Gracias Juán | Sebastian Villalobos

Capítulo 7: El cumpleaños de Mario (Parte 1)

Entramos tomados de la mano, estaba tan nerviosa. La casa de Mario era completamente increíble, como arrancada de algún palacio o algo así, las paredes color crema llenas de cuadros hermosos que de seguro costaron unos cuantos miles de dólares, el piso de baldosa pulida hasta más no poder, plantas que le daban un toque bastante acogedor a la gigantesca sala de estar y la música, retumbando en mis oídos, callando la euforia del lugar con toda su potencia. Me recordó el tipo de fiestas a las que mi hermano iba. Gente intolerante, pláticas aburridas sobre viajes y los últimos chismes, bla bla bla.

Lamentablemente las miradas no se hicieron esperar, era tan notorio que a nuestro paso las personas no dejaban de comentar quien sabe que, especialmente las niñas que nos devoraban con la vista, debo admitir que me siento poderosa al estar con él. Personas por todas partes me aturdían, las chicas parecían arrancadas de un concurso de belleza y chicos que la mayoría ve en la televisión pero obviamente, nadie como Sebastián.

Él saludaba con todos mientras nos abríamos paso desde la entrada hasta el patio trasero. Nuevamente me sorprendí al ver una piscina llena de gente, barra libre con meseros sirviendo comida y bebidas de todo tipo, incluso un Dj en la parte superior, todo tan arreglado a detalle, ¿Cómo me pude perder de esto tanto tiempo?. De pronto una mujer se nos acercó, era alta, de cabello rubio y con una amplia sonrisa nos saludo.

-Bienvenidos, puedo ayudarlos con los obsequios

-Si por favor -Le entregamos dos cajas más o menos del mismo tamaño, vi que detrás de ella había una mesa repleta de regalos. -Disculpe, ¿Dónde está el cumpleañero?

-En el hidromasaje junto a la alberca -Señaló detrás de nosotros.

-Gracias, vamos a saludarlo. No te apartes de mí, estas "miraditas" no me están gustando nada

-Te miran a ti Sebas, yo soy un complemento

-¡Por dios! No seas tan modesta -¿Acaso estaba celoso? ¡Nah! ¡Imposible!

Caminamos hasta el hidromasaje, donde un muy alcoholizado Mario estaba de lo más feliz, rodeado de sus mejores amigos supongo, y a medida que nos aproximábamos vi a ¡Wow!...

-¡Sebaaas! -Era Carolina Jaramillo

-Por fin llegó -Y Juana Martínez

-Hola Chicas

-¡Impuntual! -Obviamente también estaba Juan Pablo Jaramillo, salpico un poco de agua al rostro de Sebastián

-¡Oiga!

-¡Sebastián! -De pronto Mario salió del agua

-¡Feliz cumpleañoooos! -Ambos se abrazaron, ignorando incluso que Mario mojó la ropa de Sebastián. -Y veo que me trajo mi regalo y todo -Lo dijo mirándome de pies a cabeza

-¡Hey que le pasa! Ella es...

-Como cree que se me va a olvidar ¡Hola hermosa! -Me abrazó por la cintura, tan fuerte que me levantó del piso obligándome a soltar la mano de Sebas.

-¿Así que me recuerdas?

-¿Cómo me olvidaría de ti? Luego de esa farra le pedí tu número a Sebastián pero nada que me lo quiere pasar, iba a invitarte personalmente

-Bueno es que siempre estamos juntos y yo le puedo pasar el mensaje - Sentí entonces su mano rodeando mi cintura y pegándome a su costado, como indicando que le pertenezco. -Por cierto, ¿En donde están los demás?

-Pues Gio, Daniel y el otro Sebas fueron por más bebidas. -Dijo Juan

-Mientras llegan, ustedes dos vayan a cambiar se y entren con nosotros, tengo el presentimiento que este será mi mejor cumpleaños -Lo raro de todo esto es que a mí solo me daba gracias ver a Mario jugando al galán, pero a Sebastián no le agradaba mucho