Niall y Noelia se giraron en dirección al saludo para ver quién era, pero Louis no se movió. De todos modos, reconocería esa voz en cualquier parte.

—Vaya vaya, el grandioso Harry Styles. —se burló Niall.

—Cierra tu maldita boca, subnormal. —lo miró mal.

—A veces se me olvida el mal humor que tiene. —se giró, agarrando a Noelia para marcharse de allí junto a ella.

—A ver si aprendes a hablar bien. —reprochó Louis, caminando hacia el campo de batalla.

—Me lo dice el que no sabe decir una frase sin soltar cuatro tacos en ella. —rodó los ojos—. Joder, ya que no me ayudas, al menos no vayas tan rápido. —se quejó.

—Eres un puto lento.

—Cuando te empotre contra la pared te aseguro que seré de todo menos lento.

—Que bien se te da presumir de tu cacahuete. —vaciló, sonriendo de lado.

—Un cacahuete que no te cabe en la boca.

Louis frenó en seco girándose hacia él, y a penas sin pensarlo, agarró su miembro por encima de su pantalón, haciendo que él lo mirara entre sorprendido y excitado.

Lo agarró de la cintura con fuerza para que no se separara, y sonrió con picardía alzando levemente la cabeza para mirarlo a los ojos mientras apretaba el agarre un poco más.

—¿Qué demonios est... estás haciendo? —tragó saliva, tratando de mantener la compostura.

—Hm. —tanteó divertido—. No, yo creo que me cabría perfectamente. —sonrió separándose de golpe.

Continuó su camino como si nada hubiera pasado, y Harry por fin logró soltar todo el aire que hasta entonces había retenido en sus pulmones, pues literalmente se le cortó la respiración.

—¿Me explicas qué ha sido eso?

—Tú presumes, y yo compruebo. —trató de no reír.

—A veces no hay quien te entienda. —suspiró.

—Madre mía, te has puesto a sudar y todo. —comenzó a reír—. ¿Tantas ganas tenía tu cacahuete de recibir un poco de atención?

—¿Un poco de atención? —alzó las cejas—. Tiene toda la atención del mundo.

—La mano no cuenta, Styles. —le guiñó un ojo.

Harry se limitó a mirarlo tremendamente mal mientras trataba de no caerse con las muletas, y finalmente llegaron al campo, donde acabaron sentándose en el suelo.

—A ver, ¿tienes alguna idea? —preguntó Louis.

—¿Yo? no pierdo mi tiempo en estas tonterías.

—Pues ya me dirás que hacemos, entonces.

—¿Y si nos vamos?

Louis se giró con rapidez hacia él, mirándolo totalmente sorprendido, y frunció el ceño cuando lo vio encogerse de hombros restándole importancia a lo que acababa de decir.

—¿Cómo que irnos? ¿a dónde?

—No lo sé, por ahí a dar una vuelta.

—¿Fuera?

—Sí, joder, sí. —bufó—. Te cuesta, eh.

—Puto imbécil, nos meteremos en un lío.

—No tienen por qué enterarse.

El menor dudó. Quería salir, ver de nuevo como era la vida lejos de aquel lugar, pero le daba miedo el poder ser descubiertos y castigados por haber incumplido las normas nuevamente.

Un juego de dosWhere stories live. Discover now