Capítulo 01

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Allensdale, Estados Unidos

29 de septiembre de 2003

Hoy se cumplía una semana desde que Shantell Brown, una chica de último año del instituto, desapareció del mapa el pasado viernes por la noche. Aparentemente, sus padres habrían reportado su desaparición a la policía, pero hasta entonces no habían encontrado rastro alguno que determinara su paradero. O algún indicio que tenga relación con el suicidio informado apenas tres días antes de aquello.

El último lugar en el que alguien confirmó haberla visto, fue en el centro del pueblo. Cabe aclarar que esconderse del mundo en aquella especial comunidad, era más fácil que en cualquier otra parte del planeta, por lo cual era bastante probable que ella simplemente haya querido pasar desapercibida. No obstante, esa idea fue desechada rápidamente al encontrar un pedazo de tela que, según la información dada por los padres, pertenecía a la joven desaparecida.

Los policías no habían sido capaces de hacer una investigación exitosa en ninguna de las dos ocasiones. Y de no ser porque se encontraba colgado bajo un olmo cerca de la entrada del pueblo, posiblemente tampoco habrían hallado el irreconocible cadáver de un joven de aproximadamente diecinueve años.

Las noticias del periódico en la biblioteca albergaban un caso semejante, se había presentado apenas dos años atrás. Los aparadores estaban cubiertos con fotografías de un grupo de chicas desaparecidas. La información databa casi media decena de cadáveres encontrados en el interior del bosque, todos de diferentes fechas. Un caso que denominaron inconcluso debido a la falta de datos en la investigación. Por lo cual había dos opciones que describían todo a la perfección, una de ellas era que la policía de Allensdale no hacía bien su trabajo, y la segunda, que había algo más detrás del o los culpables, algo que no permitía que pudieran ver con claridad y eso les daba ventaja a los asesinos.

Aparentemente, después de aquello, el mayor acontecimiento que se dio en la vida de los pueblerinos fue cuando un alud de nieve arrasó con todo aquello que se encontraba a su paso. Al parecer fue todo un caos. Aun así, el pueblo no estaba emocionalmente preparado para un hecho tan impactante como la desaparición de una joven de diecisiete años.

Sin embargo, a pesar de dichos sucesos, supe desde el momento que puse un pie en el pueblo que la gente era bastante conservadora. No divulgaba sobre aquello, o disparaba chismorreos de forma desfavorable. Dirigían apenas una mirada antes de volver a sus asuntos, o en todo caso, no se molestaban en prestar atención a las novedades en absoluto. Incluso después de más de una semana de haber llegado a Allensdale, no habíamos conseguido más que una clase de árbol-bloqueador en la entrada de nuestra casa.

La cabaña, por otro lado, era todo un asunto. Por más que esta tenía calefacción, había ciertos lugares que se seguían sintiendo fríos, ocasionando que la estancia sea bastante gélida durante la noche. Algo que, por supuesto, era de suponer, ya que según las cartas que enviaban los mayores cada cierto tiempo, en Allensdale solo se disfrutaba del eterno clima frío, por lo cual era muy probable que el infierno de temperatura provoque una hipotermia en un turista mal equipado.

Ojalá yo hubiera sido una turista mal equipada en lugar de la heredera de una destartalada cabaña con un patio que te dirigía al mismo bosque, o como había aprendido a llamarlo: ‹‹El insidioso››. Bautizado de esa forma porque había entendido que, a pesar de cubrirse con un manto de nieve hermoso en su exterior, contenía un engaño disimulado. Engaño que tal vez no hubiera notado en un principio si no revisaba las noticias antes de salir en modo explorador por los alrededores.

De todos modos, no era algo que me tenía tan preocupada, puesto que la gente parecía bastante bonancible y Allensdale se manifestaba como un pueblo medianamente tranquilo. Aunque probablemente también tenía algo que ver el hecho de que, después de saber aquella lúgubre noticia, mis padres no habían desistido con la idea de quedarse a pasar una temporada en el pueblo.

El secreto de HaileyWhere stories live. Discover now