[Precuela de The Queen & The Prince] Los recuerdos de ambas almas destinadas a estar juntas antes del deselance final; una relación que tardó siete años en construirse y que durará hasta más allá de la eternidad.
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Estaba dispuesta a renunciar un futuro lleno de posibilidades, un futuro inmaculado donde podría desenvolverse volviéndose a enamorar, formar una familia amando a un hombre que verdaderamente valorara sus sentimientos. Pero la lealtad que poseía hacia su padre superaba cualquier deseo personal; lo necesitaba junto a ella.
— ¿En verdad vas a hacerlo? —preguntó Theresa mirándola con nostalgia—. No tienes por qué. Tampoco sabes si él puede devolver recuerdos a tu padre. Es posible que todo sea un engaño, manipulaciones para tenerte sometida a su poderío.
— ¿Y si dice la verdad? —ambas se quedaron calladas por breves segundos—. Es un mago tenebroso que conoce magia antigua, seguro puede cumplir su promesa si realmente demuestro lealtad.
Theresa negó con la cabeza y se levantó de la cama; su expresión manifestaba nostalgia, inclusive tremendas ganas de golpearla para hacerla entrar en razón.
— No recomiendo que lo hagas. Yo tengo esa marca porque no tuve opción. Pero tú puedes apartarte, dejar esas ideas absurdas refugiándote en Dumbledore... aún no es demasiado tarde para que abandones peligros innecesarios.
— Si crees que hago esto por Severus estás equivocada.
— Ojalá pudiera alguien hacerte entrar en razón.
Hubo entonces una sensación amarga cuando se encaminaron al vestíbulo, donde los mortífagos estaban reunidos aguardando por el Señor Tenebroso, y entonces reconoció diversos rostros entre tantas personas.
Snape estaba ahí. Cuando sus miradas se encontraron el mundo pareció desvanecerse, y Lockhart comprendió que no habría vuelta atrás una vez aceptara la marca. Porque con una expresión melancólica él imploró que no se condenase a sí misma.
— Es un gran honor pertenecer a sus filas, un privilegio estar aquí ofreciéndole tu vida. —Zabini musitaba palabras en su oído—. Cordelia, estás haciendo un excelente trabajo brindándole absolutamente todo de ti a nuestro señor.
— Un verdadero privilegio será cuando tenga la marca.
Pero las amargas expresiones de Narcissa, Theresa y Severus le imploraban que desistiera; todavía podía escabullirse buscando un sitio seguro sin que nadie descubriera su paradero. Aun así quiso desobedecer cada sugerencia enfrentándose a lo desconocido.
Tenía quince años cuando se puso de rodillas frente a Voldemort. Extendió su brazo sintiendo montones de sensaciones instalándose sin su consentimiento. Un punzante dolor fue recordatorio de que no habría escapatoria; sobre su pálida piel quemándose con intensidad sobrehumana una marca tenebrosa de la que nunca podría escapar.
