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Ship: James x Peter
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Él lo toma por la cadera y lo pega a la pared, comenzando a susurrar cosas sucias a su oído, y Peter lo único que puede hacer es retorcerse ante el placer que siente cuando James pasa la lengua por encima del lóbulo de su oído.

Entras al cuarto, te siento tan lejos. Me dices que me acerque, que hay algunos juegos que quieres jugar. Me acerco a ti, no hay nadie en el cuarto... Solo estamos yo y tú, tú y yo solos.

Y en un abrir y cerrar de ojos está una vez más entre los brazos de su amigo, que llena su cara de besos y mimos, haciéndolo sentir seguro. Amado.

Aunque esa sensación desaparece en el instante en el que los pasos de Sirius y Remus se escuchan acercarse, James lo despide de su cama y se visten con rapidez. Nadie debe enterarse de lo que ocurre entre ellos cuando nadie los mira.

Solo estamos jugando al escondite. Me cuesta respirar bajo las sábanas contigo.

Pero más le costaba ocultar lo que sentía... ocultar el dolor que apoderaba de él cada que lo veía besuqueándose con Evans, envenenando y corrompiendo su corazón poco a poco.

—Vamos, Pete —susurró a su oído mientras se aferraba a su cadera —. Sé que te encanta jugar conmigo.

—No quiero jugar a nada —espetó empujando al chico lejos de sí —. Estoy cansado de perseguirte.

James se encogió de hombros: —Entonces no lo hagas, tontito —Se burló —. Sabes que no tenemos nada. Es solo sexo.

Aquella fue la última vez que intentó explicarle sus sentimientos a James. Aquella fue la vez en la que Peter comprendió el lugar que ocupaba en la vida de Potter.

Me importas un carajo de todos modos. ¿Quién dijo que daría una mierda por ti? Nunca compartes tus juguetes ni te comunicas. Supongo que solo soy una cita de juegos para ti.

Y a pesar de que se prometía a sí mismo que no volvería a sucumbir ante los encantos de James, cada cierto tiempo despertaba a su lado. Con la culpa y el despecho apoderándose de sus entrañas y mente.

Se estaba acostando con un chico con novia... y por más que odiaba a Evans, sabía que no era justo ni para ella ni para él.

Ojalá tuviera el control de tu mente... Ojalá no me importaras tanto todo el tiempo.

Tal vez por eso hizo lo que hizo.

Ahora caminaba bajo el frío cielo de una noche de octubre, con los nervios a flor de piel y con el arrepentimiento escalando en su interior.

Él y su maldito rencor, su maldita codicia.

Se detuvo frente a una pequeña casa que tenía la puerta principal abierta de par en par. Pese al pequeño tamaño de la vivienda se veía acogedora. Ese solía ser el hogar de una familia.

Abrió con cuidado la reja de la entrada, y con pasos temblorosos entró a la casa.

Los recuerdos del chico al que amó por más de una década atacaron su mente. James. En lo único que podía pensar era en el maldito James. James y su estúpida y falsa perfección que lo había engatusado desde el primer momento.

Caminó por la sala, la misma sala en la que habían compartido risas y alegrías unas noches atrás... ¿Qué pensarían Sirius y Remus si lo vieran en esos momentos? ¿En dónde había quedado el dulce Peter que compartía dulces y chocolates con Remus, y sonrisas y bromas con Sirius?

Sin poder resistirse más, emprendió su camino hacia las escaleras que daban al segundo piso. Y ahí, a los pies de las escaleras, se encontraba el cuerpo inerte de James Potter, de su James. El llanto de un pequeño niño se escuchaba en la planta de arriba, el llanto del mismo niño al que había dejado huérfano.

Se arrodilló junto al cadáver del que había sido su primer y único amor, tomando su cara entre sus manos.

—Sabes que me importas todos los días —susurró mientras algunas lágrimas traviesas se escapaban de sus ojos —. Supongo que es hora de que te diga la verdad. Si comparto mis juguetes, ¿me dejarías quedarme? No quiero dejar esta cita de juegos contigo...

El sonido de la puerta principal siendo abierta una vez más y los pasos y gritos de un Sirius desesperado no lo distrajeron de mirar los bellos ojos de James, que ahora carecían de brillo.

Pasos subiendo las escaleras.

La última vez que James lo había besado aquella tarde de verano.

Los jadeos de Sirius al encontrarse con tan grotesca imagen.

La última vez que James le hizo el amor.

—Colagusano.... ¿Qué has hecho?

CryBaby [Fictober 2021]Where stories live. Discover now