De repente entra Dani y saluda a mis padres.
- ¡Dani!
Dani le miró y Jesus me señaló.
- ¿Eres Enma??
- Sí..
- Estás irreconocible
- No sé si tomármelo a bien o a mal.
Nos dimos dos besos.
- ¡A comeer!
Nos sentamos y los gemelos se pusieron a mi lado, estaba muy nerviosa.
Terminamos de comer y cogí mi plato para recogerlo.
- No recojas, hombre, que sois invitados, que lo recojan Jesús y Daniel.
- ¿Quee?
Empezaron a recojer y de repente se me escapa un risa.
- ¿Y tú de que te ries chiquilla?
- Nada, nada..