Capítulo 11

1.5K 168 4
                                    

Severus fue despertado sobre las 8 de la mañana, se le concedió una ducha rápida en un baño privado, en el que se cambió y aseó. Le llevaron un escaso y poco apetecible desayuno del cual solo tomó el café y comió los sándwiches que le había traído Violet. A las 9 fue llevado a una sala privada en la que le esperaba su hermana. 

-¡Qué buena pinta llevas hoy! Eso es bueno. - dijo Violet mientras se sentaba.

-No iba a estar todo la vida sucio y con la ropa rota. - se sentó y junto sus manos sobre la mesa.

-Muy bien, esta es nuestra estrategia. - sacó muchos papeles del maletín negro de piel que traía. - Por los crímenes cometidos mientras eras mortífago no podemos hacer mucho, pero si les proporcionamos información como posibles escondrijos o posibles rutas de escape podemos reducir la posible condena al mínimo. - Violet comenzó a mover los papeles sobre la mesa. - Por todo lo acontecido después de unirte a Dumbledore tenemos justificación suya y además Draco Malfoy testificara a tu favor. Así que estamos cubiertos en la mayor parte de los posibles cargos. 

-Sabía que eras buena, pero no sabía que tanto. - Severus lucía sorprendido, no estaba seguro del testimonio de Draco.

-Como mucho preveo una posible condena de arresto domiciliario de dos años. - la tranquilidad con la que lo dijo fue pasmosa. 

-Bueno, personalmente me esperaba el beso del dementor. 

-Como te condenen al beso del dementor les arruino la vida, tengo suficiente información como para crearles un consejo de guerra internacional. 

Severus la miró incrédulo, y Violet asintió.

-Quien nos iba a decir que el bueno de Jonathan Baker iba a estar viviendo una aventura con una tal Amelia Chester a espalda de su mujer, y que iba a estar pagándole los caprichos con los fondos internacionales para defensa. - Violet sacó dos folios muy bien guardados y plastificados de su maletín. - Caprichos como bolsos Gucci, una casa en Londres muggle, ropa de marca, o viajes por el mundo, todo ello a costa de los 9.5 millones de galeones que estaban destinados a defensa. ¿Sabes cuantos millones vio defensa? 2 millones. ¿Dónde están los otros 7.5 millones? Jonathan lo sabe. 

-¿No era un juez?

-Jonathan es el encargado de llevar los presupuestos, ahora está ejerciendo de juez porque es lo que estudió, pero no es su cargo. 

-Ahora sé a quien recurrir para arruinarle la vida a alguien. 

-Son las nueve y diez, ¿tienes alguna duda o vamos yendo a la sala?

-Yo ya estoy mentalizado que voy a terminar con alguna sentencia, sea menor o mayor algo me llevaré. - habló con resignación. - Así que poco más podemos hacer, esta gente estará decidida y preparada para darme la sentencia más alta que puedan. 

-Tranquilo, me encargaré de que no te manden a Azkaban, no podrán con tus cargos, pero en caso de que quieran sacaré el juego sucio y la carta de la prensa. - Violet se levantó y comenzó a recoger. - Pasaré toda la información que tenemos a la prensa y si es necesario también filtraré tu vida como espía. 

-Espera un momento. ¿Por qué mi vida? 

-Por que si el publico ve las dos partes de la historia es mucho más probable que empaticen contigo. - vio la cara de disgusto que ponía el pocionista. - No te lo tomes a mal, piensa que es... -pensó por un momento mientras hacia un leve movimiento con los dedos de su mano derecha. - una estrategia de marketing, te vendemos al publico de tal manera que la mayoría del publico te vea como el pobre diablo al que han estado usando de marioneta durante años, y que no va a tener ni siquiera un juicio justo. 

-No sé hasta que punto quiero que todo el mundo mágico me vea como a una pobre marioneta rota. 

-Lo querrás cuando veas lo que hace un poco de buena prensa. 

Ambos hermanos se  levantaron y recorrieron el tenebroso pasillo de celdas, al llegar a la celda de Draco Severus se paró en seco, miró al muchacho a los ojos y tomó su mano a través de los barrotes dándole apoyo. Antes de ser amonestado por los guardias soltó la blanquecina mano del muchacho y siguió su camino con actitud segura a la espera de un futuro que veía un poco menos negro que antes. Llegaron diez minutos antes a la puerta de la sala, para su sorpresa en la puerta de la sala le esperan Albus, Harry Potter y todos sus hermanos. Severus lamió sus labios antes de suspirar hinchando sus cachetes con cara de cansancio. 

-No podéis quedaros en casa ¿verdad? - el pocionista de echó el pelo limpio y sedoso hacía detrás dejando que caiga levemente por los costados de su rostro cansado. - ¿Teníais que venir todos a ver como me sentencian?

-No, hemos venido a ver como te absuelven. - Nolwenn brilla por su optimismo. 

-Como se nota que no sabes quien es el juez. Si por el fuese ya estaría en Azkaban esperando el beso. - dijo con cara amarga. 

-¿Aquí os besan? En España sé que dan libros, pero no besos. 

-No idiota, se refiere al beso del dementor, es la pena de muerte aquí. - Pablo rodó los ojos y sus piró exasperado por la simpleza de su hermano. 

-¡Hostia! ¿Tan negra está la cosa?

Severus suspiró. 

-Se me acusa de terrorismo, asesinato, conspiración contra el estado y tortura. ¿Tú que crees? - el sarcasmo y el veneno con el que se refería a sus iguales mortífagos y a sus alumnos había vuelto, pero no porque Arturo no se enterase de nada, sino porque la situación era, bajo su punto de vista límite, estaba la posibilidad de que saliera muy bien, y es la que esperaba que sucediera, y después estaba la opción de que nada saliera bien, el mismo sabía hasta que punto era capaz de llegar el ministerio con tal de cumplir sus objetivos. El pocionista observó como Dumbledore y Harry estaban hablando entre ellos en un tono de voz muy bajo apartados de todos, no sabía si era bueno o malo, pero esperaba que fuese lo primero. 

Antes de poder seguir hablando con su familia, sobre todo para entender como habían conseguido meter no solo a uno sino a tres muggles en el Ministerio de magia, las puertas se abrieron y los aurores le incitaron a entrar en la sala. 

La familia de Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora