La Violonchelista

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Por: Victor_the_Warrior

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Por: Victor_the_Warrior

La Dansé des Merveilles, la Academia de música más prestigiosa de Francia, no solo era conocida por los increíbles talentos que albergaba, sino también por las múltiples leyendas y rumores que corrían entre sus paredes de piedra y cemento, extendiéndose como una plaga por el resto de Montecarlo. De entre todas estas historias, existía una que destacaba por su peculiaridad, su carácter sanguinario y realista: la conocida leyenda de La Violonchelista.

Aunque los detalles exactos se han perdido con el pasar del tiempo, al mencionar los nombres de Alexiandra y Cornella todo el mundo evocaba a aquellas dos singulares hermanas cuya destreza con el violín superaba lo imaginable. Las hermanas habían sido unas de las primeras estudiantes de La Dansé, imbuidas con una ambición indeleble y muchísimo más profusa que la de cualquiera de sus compañeros.

Ya antes de su horripilante desenlace, eran conocidas en la Academia por su tremenda rivalidad. A un ritmo no inferior a un par de veces a la semana, todos los alumnos tenían algo que contar sobre estas chicas; sobre sus manipulaciones, castigos y bromas, sobre todo el daño que, a pesar de su parentesco, parecían hacerse entre ellas con el único objetivo de minar la moral de la otra y, así, hacerla fracasar en su empresa.

Cuando llegó el momento de presentar su Obra Maestra a sus profesores, la rivalidad era tal que cualquiera de las dos chicas confirmaba estar dispuesta a absolutamente todo con tal de quedar por encima de su oponente. Es por ello que, cuando Cornella se presentó ante sus profesores totalmente calva, con la cabeza apenas cubierta por un pañuelo mal anudado, ninguno pudo sino pensar en la peligrosa rivalidad que compartía con Alexiandra. A pesar de su nefasta imagen, interpretó su pieza con una devoción y maestría que impresionó a todos los presentes. Este hecho no evitó que Cornella acabara de tocar con lágrimas en los ojos, no por dicha, sino por el sentimiento impreso en su piel de profunda y completa humillación frente a toda la Academia.

Alexiandra, sonriendo ante su triunfo, procedió a tocar su Obra Maestra justo después que su hermana. Cuando se presentó ante el profesorado, hizo gala de unos modales impecables antes de abrir el estuche de su violín y mostrar la nada ante todos. Alexiandra retrocedió, perpleja, ante el improvisto. ¿Dónde estaba su violín? Cuando levantó la vista, con el corazón latiendo a un ritmo vertiginoso, vio a su hermana con el instrumento en las manos. O, al menos, lo que quedaba de él: una argamasa de madera revuelta y destrozada.

Alexiandra no fue capaz de interpretar su pieza y, como consecuencia, fue Cornella la seleccionada para tocar en el Palacio de La Ópera de Montecarlo. No solo esto, la joven perdió toda facultad para tocar cualquier instrumento. Durante semanas, permaneció encerrada en su habitación, con su partitura perdida entre los despojos en su escritorio, esperando que alguien la tocase.

Cuando llegó el gran día del debut de Cornella, su desaparición causó un gran revuelo entre todas las familias nobles de Francia que habían acudido solo por conocer a uno de los más jóvenes y prometedores talentos del país. Alexiandra, a pesar de las múltiples ocasiones en que preguntaron por su paradero, no pronunció una sola palabra.

Antología: Criaturas de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora