𝐄𝐏𝐈𝐋𝐎𝐆𝐔𝐄 (𝟎𝟐𝟒)

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Me sentía débil.

No recordaba nada de lo que habia sucedió después de aquel beso. Todo se volvía negro, escuchando lejanamente lo que sucedía a mi alrededor.

Escuchaba su voz. Jay gritaba cosas ininteligibles a mis oídos. El aturdimiento era tal que apenas y me sentía viva. Sentía mi cuerpo aprisionado de alguna forma.

Por más que intentaba abrir mis ojos no podía, e incluso cuando los sentía abiertos, no veía absolutamente nada. Era como si hubiera quedado ciega.

El miedo me invadía, comenzando a exaltarme de sobremanera. Intentaba moverme...
¡Demonios que lo intentaba!
Pero no sentía nada.
Absolutamente nada.

Hasta que deje de pensar.
Deje de sentir.
Deje de escuchar, de intentar cualquier cosa.

Hundiendome en mi mente, nadando por mis recuerdos, vagando por un vacío extrañamente acogedor.

Cuando imágenes fugaces me golpearon, era yo. Era yo siendo niña, recordaba estar atada, conectada a muchas cosas. Aquellos sueños donde el dolor y sufrimiento me hacían despertar en las noches. Mi garganta dolía, gritaba al sentir en carne todo aquello que recordaba.

Era más que un sueño.
Lo había vivido, ahora lo entendía.
Aquella parte de mi niñez, de la cual casi no recordaba nada. Volvía finalmente.

El día que fuimos al parque con mamá... Cuando sentía a papá cargarme en sus brazos gritando por ayuda. El ver a Caleb tomando mi mano dormido en una silla de hospital.

Lo recordaba a él.

Chaesok

Aquel que había sido culpable de las pesadillas. Era el. Ahora su imagen dejaba de ser borrosa, una mancha de color negro que habitaba en mis sueños. Tomaba forma, y una nitidez aterradora.

Lo recordaba todo. Sus burlas. Su risa macabra. Todo. Absolutamente todo.

Y en ese momento, cuando menos lo esperaba, escuché su voz.

"Me alegra volver a verte"



[Fin de la primera parte]

𝐒𝐔𝐑𝐕𝐈𝐕𝐄 (1) - ᴊᴀʏ - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora