Capitulo VII; En la guerra y en el amor TODO se vale.

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ADVERTENCIA:
Este capítulo incluye lenguaje explícito y temas adultos. En caso de que seas sensible por favor omítelo. Se recomienda discreción.

Entonces, estas terminando conmigo? –Preguntó Hyunjin sin dar crédito a lo que escuchaba, con rostro serio y mirada perdida, de pie dándole la espalda a Christopher, quien buscaba mentalmente las palabras más suaves posibles para cortar de una vez los jueguitos con Hyunjin.

-Jinnie, cariño, no podemos terminar si realmente nunca empezamos. Éramos… Éramos solo sexo ¿Si? –Suspiró intentando sobre aclarar sus palabras. –Eres un chico dulce, guapo e increíble y mereces una relación estable. Algo que sea completamente tuyo. ¿Me explico? –Dijo en un todo demasiado condescendiente, evitando empeorar las cosas.

-Bien. Ya entendí. –Escupió, seco, sintiendo que realmente le estaba afectando más de lo que demostró. –Ya no tienes nada que hacer aquí supongo. –Se volteó finalmente, con la frente en alto y rostro serio, buscando las llaves de su casa abriendo la puerta para el mayor. –Buenas noches.

Auch.

-Jinnie… Yo… -Suspiró el mayor tragándose sus palabras para no empeorar más las cosas con Hyunjin. –Buenas noches. Cuídate mucho ¿Sí? –El menor solo soltó un “Tch” entre dientes con una sonrisa amarga, volteando los ojos, cerrando la puerta tras su salida sin soltar una palabra más.

Hyunjin era demasiado digno, alguien con un físico tan increíble debía serlo. Podía tener a quien él quisiera, y él lo sabía. Sin embargo cuando escuchó el sonido del auto del mayor marcharse, se sentó en el piso detrás de la puerta que el mismo cerró, sintiendo sus ojos picarle a causa de el revoltijo de emociones que sentía en ese momento.

Estaba molesto consigo mismo, por dejar que dos metros de músculo y un miembro bien puesto le hicieran perder la cabeza así. Se sentía avergonzado, porque en serio después de todo había pensado que el llegaría a ser más que solo sexo para Chris, y también, tenía el ego herido, simplemente porque nadie le dice “No” a Hwang Hyunjin.

Christopher por su parte, se sentía jodidamente mal, culpable.

Mientras manejaba camino a su casa solo podía pensar en lo mal que de seguro la debía estar pasando Hyunjin, y culpaba a su tonto corazón por no haberse fijado en el rubio en primer lugar.

Hyunjinnie era cálido, a pesar de que en su vida sexual era sumamente masoquista, en la cotidianidad, Hyunjin se comportaba como el novio perfecto. Incluso aprendió a medirle la glucosa a Chris con un aparatito que compro, solo para asegurarse de que iba a estar bien, y todos esos pequeños detalles remordían en la consciencia de Christopher.
El mayor sentía que si no iba a tomar en serio a Hyunjin, debió haber detenido todo antes de que todo fuera más lejos. Pero el sentía que era tarea imposible alejar a Jinnie, pues, si este lo miraba con esos ojitos, simplemente estaba frito.

Debió haber muerto todo la primera noche, o debió no dejar que Hwasa se le metiera en el pecho.

Pero ¿Quién manda en el corazón?

Al día siguiente Christopher se levantó con la idea de que todo estaría mejor.  Era la mañana de un lunes y se había levantado temprano como de costumbre a correr un poco y a hacer sus sesiones de abdominales para mantenerse en esa buena forma que lo caracterizaba, se puso sus unidades de insulina cual ritual religioso y tomó una ducha rápida alistándose para ir a la florería como semanas anteriores.

La ruleta de las flores - 𝐁𝐚𝐧𝐠𝐂𝐡𝐚𝐧xLeeknowUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum