Antología: Criaturas de la noche

Una perra

Por: jonazkueta

UNA PERRA

—¡Te lo digo de verdad! —grito al teléfono—. Me han echado un maleficio o algo, y ahora soy... ¡Una perra!

—¡Sorprendente! ¡Curvilínea y elocuente! —Escucho cantar a Arantza la canción de Nathy Peluso al otro lado de la línea.

—¡Tía, vale! ¡Hablo en serio!

—Siempre has sido bastante perra, Maria Castro —continúa mi «amiga».

—¡No estoy de humor! O me ayudas o cuelgo —amenazo con finalizar la llamada.

—¿Pero cómo quieres que me crea que te has convertido en un chucho?

—¡Te lo juro! Me ha salido mucho pelo en las manos y en los pies, se me han afilado los colmillos, ¡y tengo un rabo en el trasero!

—Bueno, no es la primera vez que tienes un rabo en tu...

—¡Que no me vaciles! —interrumpo—. ¡Ayúdame!

—Vale, supongamos que es cierto —cede—. Deberías ir al médico.

—No puedo. He quedado.

—¿Cómo dices?

—Tengo una cita. Con Eric.

—Tiene que ser una broma...

—¡No puedo darle plantón! —explico—: Le prometí que iríamos a la fiesta de disfraces juntos. Él disfrazado de diablo y yo de diablesa.

—Bien, pues vete y di que vas de loba —propone.

—Eh, ni hablar.

—¿Por? Shakira triunfó con... —vuelve a cantar—: Una loba en el armario, tiene ganas de salir...

—¿Crees que estás en el casting de La Voz? —protesto, y dejo claro—: E iré de diablesa, porque, una diablesa, te la pone tiesa.

—Maria, a veces, me desesperas.

—Ay, las peras... —musito—. No te lo he dicho antes porque me da vergüenza, pero, tía, tengo seis tetillas.

—Pues qué suerte. Ahora sí que vas a ligar en la fiesta.

—Arantza, ¡por favor! —Me pone de los nervios—. ¡Lo estoy pasando muy mal!

—Tía, relaja. No sé qué quieres que haga yo. Ya te he dicho que vayas al médico. O al veterinario.

—¿Y la cita?

—¡Olvídate de la cita!

—Es que Eric... —Suspiro—. Me pone muy perraca.

—¡Ah! —exclama—. O sea, tú sí que puedes hacer bromas.

—Estoy intentando tomármelo con humor, ¿sabes? —justifico.