Cap 1 • Thomas

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MI MEJOR AMIGO
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Aún recuerdo el día en que nos conocimos, teníamos ocho años, era un lunes y como todos los lunes lo único que me hacía levantarme con ánimos eran las clases de natación que tenía.

Toda la mañana estuve ansioso «algo bueno va a pasar»  al llegar la tarde mi mama me llevo a mi clase, estuve practicando como tres horas sin parar ya hasta me estaba arrugando las manos y pies al estar tanto tiempo en el agua.

Al terminar de hacer mis últimas vueltas en la piscina, mire al cielo y estaba gris «una señal para terminar» me fui a cambiar para esperar a mi mama.

La lluvia azotó de repente cuando estaba sentado en una banca, corrí lo más rápido que pude y me resguarde debajo de un árbol pero aun así la lluvia me empezó a tocar, comencé a temblar por el frío ya que solo traía una playera manga larga.
Habían pasado unos cuantos minutos cuando te escuché decir:
— ¡Hey hola!, tengo un suéter extra en mi mochila ¿La quieres?

Me sobresalte al verte salir del otro lado del árbol, pues no había visto que alguien más estuviera cerca.

Con voz temblorosa por el frío logre decirte:
—Mmm si, por favor.

Me tendiste tu suéter color azul con líneas blancas y me lo coloque rápidamente. Al tenerlo puesto pude percibir tu olor, era como estar cerca de la brisa marina.

—Por cierto me llamo Thomas, pero mis amigos me dicen Thom, puedes llamarme así. Compartir el suéter creo que ya nos hace amigos —soltaste con una sonrisa sincera.

Realmente me impresionó, pues ¿Quién hace amigos así? Lo deje pasar y te dije:
—Gracias Thom, yo me llamo Lanndoon —Castañeé aun por el frío.

—Un gusto Landon, presiento que seremos mejores amigos, una historia del cómo nos conocimos no se supera fácil.

Estabas en lo correcto, ese bendito lunes es inolvidable.

También recuerdo cuando Thom quiso practicar natación porque quería saber cómo se sentía nadar de espaldas, pero nunca llego a soltar la orilla de la piscina.

—Vamos Thom no es tan difícil, solo suéltate y confía en tus instintos —solté ya cansado.

—Oh vamos, no solo debes de decirme que confíe en mis instintos, debes de darme unas técnicas o trucos que se yo —bufó.

—Pues yo aprendí a no tener miedo del agua cuando me lanzaron en medio de la piscina 5 veces, ¿Quieres que haga lo mismo? —pregunté enarcando una ceja.

—Sabes que, no sirves como maestro de natación, lo dejo, mejor me voy a aprender tenis, tiro con arco o algún otro deporte en el que tú no me enseñes —dijo saliendo de la piscina tan arrugado como una pasa por tantas horas qué pasó solo agarrando la orilla

Oh la vez que quería participar en esos concursos de comer todo antes que se acabe el tiempo, ni a la mitad llegó porque vomito todo, en realidad no sé por qué hizo eso sí ya se había comido una carne asada una media hora antes, pero como buen amigo tuve que ayudarle a limpiar su vomito.

Realmente extraño a Thom.


Cuando me enteré que tenía cáncer de riñón, el miedo llegó, apretó mi garganta y al llegar al corazón lo desgarró. Tenía tan solo diecisiete años cuando murió, ya hace tan solo un año desde que pasó.
Ahora sé que la peor pesadilla es el vivir con miedo, tal como yo viví todo ese tiempo, aunque Thom se lo tomó tranquilo yo no pude, no pude ni podré superar la muerte de mi mejor amigo.

Entre las cosas que conservo de mi infancia están los vídeos que nos grababan con Thom, me hace sentir que aún está conmigo y yo estoy con él.

El que me gusta es cuando célebre mi cumpleaños número diez, lo he visto un montón de veces.
En cierto momento cuando estoy soplando las velitas, se ve a Thom a mi espalda y en la mesa que hay justo delante de mí hay un pastel enorme. Yo estoy arriba de una silla para alcanzar a soplar y él se mira listo para tirarme la cara directo al pastel cuando me agache para sople las velas, en el vídeo se logra escuchar que él me dice "¡Vamos landooon! sopla de una vez las velas" el sonido es pésimo pero se logra a escuchar. Al decir eso, se mira que yo me  agacho a soplar y Thom aprovecha y logra estampar mi cara en el pastel de rayo McQueen, levanto mi cara y tengo una sonrisa hecha de pastel.
Quise mandar a componer el vídeo para que esté en mejor estado «no quería que le pasara nada malo a esos recuerdos» pero el técnico al que fui me dijo que no podía.

Cada vez que veo el vídeo pienso invariablemente lo mismo: que el tiempo no ha pasado, que sigo estando allí con él. Es lo único que deseo, volver al pasado y detener el tiempo.

