› 11

1.8K 216 153
                                    

...

Con mi chaqueta en mano, me dispuse a ir al instituto con más energía que la semana anterior.

En ese Lunes, se suponía que Sunoo ya iría.

La semana que no estuvo pudimos vernos por la tarde y sobre todo de noche, al menos. Aunque no me bastaba, me había acostumbrado a verle más seguido y realmente era mi acción favorita, pero debía de ceder, al fin y al cabo no sabía sus motivos para no estar asistiendo a clases.

Agarré mi mochila como última tarea antes de irme, y salí.
Había salido algo más temprano de lo habitual, por lo que decidí pasear un rato por el barrio, después retomaría mi camino hacia el colegio.

Cuando pasé por delante de su casa, vi al que hacía poco tenía el pelo rosa, Sunoo. Estaba hablando con quien parecía su madre.
Debido a los fines que tenía cuando me junté con él, me limité a esconderme detrás de una valla publicitaria cercana y observar. No podría escuchar nada, por supuesto, pero trataría de analizar sus rostros.

Podía ver a Sunoo con una expresión algo preocupada, tal vez. Su madre estaba más o menos igual, con una pizca de decepción y pena en su rostro.

Hacía cuatro noches Sunoo estaba completamente feliz tras llamar a su hermana por un mensaje de su madre, y en ese momento todo pareció haberse derrumbado.

Incluso yo me sentí mal. Tenía ganas de correr y abrazar a Sunoo, y a la agradable señora de grandes mofletes que se encontraba contándole algo.

Suspiré y esperé un poco, cuando vi que Sunoo ya saldría de su jardín y se iría al instituto, retomé mi camino.

Él estaba detrás mía en todo momento, pero no se acercaba, estaba mal.
En un ambiente normal, como a diario, habría corrido hacia mí, me habría tocado el hombro sonriendo y hubiera caminado a mi lado, pero en ese momento estaba tan solo con la cabeza agachada mirando su teléfono mientras caminaba.

Definitivamente no era normal.

Mi camino se basó en suspirar y suspirar hasta que llegamos al lugar.

Cuando me detuve en la puerta, esperando a que abrieran el lugar ya que seguía siendo bastante temprano, Sunoo se paró junto a mí y me saludó.
Fingí que no pasaba nada e imité la acción.
Me alegraba que se mantuviera amable después de todo.

...

Habían pasado un par de clases, estábamos en educación física cuando la profesora, que era algo odiosa, dejó el lugar por unos minutos.
Yo estaba tranquilamente en una esquina charlando con Sunoo y Sunghoon, mirando hacia arriba para alcanzar a ver al segundo nombrado, que me sacaba unos diez centímetros.

La profesora aún no había dado ninguna orden a pesar de que había pasado ya casi la mitad de la clase, pues tampoco había mucho que hacer, aparentemente.
Todos estaban esparcidos por el gimnasio hablando, en sus grupos de amigos o simplemente haciendo cualquier cosa.

De la nada escuché unos "murmuros" algo fuertes. Que para nada eran murmuros, pues pretendían serlo pero eran lo suficientemente altos como para que yo y los chicos los escucháramos.

– No entiendo qué se supone que hace Minah con ellos. – Chilló una de ellas en tono de desprecio

– Tan solo mírala. – rió otra – No tienen nada que ver... ¿Cómo llegaron a acercarse a una depresiva como ella? No parece ni que tenga ganas de vivir.

𝗪𝗔𝗥𝗠 | Kim Sunoo ✓ Where stories live. Discover now