Capítulo 3: ¿Quieres jugar? Jugamos

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¿Qué pasó? ¡Auch! Mi cabeza… siento nauseas y porque todo parece estar en movimiento. ¡Uff! Recapitulemos

-La cena… la discoteca… las bebidas… Sebastian ¡Sebastian! -Y ahí abrí mis ojos de golpe, aun usaba el vestido, mis tacones y todas mis cosas estaban a un lado de la cama, pero él se había ido… ¡Por dios! Que nochecita

-¡¿Y cómo amaneció mi princesa?! -¿Mi madre en casa?, la vi cruzando la puerta de mi habitación, aun en pijama.

-¡¿Mamá?! ¡¿Qué diablos haces aquí?! 

-¡Ah ah ah! Esa no es forma de contestar señorita, ven y desayunemos. Tenemos mucho de que hablar –No entiendo nada, me cambié de ropa, recogí mi cabello y tomé mi celular.

-El dijo… que podía escribirle –Su número estaba registrado en mi teléfono, su foto de perfil. Era Juan abrazando por el cuello a Sebas, ambos sacando la lengua, tierno.

-¡Date prisa amor tenemos planes hoy!

-¡Si! -¿Planes? Caminé hasta mi ventana y discretamente corrí la cortina, no estaba.

Dejé mi teléfono de lado, de todas formas no estaba en línea, baje rápidamente y en la mesa había fruta fresca, cereales, pan integral y jugo de naranja,  y desde luego el fabuloso interrogatorio tipo C.S.I de mi madre, hablamos y trate de omitir detalles como el estado en el que llegue a casa, ahora que lo pienso ¿Qué hora es?

-Son apenas las 9:30 A.M mamá, ¿Puedo dormir?

-No, hoy tenemos planes

-El único plan que quiero es con mi cama

-Pues, tal vez cambies de opinión cuando te diga que Karen vino muy temprano hoy para invitarnos al entrenamiento de Juan. Buen trabajo nena –Me guiño el ojo mientras se llevaba un pedazo de pan con mermelada a la boca.

-Ah si… Juan –Recordé entonces nuestro partido amistoso, cuando vi a Sebastián por primera vez, quiero verlo hoy. -¿Cómo que “buen trabajo”?

-Ganarse a la familia de tu futuro novio es un buen paso, me pasó igual con tu padre

-Si y mira como terminaron

-¡Shh! Deja de refunfuñar y ve a vestirte

Subí rápido a mi habitación, cerré mis ojos y deslizándome lento hasta el suelo sentía su voz cerca de mis oídos, sus manos tocando suavemente mi rostro, su sonrisa interminable, su olor, su cuerpo y… escuché unas risas.

-¿Juan? –Me acerqué a la ventana y lo vi, justo como lo recordaba.

Juan vestía un uniforme deportivo, Sebas jugaba con la pelota, estaba enseñándole creo. Era muy divertido verlos juntos,  riendo y haciéndose bromas. Entonces apareció su madre, con un bebé en brazos, ella también vestía con ropa deportiva, llamó a Juan y ambos salieron. Sebas entonces cerró la puerta con seguro y se quitó la camiseta

-¡Por dios!... –Con la boca abierta no dejé de mirarlo, tenía el abdomen marcado, pude sentirlo ayer al bailar pero hoy…

-¡Hija! Date prisa

-Vo… ¡Voy! -tomó algo de ropa de un cajón del armario, un frio profundo invadió mi cuerpo, mirarlo ahora frente al espejo mientras intentaba hacer diferentes poses, estaba hipnotizada. Un momento, ¿Qué hago espiándolo?, noté entonces que estaba por bajarse los pantalones. Y sin más, me alejé rápidamente de la ventana.

-Nena, Karen me dijo que pasará por nosotros en diez minutos… ¿Estás bien?

-Si…

-¿Qué pasó?... estas pálida –Tocó mi frente

Gracias Juán | Sebastian VillalobosTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang