Capítulo XIX

6.4K 646 1K
                                    

Louis notó como el coche comenzaba a moverse una vez arrancó, y pataleó el maletero con fuerza, gritando sin parar.

—¡Cómo me rompas el puto coche le corto los huevos a tu novio! —gritó alguien.

—¿Zayn?

—¡Gilipollas! —¿Era Liam?—. ¡Harry nos dijo que no tenía que saber que éramos nosotros!

—¿Liam? —no entendía nada.

—¡Ahora la has cagado tú! —contraatacó Zayn.

—¡Sacadme de este puto coche ahora mismo, joder! —gritó Louis.

Esta vez no contestó nadie, y aquello consiguió acabar con la poca paciencia que tenía. Volvió a patalear con fuerza el maletero tratando de romperlo para poder salir, y frunció el ceño cuando el coche frenó después de unos largos minutos conduciendo.

Sintió una suave brisa recorrer su cuerpo cuando alguien abrió la puerta del maletero, pero no pudo ver nada a causa de la oscuridad. No había ningún tipo de luz.

—Sal del coche. —definitivamente, era Liam.

—¿Qué?

—Vamos, sal. No voy a tocarte, sabemos que no te gusta que lo hagan.

—Cómo no tengáis una buena explicación para esto os juro que os voy a poner los huevos de corbata. —salió del maletero.

—Ponte esto.

—No veo una mierda. —bufó.

Zayn hizo salir una pequeña bola de fuego de la palma de su mano que sostuvo a flote utilizándola como antorcha, y Louis agarró el antifaz que le entregó Liam, mirándolo con desprecio.

—Quiero saber ahora mismo qué coño está pasando.

—Póntelo y finge que no sabes que somos nosotros. —Liam miró nervioso hacia los lados, metiéndole prisa para obedecer.

—¿Te estás escuchando? —alucinó.

—Vamos, joder. —insistió Zayn.

Louis obedeció muy en contra de su voluntad, tan solo por la curiosidad de saber qué pasaría después, y sintió una mano en su espalda que a penas lo rozaba, tan solo lo justo y suficiente como para guiarlo por el lugar.

Caminaron durante unos cinco minutos culpa del ojiazul, quien se paraba todo el rato con miedo a chocarse contra algo, y frunció el ceño cuando Zayn le ordenó que no siguiera caminando.

—¿Qué? ¿qué pasa? —tanteó con sus manos en su alrededor buscando algo a lo que agarrarse, pero resopló en cuanto no lo encontró. No había nadie—. Me cago en vuestra puta madre.

—Quítate el antifaz. —su voz inconfundible para Louis no le pasó desapercibida.

Se quitó el antifaz con rapidez sabiendo perfectamente quien era el que se encontraba frente a él, y golpeó su pecho con fuerza cuando comenzó a reír.

—¡Puto enfermo de mierda! —gritó furioso. Realmente se había asustado—. ¡¿Te parece normal ir secuestrando a la gente como te viene en gana?!

—Necesitaba una forma de traerte aquí sin que te olieras la sorpresa y no encontré mejor modo que este. —excusó riéndose.

—¡Eres un sinvergüenza y un puto gilipollas de mier...! —calló—. ¿Has dicho sorpresa?

—Sí. —sonrió.

—¿Qué sorpresa?

—¿Eres bipolar? hace diez segundos me estabas poniendo verde y ahora me pones ojitos para que te enseñe la sorpresa. —estalló a carcajadas.

Un juego de dosUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum