Capítulo 04

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Diez segundos pasaron entre los cuales apresuraré mis pies de manera automática hacia la salida de la enfermería y había tomado el pestillo, airosa, casi solemne. Diez segundos. Pero solo bastó cruzar la puerta del lugar para finalmente aceptar dos cosas: que la ofuscación había tomado un nuevo significado para mí, y que éramos las únicas personas en aquel edificio. Mi corazón saltó en mi garganta ante el solo pensamiento.

Retorciéndome en mi lugar, inhalé el aroma del aire fresco que trajo consigo. Los pasillos me parecieron más largos al estar envueltos en esa alarmante oscuridad.

Mi piel se sentía tensa sobre mis músculos mientras avanzaba de manera automática. Mis pasos sonaban por todo el corredor que daba hacia la enfermería y con cada uno de ellos me sentía vigorosa, llena de persuasión y vacilación concomitante. Una puerta al final del pasillo apareció, casi haciéndome señas. No sabía muy bien a donde iba, pero me encontré en la cafetería y luego en el pasadizo de entrada. La puerta principal era como una especie de nubarrón, sin embargo, estaba ahí, ofreciéndome alivio. Y todo lo que sabía era que necesitaba llegar a casa.

Por un segundo me quedé en el pórtico, sintiendo la presión y el frío del aire. El ambiente en esa zona era totalmente diferente a la que estaba adaptada, simplemente extraña. Aunque yo no había pasado tanto tiempo en el epicentro de la demencia, tampoco había presenciado una atmósfera como aquella. De un clima álgido había pasado a extenderse a una temperatura más allá de la normal.

El aire venía tan frío que, al respirarlo, me dolían hasta los dientes. 

Aturdida, bajé los pequeños escalones del pórtico ancho y solitario. Piezas de nieve se asomaron por lo alto de mis pies, pero seguí caminando. Pequeños rayos de luz liderando el camino taciturno y desierto por la ausencia de personas.

Mis pasos aplastaban las acumulaciones de nieve que se elevaban más o menos por la altura de mis tobillos, haciéndome caminar un poco más lento, sin dejar atrás la molestia de la humedad que brotaba de esta. El viento soplaba con demasiada intensidad, ocasionando que algunos cristales golpearan mi rostro, aterrándome de pies a cabeza. Todo el tiempo sentía miradas detrás mío, pero estaba convencida de que eran delirios, puesto que ningún alma vagaría en ese instante por las oscuras calles de Allensdale. Simplemente hubiera sido estúpido. Disminuí la velocidad de mis pasos y, atenta a cualquier movimiento o ruido, seguí avanzando a mi destino.

Iba observando hacia cualquier rincón, pendiente del más mínimo detalle. Mi cuerpo irradiaba nervios y tensión en cada partícula de él, y mis manos habían acabado empapadas de sudor generado por el temor.

Sentía otra presencia además de la mía, a pesar de que nadie más sabía que yo iba allí. Me detenía, pero no lograba ver nada. Estaba a punto de pensar que me estaba volviendo loca cuando alcé la vista apenas. Mis labios temblaron. Una figura algo críptica destacaba entre los árboles. Luego se convirtió en una silenciosa mancha de color café que se desplazó entre los arbustos a mi derecha. La escasa luz cortaba su rostro en sombras.

Mi corazón empezó de repente a latir más fuerte contra mi caja torácica, haciéndome acelerar el paso, al punto de casi estar corriendo. Intenté pasar por alto a la persona creyendo que eran cosas de mi imaginación y que solo estaba profundamente cegada por el miedo de que me sucediera algo. Lentamente, me di vuelta. El viento azotó a mi alrededor mientras enfocaba mi vista a la silueta, pero esta no se encontraba en la misma posición, ahora parecía avanzar en mi dirección.

Inconscientemente, todos mis sistemas estaban fijos sobre aquel enigmático bosque que recubría gran parte de Allensdale. No me sentía segura de que pensar sobre mí misma en ese instante. Realmente había prometido mantenerme alejada de aquella extensión, pero en ese momento, parecía significar el escondite perfecto. Incluso sabiendo que en su interior aún se encontraba el agridulce sabor del asesinato de un grupo de chicas.

El secreto de HaileyWhere stories live. Discover now