Un escalofrío recorrió su espalda y tembló, buscó sus mantas con los ojos cerrados, pero no las encontró, rodó en su enorme cama de matrimonio y notó un cuerpo cubierto por completo con todas las mantas, inspiró lentamente, contuvo la respiración unos segundos y después lo soltó. Abrió los ojos y revisó el reloj despertador de la mesilla de noche, marcaba las 9:38 del 21 de diciembre del año 2005. Frotó sus ojos cerrados y se levantó de la cama rumbo al baño, agarró ropa interior de una pequeña cómoda que había en la habitación y entró en el baño. Se dio una ducha corta de agua caliente y salió del baño en calzoncillos, se acercó al armario empotrado de la estancia y sacó unos vaqueros y una camiseta negra, se vistió y caminó descalzo hasta la cocina.
Cogió la vieja cafetera de metal de su madre y llenó el cuerpo inferior de agua y el filtro de café, la cerró y la puso al fuego mientras sacaba 4 rebanadas de pan del paquete de plástico y los ponía a tostar, después se encaminó a la nevera de la que sacó leche, mantequilla y mermelada de fresa, la tostadora saltó y sacó las tostadas, apartó la cafetera del fuego y la dejó en la encimera, untó la mantequilla en las cuatro tostadas y a dos de ellas les untó un poco de mermelada de fresa y las apartó en un palto en la encimera de la cocina, sirvió un poco de café en una taza y bastante en otra, añadió leche en ambas y azúcar a la taza en la que más leche había. Sacó tocino y un par de huevos, puso el tocino al fuego hasta que estuvo frito y después hizo los dos huevos, apartó dos platos completos y guardó uno de los platos en el microondas y él comenzó a comer el suyo propio con tranquilidad mientras escuchaba el bullicio de la ciudad de fondo, a pesar de ser domingo el gentío de New York no decaía, terminó de desayunar en silencio y comenzó a limpiar sus platos, en cierto momento alguien le abrazó por la espalda y él sonrió, secó sus manos y se dio la vuelta para abrazar de vuelta y plantar un beso en la coronilla de cabello castaño de Anne.
-Buenos días. – dijo ella.
-Buenos días. – respondió él y ella le miró, en silencio él se acercó y le dio el beso que le daba todas las mañanas. – Me has vuelto a robar todas las mantas. – dijo tras separarse.
-Lo siento. – dijo entre risas. – Hacía mucho frío.
-No me digas. – dijo con cierto retintín en la voz.
Ella volvió a abrazarle más fuerte, por un lado, buscando calor y por el otro buscando escuchar el tranquilo bombeo de su corazón. Él le devolvió el abrazo con fuerza, pero con delicadeza a la vez y apoyó su nariz en su coronilla mientras inspiraba el olor de su cabello y se embriagaba con él, ella tembló de frío y él frotó su espalda buscando generar calor, y es que ella simplemente llevaba un fino pijama de cuerpo completo blanco, en el que se veía que la parte de arriba no era obviamente suya.
-Te vas a poner mala como andes todo el día así. – dijo tras separarse un poco y mirarla a los ojos.
-Podríamos poner la calefacción central.
-Podríamos.
-No lo vas a hacer ¿verdad?
Soltó una pequeña risa con su voz ronca.
-No. – la abrazó con fuerza y la alzó en el aire, la sentó encima de la mesa y la abrazó con mayor comodidad al equilibrar la diferencia de alturas.
-Severus. – escuchó un pequeño gruñido. – Tengo que desayunar. – otro gruñido. – Y tenemos que ir a la oficina. – y otro gruñido. – Es el último día, ya mañana nos iremos a Inglaterra por navidad. – Severus la soltó un poco y la miró a la cara.
-Lo dejé todo hecho ayer, y tú también. No hace falta que vayamos, podemos quedarnos en casa y tener un día tranquilo. -Anne le miró con una pequeña sonrisa y una expresión que dejaba claro que no iba a dar su brazo a torcer. – Venga. Llevamos 2 semanas sin parar para poder irnos con tranquilidad toda la navidad y la mitad de enero, nos merecemos un día de relax. – El pocionista comenzó a jugar con sus límites y pasó sus manos de su espalda baja a los costados de su cadera.
-Severus. – el tono pretendía ser un reproche, pero sonó más como una súplica.
-Anne. – se contuvo la risa y la mujer le dio un suave golpe en el hombro. – Bueno, si tantas ganas tienes de ir, iremos, pero me sigue pareciendo una tontería ir solamente para estar 2 horas hablando con las mismas personas con las que hablamos todos los días en el trabajo.
-Ya lo sé, pero yo soy la jefa de toda la empresa, tengo que ir y hablar con algunas visitas importantes. – comenzó a jugar con el cuello de la camiseta negra de Severus. – Y tú tendrías que hablar con algunos de los accionistas, llevas ya 3 años en la empresa y casi ninguno te conoce personalmente.
-Ya lo sé, pero no creo que les importe quien sea mientras se haga propaganda de sus productos en la propia empresa, y haga bien mi trabajo.
-Siempre les gusta conocer a quien le están pagando los materiales.
-¿Si fuese vestido de traje me pagarían más? – comenzó a acariciar su cadera con una sonrisa en la cara.
-Eso tiene usted que hablarlo con la jefa señor Snape. – su tono de voz tenía cierto punto coqueto y juguetón.
-Pues que suerte, porque la conozco muy bien. – la mujer entre sus manos rio y lo miró, y volvieron a besarse, pero esta vez con más intensidad, la temperatura comenzó a subir y ella colocó su mano en su nuca, mientras él posó sus manos en su trasero y la acercó más. El momento estaba llegando a la sensualidad más absoluta, pero Anne cortó el momento.
-Tenemos que irnos Severus. – su voz sonaba entrecortada mientras el pocionista besaba su barbilla. – Severus, de verdad, hablo en serio. – pero su tono no era imponente para nada.
-No tenemos que ir hasta las 11.
-Tengo que ducharme. – él la miró tras dejar de torturarla y realmente quería mandar a la mierda a todo la empresa y los accionistas y estar toda la mañana metido en la cama abrazado a ella después de haberle hecho el amor, pero sabía como de importante era para ella la opinión de los accionistas y se controló.
-Cuando volvamos no te vas a escapar, lo sabes ¿verdad?
-Tu tranquilo, que cuando volvamos te lo devuelvo. – y le dio un suave beso en los labios antes de bajarse de la mesa blanca y e irse a la ducha.
No prometo nada, pero voy a intentar daros una escena tórrida o sexual antes de finalizar completamente esta historia.
DU LIEST GERADE
La familia de Severus Snape
FanfictionDurante la batalla final de la Segunda Guerra Mágica un gran grupo de extraños sujetos llegan a Hogwarts es su momento más crítico salvando multitud de vidas inocentes y desvelando el secreto mejor guardado de Severus Snape. ...