oliver-XVI

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Oliver

Jamás me había dolido tanto ver una mirada tan perdida como la suya, fue como si estuviera pidiendo a gritos ayuda pero sin el valor para demostrarlo. Su sonrisa no tenía ni un rastro de brillo, solo estaba apagada. Sentía su miedo, sus nervios, su dolor.

Quería abrazarla y transmitirle seguridad, paz, que sepa que no está sola. Que entienda que lo que le esté atormentando, puede compartirlo conmigo y a la vez, dejarme que yo le de tranquilidad.

¿Qué es lo que te quema tanto, Sarai?

—Sé lo que piensas—suspira el Cirus a mi lado.

Estamos en su casa, tirados en el piso y viendo el techo. Uno junto al otro.

—No fue una puerta.

—Pero ella no lo delatará porque él la tiene manipulada a su antojo. La hace sentir culpable y solo le entrega miedo para que ella esté cada vez más insegura sobre sí misma—concluye.

—¿Cómo puedo ayudarla sin invadirla?—pregunto, sim entender.—No quiero que me aleje, no quiero que nos aleje.

—Dudo que ella lo haga por su propia decisión y no por sentirse presionada y con una gran culpabilidad.

—Es un asco—murmuro.—Yo no trato mal a nadie, pero él es un gran asco. ¿Pegarle? ¿En serio? ¿Cómo chucha le pega a ella que literalmente está enamorada hasta las patas de él?

Y eso también duele, que alguien tan linda y especial como ella esté junto a un weón que la maltrata y no la valora.

—Se aprovecha de eso—se encoge de hombros.—Claramente ella necesita ayuda psicológica para superar y entender todo. Él le seguirá haciendo daño. Ni siquiera sé si es amor, quizás puede ser dependencia.

—Cuando le toqué el brazo y reacciono así...—murmuro, recordando.—Ella creyó que yo le haría lo mismo que él. Que yo le pegaría.

—No te atormentes con eso, ni ella ni tú son culpables de esa reacción.

—Yo sé, pero igual se asustó—susurro.

—Reaccionó a la defensiva, Oliver. Suele pasarle a una persona que fue víctima de abusos o agresiones como la Sarai—explica.—Nadie, jamás, se atrevería a compararte a ti que eres lo más bueno que he conocido, con una mierda como ese weón.

Yo sonrío levemente, dándole una pequeña mirada.

—¿Hace cuánto será? Lleva como un año con él, no quiero pensar que en todo ese tiempo lleva haciéndole daño—murmuro.

—Lo dudo—suspira.—Primero debe haberla enganchado de alguna forma. No sé, con palabras lindas, momentos tiernos, risas, etc. Después seguro que fue quitándole todo eso y volviéndolo en una relación tóxica y manipulada.

—Ella no lo merece... nadie lo merece—suspiro.—El amor no debe doler así. Yo jamás he estado en una relación tan larga... pero, sé que de eso no se trata.

El Cirus se queda callado, pensativo a mi lado.

—¿Qué sentiste cuando la abrazaste?—pregunta de repente.

—Voy a ser muy cursi—río, sintiendo calor en mis mejillas.

—Me gusta cuando eres cursi—me anima.

—Quería gritarle a todo el mundo que estaba abrazando a la chica más linda y tierna que he visto. Quería llorar de felicidad al ver que ella no me rechazó. Me sentí en un cuento de hadas y ella era la princesa.

—¿Como si hubiera sido un momento mágico?

—Ella es magia y todo lo bueno que quiero—sonrío, sintiéndome totalmente embobado.

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