uno

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Todo da vueltas, puede sentir que su respiración se acelera y la creciente presión dentro de su pecho aumenta considerablemente. El cosquilleo debajo de su piel pica y la sensación en sus dedos por calvarse las uñas sobre sus brazos está volviéndose casi insoportable.

Respira.

Puede escuchar la voz de Simon dentro de su cabeza, susurrándole delicadamente con su voz llena de cariño. Simon. Con quién había hablado hace un par de horas atrás, antes de que las notificaciones de su teléfono estallaran y cada periódico y noticiero del país hablara de lo mismo.

El video.

Su madre. La reina, le había indicado cuatro minutos después de que la primera notificación en su teléfono llegó, que fuera hasta su habitación y por ningún motivo saliera de ahí. Escoltado por su guardia todo el camino hasta el mismo sitio que protagonizaba el video.

Escuchó vagamente los murmullos, las miradas, los golpes en las costillas de algunos para que alguien más lo mirara disimuladamente, pero lo único en lo que podía concentrarse era en Simon. Aunque su cabeza era un completo desastre, tratando de procesar todo lo que acababa de suceder, sus ojos no podían evitar buscarlo a través de la multitud.

Por primera vez desde que la corona lo había obligado a llevar guardias en cada paso que daba, lo agradeció al ver a Malin acompañando a Simon, Linda y Sara hasta la salida.

Inhala, uno, dos, tres, cuatro, cinco. Exhala.

El golpe en la puerta logra hacerlo saltar sólo para ver a su madre entrar, su rostro no mostraba nada, tal vez un poco de preocupación si miraba un poco más profundo.

Kristina camino hasta el borde de la cama, sentándose a unos centímetros de donde se encontraba hundido en la almohada.

—Sabes qué esto tendrá repercusiones, ¿verdad?

—Lo siento, mamma.

—Necesitamos hacer una declaración. Todavía podemos negar todo y decir que no eres tú en el video. No se ve tu rostro. — Incorporándose ante eso, Wilhelm siente su corazón golpear fuertemente contra su pecho. — No quiero que te vean con Simon, aumentará los rumores.

No, no, no.

Puede sentir una ola de nauseas acumularse en la boca de su estómago ante la perspectiva de la mentira. De negarse a sí mismo, de negar a Simon. No, no puede. No puede hacerse eso. No puede hacerle eso a Simon.

—N-no. — Tartamudea un poco, antes de recomponerse y mirar a su madre fijamente. — No quiero.

—¿Tienes una idea de lo que serían dos escándalos en menos de seis meses para la corona? — Wilhelm siente que se ahoga ante la mención, no puede creer como su madre puede permanecer tan fría ante lo que está sucediendo.

—Lo de Erik no fue un escándalo, fue un accidente.

Una respiración pesada viene desde su costado, sabe que su madre probablemente esté tratando de encontrar las palabras de llegar a él, aunque nunca lo haya intentado, no en años al menos.

—Lo sé, lo sé, lo siento. Pero tu hermano todavía está en coma y el resto del país ya está preocupado.

—¿Puedo no decir nada en su lugar? — Entiende. Wilhelm entiende, de verdad. Todo el asunto de la corona y su responsabilidad con el país, pero no puede simplemente ignorar quién es por el bienestar de unas cuantas personas que probablemente creen es su culpa que alguien haya violado su privacidad y haya hecho un video de pornografía infantil.

Su madre lo mira fijamente durante un largo tiempo, como si estuviera estudiándolo. Como si pudiera encontrar la manera de manipularlo con la mirada y hacerlo dar la declaración.

i can't find the key without you » Wilmon | Young RoyalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora