28| Lana

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Se despertó con trabajo, le pesaban los párpados y la luz blanca que le rodeaba no le permitía enfocar correctamente. Escuchó un beep a su costado, quizo voltear para mirar pero el cuerpo no le respondía. 

-Hola, Lana, es hora de tus medicinas --dijo una voz dulce a lo lejos, ella no podía distinguir de dónde provenía. 

Intentó abrir los ojos de nuevo pero volvieron a fallarle. 

-Tranquila, no te fuerces. --De nuevo esa voz. ¿Billie? No, este sonido era muy dulce, suave; si la primavera tuviera un sonido, en definitiva sería este. 

Lana movió su mano sintiéndola tan pesada que le hacía sudar del esfuerzo. Se quitó la mascarilla de la cara y finalmente, con los ojos entre cerrados, habló:

-¿Dónde estoy?

-Bueno, Lana, evidentemente no estas en un parque de diversiones --le dijo la chica rubia de lentes y suaves manos--, igual si quieres puedo llevarte a dar una vuelta por el corredor, al final del pasillo hay una pequeña bajada que puede resultar excitante. 

-¿Qué? --preguntó casi en un susurro con la voz lenta y cansada. 

-Es broma, hablo mucho cuando estoy nerviosa --rio un poco--; es mi primer trabajo, perdona. 

-¿Qué? --volvió a preguntar Lana sin entender nada de lo que decía. 

-Deberías dormir estás un poco cansada.

La enfermera terminó de poner las medicinas a través de la intravenosa, le colocó de nuevo la mascarilla y cerró la puerta de cristal al salir de la habitación. 

Lana trató de enfocar su vista y recordar lo que había pasado. Miró a través de la ventana viendo las nubes y el cielo azul... En un flash los ojos azules de Billie volvieron a su mente, las nubes le recordaban su suave tacto y el susurro de su voz ante su piel. ¿Dónde estaba Billie? ¿La estaría esperando afuera? ¿Ella tendría su teléfono? 

Con el control que habían dejado en su mano derecha llamó a la enfermera, de nuevo apareció la chica rubia lo más aprisa que pudo. 

-¿Todo bien, Lana? --enseguida verificó sus signos vitales, temperatura, etc.

-Sí --le respondió--. Billie.

-No, no. Mi nombre es Lisa.

-Billie --Lana hizo una pausa--, Bill.

-¿Bill? ¿Es tu hermano? ¿Tu novio? ¿Probablemente tu fiance? --la miró pícara.

-No --los párpados le pesaban mucho, posiblemente los antibióticos le estaban causando mucho sueño. 

-¿Tu papá? --Lisa tenía verdaderos problemas para saber de qué estaba hablando Lana Parker.

-No.

-Ya se, creo que entre tus pertenencias dejaron tu teléfono --Lisa se acercó a la cómoda que había debajo de la mesa y buscó entre la bolsa de cosas de Lana. Encontró el teléfono y el cargador y se lo pasó enchufándolo a un costado de la cama. 

Lisa le dio espacio mientras la otra chica buscaba tan rápido como su cuerpo se lo permitía, el número de Billie, el corazón le latía demasiado fuerte sintiendo desesperación de no poder encontrarlo. Intentó con el de Finneas. 

Nada.

Fue a la galería de fotos y no tenía una sola foto de Billie. Ni si quiera una foto de los últimos 7 meses. ¿Había pasado tanto tiempo ahí? ¿Dónde estaba Bill?

-No, no está --se le formó un nudo en la garganta. 

El aire le comenzó a faltar y de nuevo tuvo una convulsión. El teléfono se desprendió de su mano  quedando colgado al costado de la cama, pedido solo del cable. Lisa corrió por un doctor y la mente de la chica Parker ardía en confusión.

Las flores que tornaron azules; B.ETempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang