Reino Kristal : Orígenes [EN EDICIÓN]

Capítulo 9 : El discurso de Miss Classroof

—Lucy, Lucy.

Una voz ahogada femenina me llama con insistencia. Miro a ambos lados sin saber quién rayos me llama hasta que veo un cabello rizado castaño saltarín. Bella se cuela a codazos entre los alumnos de la Escuela como he tenido que hacer hace unos minutos. Ha sido un momento intenso, casi definiría como único en mi vida. Inolvidable, ajá. Aun así me lo podría haber ahorrado pero la suerte no está de mi parte últimamente.

Agarro su manita morena que surge entre los brazos de unas chicas bastante altas que tienen el pelo de color rosa chicle y mascan fruta mientras charlan, ajenas a Bella que quiere pasar por debajo de sus cabezas. Tiro de la chica como puedo para que pueda salir de ese embrollo y las dos acabamos rodando hasta la zona donde estaba sentada tranquilamente. Mi espalda no llega entera a mañana. ¡Menudas hostias lleva ya!

—Te había perdido, me he ido a saludar a Kari y cuando he intentado buscarte no te encontraba —comienza a decir con rapidez y una sonrisa contagiosa. Se levanta como si tuviera un cohete en el culo—. ¿Todo bien? ¿Tom te ha hecho el recorrido por los terrenos? —Se sacude con fuerza sus pantalones para quitar alguna tierrecilla que se había pegado.

—Sí, no podría tener mejor guía —gruño tirada en el suelo—. Por eso estoy aquí, bueno, por eso estaba ahí —Señalo el banco fino, largo y bajito que está pegado al edificio con desgana—, sentada en el banco blandito.

Aquí he podido comprobar que nada es incómodo, solo las personas, para las cuales soy como un fantasma. Casper tiene más presencia que yo. Tras la escenita con los amigos de Tom, intenté regresar a la entrada porque pensé que seguramente Bella o Lucas entrarían por ahí. Me costó sudor y tiempo, la gente se había multiplicado. ¿Y si resultaba que se tenía que ir por otro sitio porque este lugar mide más de cincuenta campos de fútbol? Bueno, siempre hay que tener un plan B en cuyo caso era: seguir a la masa. Simple, eficaz e infalible.

—Me hubiese sorprendido si afirmaras que ha hecho bien su trabajo por una vez en su vida —Ríe ofreciéndome su mano. La acepto y me levanto del suelo que eso sí que está duro como una piedra—. Tendremos tiempo para explorar después del discurso. ¿No estás emocionada?

—Estoy más perdida que otra cosa —le contesto, desanimada.

—Perdona por dejarte sola con el rubio, es un cerebro de mosquito. —Sonrío ante el puchero triste que pone—. ¿Por qué estabas aquí?

—Mejor estar sola con mis pensamientos que con los amigos de Tom...

Bella pone una mueca de asco, parece que no soy la única que tiene mala impresión de ellos.

—Los Hoax, sí. Ya sé quiénes dices.

—¿Los Hoax? —inquiero, extrañada por ese nombre. Ahora que lo pienso, Tom lo mencionó antes. No era lo más interesante —. ¿Así se llama el grupo? —Ella asiente ligeramente—. Les pega, los veo bastante engañosos.