Capítulo 1: Nuevos Vecinos

9.1K 279 54
                                    

Era un viernes por la tarde, acababa de recibir mis notas finales y no eran muy buenas, especialmente matemáticas, ¿Que tienen que todo el universo las odia?, tomé un cigarrillo de mi bolso, aun me quedaban tres, odio esta manía de solucionarlo todo con la inconsciencia.

-Tal vez no deba decir nada aun sobre mi rendimiento estudiantil... -Absorbí el suave humo por última vez y me dispuse a regresa a casa.

Tomé un taxi, le di mi dirección y como cada tarde recordé, a mi padre y mi hermano en Houston, desde que mis padres se divorciaron cada uno tomó un camino diferente, querían un nuevo comienzo,  mamá cumplía poco a poco su sueño de ser diseñadora de modas empezado desde cero, claro está.

-Me van a regañar. Seguro.

Estaba tan perdida y no literalmente, me sentía tan sola y perdida por las calles de Bogotá. Hace un año que nos mudamos a Colombia con mi madre. Día tras día esa sensación tan propia de caída me obligaba a pensar y pensar hasta no saber de mí.

Llegué, como siempre, nadie. Caminé hasta la cocina y había una nota de mi madre.

-"Tu comida está en el microondas, por favor saca la basura. Te ama mamá, se buena."

-También te amo madre.

Me relajé un poco, tire mi maleta en el suelo y me acosté en el sofá. Luego de unos minutos me dispuse a comer, sopa de champiñones, y prendí la televisión, en las noticias estaba muy de moda sacar a colación el tema de las redes sociales y la revolución que están provocando, bla bla bla, el cyber bulling, pedófilos detrás de cuentas falsas en facebook y claro, youtube.

-¡Hola!

-¡Qué diablos! –Había un niño, mirándome del otro lado de la ventana.

-Lo siento, no quise asustarte

-No pasa nada -Dejé mi plato a un lado y abrí la ventana, era un pequeño de unos 8 años más o menos, mejillas rosada, cabello castaño y unos ojitos preciosos que no dejaban de mirarme abiertos como un par de platos.

-Es que mi pelota cayó en tu patio –Me giré y a través de la puerta de vidrio que daba al patio vi una pelota de futbol rodando sobre el césped.

-Voy por ella –No recuerdo haber visto a ese niño por el vecindario, había una casa en venta junto a la mía, seguro tenemos nuevos vecinos. Tomé la pelota y me dirigí  abrir la puerta.

-¡Buu! –Salió de los arbustos y salto frente a mi. Logicamente me asusté pero su risa era tan contagiosa que también comencé a reir. Recordé a mi hermano.

-No funcionará de nuevo –Le regalé un gran sonrisa. –Tu pelota. –Extendí mis manos para devolvérsela.

-¡Gracias! ¿Por cierto cómo te llamas?

-Soy (Tu nombre). ¿Y tú?

-Juan ¿Quieres jugar conmigo? Mi mami está ordenando las cosas y mi hermano mayor la ayuda, tengo otro hermano pero es un bebé, no puede patear el balón. –Crucé mis brazos mientras lo escuchaba con mucha atención, no paraba de sonreír, Juan era tan tierno.

-Está bien Juan, hay una cancha frente a tu casa, así no se preocuparán por ti, porque supongo que no pediste permiso.

-Me puedo cuidar yo solito, soy un superhéroe

-Si claro súper hombre voy por mis llaves –Entré a la casa y recogí las llaves de la mesa de centro.

-De verdad, mi hermano mayor lo dice -Noté que Juan iba detrás de mí.

-¿Tu hermano mayor no juega contigo?

-Pues si pero... la mayor parte del tiempo está viajando, a veces lo extraño mucho

Gracias Juán | Sebastian VillalobosWhere stories live. Discover now