Capitulo V; El alcohol no es amigo de nadie.

23 5 11
                                    


-CHRISTOPHER BANG ¿TU CREES QUE YO NO LO SE TODO?

Alguien esconda las tijeras de jardinería.

- ¡YA SE LO QUE ESTAS INTENTANDO Y ME NIEGO! -Se escuchaba el enfurecido Minho caminar a pasos agigantados en dirección de su compañero.

-Ahora yo que hic... –

-NO ME VENGAS con que “ahora yo que hice” -Interrumpió al menor poniéndose justo entre este y el ramo de gardenias que estaba armando, hablando en voz baja pero a golpes imitando al pelinegro. –“puedo ser tu conejillo de indias” ¿te suena familiar?

Jajajaja, espera, ¿es en serio?

 

-Vamos Minho, déjame, joder, yo sé lo que hago, ¿sí? Si resulta que Sasa solo está confundida, yo podría...-

-No Chris, no te dejo, no podrías hacer nada. Evidentemente ella no quiere una relación. -Dijo intentando calmar su frustración. -Si ella intenta salir contigo solo por “Probar” podría ilusionarte más, ¿Y si luego resulta que no funciona? ¿Qué harás eh? ¿Seguir con la amistad como si nada? Saldrías lastimado, no seas baboso... -El mayor se acarició las sienes pensando.

- Ya... ya… ¿Y cuando te contó no te dijo que a raíz de esa conversación quedamos como besties? – Dijo Christopher adivinen, al borde de una Chrisis.

- Ya ella lo sabe grandote… -Dijo el mayor suspirando. -Hwasa no es tonta, se da cuenta. Comienza a sospechar. Y TU NO DISIMULAS. -El menor se sentó en el piso con las rodillas dobladas.

-Mátenme por favor. Piedad. -Dijo tapándose el rostro, avergonzado.

A Chris en serio le ponía mal no ser correspondido, pues algo de esperanza tenía. Pero si había algo que no podía tolerar era que por culpa de su torpe corazón perdiera a los amigos que poco a poco había logrado formar después de tanto. Y temía que Hwasa al enterarse hiciera cambios en su relación.

O de plano huyera.

-No. Chris. – El castaño se puso de rodillas frente a su amigo. -A ver. Dame tus manos. ¿Quieres un ansiolítico? -Lo miro, con preocupación, intentando ayudar a su complicado amigo.

-No tengo ansiedad. -Dijo abrazándose a su compañero, el cual se encogió de hombros para luego acariciar su cabello suspirando.

-Te puedo dar algo para que se te calmen los nervios. O la preocupación. -Dijo separándose un poco para mirarle. -Son comprimidos de té de valeriana. Es una hierba, que ayuda a calmar los nervios y a relajar el cuerpo. -Acarició suavemente su nuca sonriendo con tranquilidad esperando transmitírsela.

-Dios, dame mil. – Sonrió débilmente.

-Vale, déjame buscar mi mochila. ¿Me esperas aquí? -Preguntó poniéndose de pie.

-Ni de coña me quedo solo. Ya me ando matando con las hojillas de cortar la cinta. -Sonrió abriendo los ojos- O PEOR, que me encuentra Hwasa. -Le imita poniéndose de pie sacudiendo su trasero.

-Estás chiquito ¿Sabias? -Dijo el mayor mirándole con ternura caminando en dirección a la sala de descanso de empleados.

-Las emociones me ponen chiquito. Y eso me frustra. -Frotó sus ojos, suspirando.

-No pasa nada ¿Bien? Aquí estoy para ti. -Dio un leve “pat pat” buscando su casillero con la vista.

-¿Te gusta tu vida Minho? -Preguntó el menor tomando asiento, en un viejo sillón donde les permitían tomar siestas durante su hora de descanso.

La ruleta de las flores - 𝐁𝐚𝐧𝐠𝐂𝐡𝐚𝐧xLeeknowKde žijí příběhy. Začni objevovat