Desde que le dieron el diagnóstico, lo operaron de urgencia ya que estaba avanzado, pero no funciono, el maldito seguía creciendo y ya no solo en el riñón se había propagado hacia otras partes del cuerpo, mejor conocido como el cáncer metastásico. A pesar que los médicos lo chequearon varias veces, aseguraban que no había esperanza, que le quedaba poco tiempo de vida. Ni con radioterapia o quimioterapia iba a poder vivir, solo le iba a dar más tiempo y aunque dieron un aproximado, algunos meses mas no nos bastaban. Pero aun así sometieron a Thom a esos tratamientos ya que él lo decidió así.
Quienes me lo dijeron fueron mis padres.

Al día siguiente no fui a clases ni visite a Thom, él me había dicho que no nos podíamos ver una semana porque debía viajar con sus padres. Cuando mis padres me hablaron para que saliera, me inventé una excusa y les pedí que dijeran a los profesores que me encontraba mal, pero que no tardaría en volver. Ellos ya sabían lo que me ocurría, pero no dijeron nada más tan solo "hijo estamos aquí no debes llevar esa carga tu solo, desahogarse está bien". Ese día estuve pensando mucho y rápido comprendí que me había comportado realmente mal. Thomas me necesitaba y yo a él.

Me vestí con lo primero que vi en el clóset, no me importo si no combinaba necesitaba visitar a Thom, cuando llegue me explico la situación. El parecía estar tranquilo, me repitió casi lo mismo que mis padres, pero cuando lo escuché pronunciar la palabra "cáncer" los ojos se me humedecieron. Yo lo escuchaba pero deseaba con todas mis fuerzas que no fuera real que el miedo que estaba sintiendo no era para tanto.

Me abrazó con fuerza y me susurro en el oído:
—Perdón por mentirte pero sabía que te ibas a poner mal.

Claro que me sentí mal porque él me lo oculto toda una semana, pero también sabía que él no me lo dijo porque si me lo decía se volvía realidad.

—Ya no importa, te quiero demasiado y no te quiero perder.

—Claro que no me vas a perder tonto, ya estoy en tratamiento veras que me voy a recuperar y voy a patear tu trasero cuando sepa nadar.

Lo soltaste con una gran sonrisa sin una pizca de tristeza. Y aunque fue una mentira lo que me dijiste me aferre a ella.

Después cada vez que salía de las clases me iba corriendo para llegar a mi moto para poder visitarlo, había dejado la clase de natación pues quería estar el mayor tiempo posible con él. Cuando estábamos juntos le contaba lo que había sucedido en el colegio, que no pasaba nada interesante si él no estaba ahí.

Así eran todos los días hasta que empezó a sentirse verdaderamente cansado, me pedía que me quedara a su lado viendo una película. Entonces nos sentábamos juntos y él siempre apoyaba su cabeza en mi hombro y nos terminábamos durmiendo así. Tan tranquilos creando nuestra escapatoria para no pensar en la enfermedad.

Murió cuando yo estaba en clases. Hacía varios días que no se levantaba, me hablaba poco. El médico le había aumentado la dosis de morfina por el dolor que sentía y se pasaba la mayor parte de tiempo durmiendo. Ese día yo no tenía ganas de ir a estudiar, quería pasar el día con él. Pero cuando estuve con él me había dicho que tenía que ir, que tenía que soportar el colegio por él, que debía distraerme y en caso de que ocurriese algo me llamarían.

Estaba en receso cuando vibró mi celular y leí el nombre de la madre de Thom en la pantalla del celular, supe de inmediato lo que iba a oír. Les dije a los profesores que debía irme enseguida y salí corriendo lo más rápido que pude. Todavía me maldigo por no haberme quedado con Thom ese día, por no estar presente. Corrí como un rayo con mi moto, creyendo todavía en la mentira que me había dicho "que con mi ayuda lo lograría".

Al llegar el miedo se hizo presente una vez más, pero decidí ser valiente y lo oculte. Al estar en la habitación me acerque a él y conteniendo la respiración observe su rostro inmóvil, le agarre las manos y las apreté con fuerza. Los padres de Thom estaban abrazados junto a la puerta de la habitación, susurraron con una sonrisa triste que se había marchado.

Ya no estaba. Sentí mi corazón acelerado y un ruido ensordecedor que venía de mi pecho hasta llegar a los oídos. Mi hermano se había ido.


En el entierro acudieron las personas que conocían a Thom, así como algunos del colegio. La fotografía que habían elegido se la había sacado yo un día otoñal: estaba sonriendo, y un mechón de pelo castaño le caía en la frente. De la iglesia apenas si recuerdo el color de las paredes viejas, el denso olor de las múltiples flores, los susurros y las caras ajenas que tenían lágrimas y usaban gafas oscuras. Cuando acabó el funeral, mi mamá me agarró de la mano y nos dirigimos lentamente hacia la salida del cementerio sin decir una sola palabra, papá ya nos estaba esperando en el carro cuando llegamos.

~El día verdaderamente mas triste sin ti y por ti.~














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PESADUMBREWhere stories live. Discover now