17. Lola # 37

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No llega en una hora.

Lo sé porque estoy contabilizando el tiempo de manera ridícula.

Así que activo la operación borrachera. No resulta particularmente difícil, porque todo el mundo parece estar en la misma onda.

Susana saca a bailar a Isa, y Laura a Simón. Hasta Alejandro está acá con su novia, y todo el mundo está pasando un buen rato.

Marco mi límite en bailar, así que me quedo en la mesa y hago videos de Isa "bailando", para extorsionarlo en el futuro. Martín se deja caer en el sofá frente al mío y se estira. Como la única persona que más o menos baila en el equipo, las chicas suelen pelearse por él cada que salimos, así que ya está cansado.

- Esta vaina está buena – Comenta, y levanta la cerveza de frutos rojos que acaba de probar

- Brutal – Estoy de acuerdo – Pero me gustó más esta – Le digo, y señalo a la cerveza negra con notas a café que estoy tomando

- ¿Cuántas le faltan? – Me pregunta

- 6, creo – Respondo.

Hay 12 tipos de cerveza diferentes para probar esta noche, y ya veremos cuantas repito después de que las pruebe todas.

- Yo creo que me quedo con esta – Declara Martin

- No sé. Moncho estaba diciendo que hay una achocolatada que promete

- ¿Y le va a creer a Simón?... Él cree que la Budweiser es la mejor cerveza y....

Se le apaga la voz de manera cómica, como un radio al que le bajan el volumen.

Se queda viendo algo por encima de mi hombro, y giro para ver qué fue lo que lo trastornó así.

Y me inclino a estar de acuerdo con Marto.

Lola viene entrando al local, mirando de un lado a otro, intentando encontrar una cara conocida. Cual quinceañera que se encuentra a su mejor amiga, Isa sale a su encuentro, y la lleva a la pista donde la saluda todo el que la conoce, e Isaza le presenta a los que no.

Lleva puesto un vestido negro corto y ajustado debajo de una cosa tipo kimono estampada con flores. En sus pies, las botas de combate que tanto le gustan. Tiene el pelo liso suelto, y unos aretes largos con plumas que le acarician las mejillas cuando se mueve. Va maquillada, aunque principalmente lo noto por ese lápiz de labios color vino que hace que su boca, que de por si es una obra de arte, sea puro pecado.

- Cierre la boca, hueva – Se burla Martín

- Cállese – Le digo, pero sigo mirándola

Isaza la hace girar en un baile estúpido, y entonces ella me ve.

Se disculpa con todos en la pista, y camina en mi dirección.

- Felicitaciones, ingeniero – Me dice con una sonrisa

- Hola, Lolita – Le sonrío también, y me pongo de pie para que me abrace.

Sigue oliendo como recuerdo, a un champú como de fresa, mezclado con esa colonia suya que no es femenina del todo, y tiene tanto carácter como ella.

Porque soy un bastardo aprovechado, la abrazo por mucho más tiempo de lo que es políticamente correcto. El vestido que lleva puesto me deja saborear la pequeñez de su cintura, que sé que se abre a unas caderas amplias de guitarra.

Estoy disfrutando del abrazo más de lo que debería, hasta que ella hace un ruidito como de gato atropellado.

Me aparto un paso para averiguar qué pasó.

Simplemente pasanWhere stories live. Discover now