retumbar toda la casa, y maldiciendo en voz baja mientras bajaba las escaleras de la entrada. Cruzó la verja que separaba el pequeño jardín delantero, no sin antes patear una de las macetas decorativas que se encontraba a uno de los lados. Tenía clara la respuesta que iba a recibir desde que se había levantado esa misma mañana, pero oírla había resultado ser más doloroso y enfadarlo más de lo que pensaba. Odiaba el poder que tenía sobre él, odiaba sus palabras venenosas y su voz autoritaria, odiaba sus grandes manos y su mirada intimidante.

- Dios, necesito un trago.

-

Harry apartó la mirada con una mueca de asco mientras con los dedos taponaba su nariz. El suelo del baño estaba frío, y el sonido de la música se colaba por las paredes finas del local. Volvió a mirar a su amigo, estaba de rodillas en el suelo, abrazado al inodoro, con la cabeza casi dentro de él.

- No volveré a hacerlo - escuchó que dijo antes de sufrir otra arcada.

- Deberías haberlo pensado dos veces antes de aceptar.

Se encontraban en la fiesta de cumpleaños de Niall, en un pequeño local de la ciudad. Liam había llevado una pequeña bolsa de plástico, y les había ofrecido salir a fumar con él para probar, y según él "divertirse". Harry se había negado, Niall en cambio había pensado que sería una gran idea.

- No lo entiendo - dijo el irlandés apartándose de la taza - La gente fuma porros y bebe y no se pasan la noche abrazados a un inodoro.

- ¿Dónde has visto eso? - la risa de Harry resonó entre las cuatro paredes al escuchar a su amigo.

- En películas, pero no será muy distinto a la realidad. Soy yo el patético.

- Si bueno, eso díselo a Liam.

- ¿Dónde está?

- De camino a la residencia, se había quedado dormido apoyado en una farola.

Niall soltó una carcajada profunda, sus ojos rojos estaban llorosos, sus pómulos pálidos y sus labios secos. Tenía un aspecto deplorable, y el hecho de que estuviese tumbado en el suelo de un cuarto de baño no lo mejoraba.

- Vamos fuera - dijo el rubio mientras intentaba levantarse, agarrándose en el lavabo y tambaleándose hacia los lados.

- ¿Estás seguro?

- Totalmente, necesito otra copa.

- No creo que debas tomar más Nini.

- ¿Estás de broma? Llevo encerrado en este baño más de 40 minutos, no queda alcohol en mi organismo - un leve tintineo resonó entre los azulejos de la estancia, avisando de que un nuevo mensaje acababa de llegar a un teléfono móvil - Es Louis, está fuera buscándome, vamos.

Se adentraron en una gran habitación iluminada con luces de colores donde la gente bailaba, reía y bebía al ritmo de la música de unos grandes altavoces. Había una pequeña zona apartada, decorada con sillones, pufs y taburetes de colores, iluminada por una luz tenue que permitía ver con claridad los rostros de la gente. Apoyado en la pared había un joven de ojos azules, con expresión cansada y ceño fruncido. Llevaba una chaqueta vaquera sobre una camisa negra y unos vaqueros pitillo oscuros, y en su mano sujetaba un vaso rojo de plástico.

Holding Your HandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora