Drama Club

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Ship: Ronarry
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Todos son tan suaves, todos son tan sensibles. ¿Acaso te ofendo? Te estás colgando de mis oraciones, escuchando sólo lo que quieres oír.

Miró los ojos del chico, que derramaban lágrimas como si no hubiera un mañana. Tomó la cara de su novio y besó sus mejillas, alejando las lágrimas.

Puedes dejarte tu disfraz, puedes dejarte tu máscara, da igual. Yo también lo hago constantemente cuando se trata de ti.

—Ron —sollozó una vez más el azabache, y él no pudo hacer más que abrazar a su novio.

Yo nunca me inscribí en este drama, en tu drama, en tu club de drama.

No es que fuera cruel, amaba a Harry con todo lo que su corazón y mente le podían permitir, y comprendía más que nadie que la vida de su novio no había sido para nada fácil.

Cuando estaban en Hogwarts, siempre habían sido el apoyo mutuo del otro, amándose en secreto, cuidándose incondicionalmente y estando ahí para el otro.

Cuando se pelearon en cuarto año y estuvieron un mes sin hablarse, Ron podría jurar que fueron los peores días que había tenido en toda su vida. Alejado de su mejor amigo por los celos y la envidia. Y al ver a Harry, su Harry casi perder la vida en su enfrentamiento con el colacuerno, sabiendo que pudo haber hecho algo para ayudarlo, decidió que jamás volvería a dejarlo. Nunca.

Y vaya que lo cumplió.

Al llegar la guerra todo se complicó, parecía que nada volvería a ser como lo era antes, que Harry nunca volvería a ser el mismo. La búsqueda de Horrocruxes prácticamente acabó con su salud mental, y para cuando llegaron a la batalla final, Harry parecía haber perdido una parte de sí mismo.

Pero la guerra con Voldemort sería el menor de sus problemas. Puede que la segunda guerra mágica hubiera acabado, pero la guerra de Harry Potter contra sus demonios recién comenzaba.

A pesar de ya no tener conexión alguna con la mente y alma del difunto Voldemort, las pesadillas que atormentaban al Elegido jamás desaparecieron. Los recuerdos de la guerra, de Voldemort, del miedo que se había apoderado de él durante todo ese año, corrompieron la mente de Harry, dejando en Ron un vago recuerdo de lo que alguna vez fue el amor de su vida.

A veces me pregunto si finges todo tu dolor...

Era como si Harry ya no fuera Harry. Cómo si todo lo que hacía divertido y especial que era estar con él hubiera desaparecido. Y aunque sabía que aquel chico alegre, bonachón y algo torpe del que se había enamorado ya no estaba, Ron no podía dejar de amarlo. Jamás dejaría de amar a Harry, jamás dejaría de luchar por su amor, aunque eso significase perderse a sí mismo en el proceso de.

Parece que tratas de memorizar las líneas que te han dado. Siempre te escondes detrás de ese disfraz de mago salvador. Pero sé que es falso, sé que no eres nada de eso, ya no más.

Acababa de llegar de la oficina, en cuanto entró al departamento se encontró con la misma imagen que se había encontrado todas las tardes desde que la guerra había terminado: un Harry desparramado sobre el sofá. Viendo un programa en ese artefacto muggle que Hermione les había regalado en una navidad, por el que su novio desarrolló una adicción insana.

Harry apenas y se levantaba del sillón para asistir una vez por semana al departamento de aurores para verificar que las cosas estuvieran en orden, aunque todos —hasta el mismo Harry— sabían que la única razón por la que seguía teniendo trabajo era gracias a que su mejor amiga era la ministra de magia.

CryBaby [Fictober 2021]Where stories live. Discover now