Capítulo 8 : La Escuela Preparatoria y los Hoax

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—O sea, que la mayoría de kristales azules y rojos viven por las afueras, ¿no? —inquiero repasando nuestra conversación

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—O sea, que la mayoría de kristales azules y rojos viven por las afueras, ¿no? —inquiero repasando nuestra conversación. Bella asiente—. Por eso sois Tom y tú vecinos.

—Vivimos los dos muy cerca, como a unas calles —añade el rubio—. Hay más sitio para practicar que en el centro, la naturaleza es nuestra aliada. Mi padre siempre lo ha preferido.

—Pasas más tiempo en mi casa que en la tuya —replica Bella entrecerrando sus pequeños ojos—. Solo vas a dormir y poco más. O estás brincando por los campos o zampando tortitas y fruta de mi mesa.

—Eso no es del todo cierto. También voy por el centro —se defiende Tom con esto altivo.

—A veces te veo ligando por el Centro, sí, es verdad —interviene Lucas con tono jocoso—. Por los cafés y todo eso, alguna incauta siempre cae. ¡Pobrecillas! —lamenta haciendo un gesto dramático con la mano.

—¿Y tú? —inquiere la morena. Me da un codazo en el brazo para que hable—. ¿Dónde vivías?

La verdadera pregunta es dónde no he vivido. Gran parte de mi infancia la pasé en Reino Unido, pero también he estado varias veces en Canadá, en España, en Italia y en Irlanda. Botando como una pelota de un lado para otro. Así se lo cuento a mis tres nuevos compañeros durante todo el viaje, mis aventuras por cada país.

En Walter, por otra parte, están entrando cada vez más y más gente pero no tenemos que levantarnos, resulta que el bus mágico se va dando de sí y pueden entrar las personas que quieran sin que nadie se quede fuera. Mínimo unas cien llevamos ya. No me quejo, una de las cosas que más odio de nuestros buses es tener que ir de pie por mucho rato. Cero tráfico además, es todo ideal.

En cuanto a los relatos sobre mi vida cutre logran sacar varias carcajadas de los chicos y alguna que otra mirada de la gente sentada cerca de nosotros. De cuando era pequeña no me acuerdo mucho, solo de playas y días soleados pero que luego cambiaron a ser días lluviosos, mantas y olor a lavanda. Es extraño porque en Reino Unido no vivimos nunca en la playa si no en ciudades como Manchester, Birmingham o Luton. Recuerdo también que los Reyes Magos me traían muchos regalos —dos sofás llenos—, pero claro, cómo no iba a ser así si mi padre tiene la mitad de acciones en empresas de perfumería y cosmética y luego creó la suya propia: Lavander Haze. Invirtió todo su tiempo y dinero y la jugada le salió redonda.

Conforme crecía, me di cuenta que más que muchos regalos necesitaba el mejor y el más especial: el tiempo. Ese tiempo no se me concedió, tiempo para pasar con mi única familia que era mi padre. Su empresa seguía fluctuando a la vez que mi enfado con respecto a su persona. Vivimos entre Italia y España por tres años en los que hice grandes amigos...¿qué habrán sido de ellos? ¿Seguirá mi compañera de trastadas, Marta, haciendo bromas a los profesores con bombas de olor nauseabundo? ¿Y mi italiana favorita, Laura, bailando y cumpliendo sus sueños de ser la mejor bailarina de ballet?

Fueron pocos los meses que estuve con ellas y con otras muchas personas, apenas semanas en algunos casos, pero tengo la pequeña manía de encariñarme de la gente cuando estas me dan amor y cariño. Pero siempre nos mudábamos, el siguiente destino fue Irlanda y allí, cuando tenía doce años, mi padre conoció a Taylor. En qué día fuimos a ese desfile de moda...Ella era una de las diseñadoras y de lo que iba a ser una colaboración de marcas se convirtió en la unión de dos personas bastante similares. Lo demás es historia, una vez juntos la llama se apagó no así el armario y los gastos de Taylor. Menuda pajarraca...

Reino Kristal : Orígenes [EN EDICIÓN]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora