Capítulo 5

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Severus alzó la manga de su brazo derecho y observó la hora, apenas quedaban unos escasos quince minutos para terminar el tiempo dado por Voldemort, hacía tiempo que no veía a Harry por el Gran Comedor, fue hacia el frente, se situó delante del asiento del director y llamó la atención de los presentes con un sonoro "¡Eh!".

-El tiempo se ha acabado, y Potter no está aquí. - suspiró cansado y revolvió su cabello dejándolo para atrás. - No hay que ser muy inteligente para saber donde ha ido, y me temo lo peor. - el clamor general se apoderó de todos los presentes, varios mechones volvieron a su lugar delante de su cara. - Si la información que tenemos es verídica, todos los horrocruxes han sido destruidos, por tanto, él está más desprotegido que nunca, no atacará solo. 

-¿Y qué hacemos? - el tono vacilante y asustando de una de las niñas resonó por el silencioso comedor.

-Solo se me ocurre una solución. - Severus recorrió con sus ojos toda la estancia, cerró los ojos intentando sacar fuerza y valor de donde ya no había y volvió a alzar la voz. - Esto era algo que se iba a mantener en secreto hasta que terminase la guerra, pero ante los recientes acontecimientos no nos queda de otra. - la duda se apoderó de los rostros de los presentes, mientras el larguirucho hombre se dirigía hacía la puerta trasera del Gran Comedor y la abría. - Sé que has estado aquí desde el principio mirándolo todo, así que no trates de esconderte, hazme el favor y sal, que haces falta. - el huraño profesor se apartó de la puerta y volvió a su posición original dispuesto a observar todas la caras de los presentes. Y desde luego que no le decepcionaron cundo las mandíbulas cayeron, los ojos se aguaron y la duda pasó a ser incredulidad.

Y es que no podía ser de otra manera, el longevo y difunto Albus Dumbledore estaba en frente de sus narices. Parecía que su muerte jamás hubiera ocurrido, vestido y peinado como siempre y con la amable sonrisa que lo caracteriza como mejor complemente, el anciano se posicionó al lado de Snape para soltar un simple "hola". La dureza característica de Minerva Mcgonagall se vio por los suelos cuando, con sus manos temblorosas y sus ojos mojados se acercó al exdifunto Albus y lo abrazó comenzando a llorar de emoción. La familia Snape observaba a su hermano sabiendo que aunque Severus disimulase muy bien, estaba conteniendo las lagrimas como podía. Tras el asombro inicial, la tensión regresó como una vieja amiga, y el venerado anciano habló. 

-Hay muchas explicaciones que dar y muy poco tiempo. Cundo todo acabe daremos las explicaciones pertinentes, por ahora vamos a centrarnos en qué vamos a hacer. Para empezar, estáis todos seguros que no haber visto a Harry salir, ¿no? - 

-No, yo lo vi. - Arturo Snape alzó la voz y avanzó hasta el anciano. - Subió la escaleras como alma que lleva el diablo, pero después no lo vi bajar. 

-Vale, Severus, ¿has revisado eso? - el profesor Snape negó con la cabeza. - Pues deberías ir a revisar, porque si el muchacho la tiene no tenemos de qué preocuparnos, estará bien. - antes de que el profesor Snape pudiera dar un paso un enorme estruendo se escuchó a las afueras de la construcción. 

Todos los presentes salieron despavoridos hacia la puerta de entrada, y la escena era desalentadora y desgarradora cuanto menos. Una enloquecida Bellatrix Lestrange entraba bailarinamente en el patio del castillo mientras cantaba, a su lado Rubeus Hagrid caminaba sucio y apaleado mientras emitía un llanto desgarrador y ensordecedor con el cuerpo de Harry Potter entre sus manos, la horda de mortífagos sonrientes seguían su líder, el cual estaba pletórico ante las estampa que observaba. Una sucia y destruida Ginny Weasley calló al suelo vencida por el llanto, Ron quedó estático y Hermione lloraba en silencio abrazada por una dolida profesora Mcgonagall que tampoco encontraba consuelo. Con los ojos platos Severus agarró a su hermano Arturo del brazo y lo contuvo de hacer alguna de sus majaderías, mientras su corazón se apretaba en su pecho, lo vio crecer, lo vio mejorar y ahora le tocaba verlo morir, y eso le destrozó por dentro. Nació en el un dolor punzante, constante y agónico, de esos que destrozan a cualquiera, que hacen imposible contener el dolor en nuestro interior mientras forman un nudo en la garganta que te ahoga y no te deja hablar, no os confundáis, Severus Snape no era un sentimental, pero era consciente de que Harry solo era un niño, un niño condenado a una vida que no tendría que haber vivido, un niño en el que depositó una carga que no le pertenecía, todo el mundo mágico apoyó en sus frágiles hombros su esperanza, y ahora esa esperanza yacía junto al cuerpo sin vida de Harry Potter. 

-Uy, mira al pobre Severus, llorando por el hijo de su putita muerta. - la voz burlona de Bellatrix Lestrange le taladró la cabeza, y deseó asestarle un tiro en su fea cara él mismo. - Sev, no te pongas así, mira el lado positivo, ahora está con su mamá. - mientras la risa desquiciada de Bellatrix resonaba por la escena Severus respiró hondo buscando calma para no agarrar un arma y matarla él mismo. 

La serpentina figura de Voldemort  avanzó hasta la mitad del patio mientras el apena Hagrid era rodeado de Mortifagos.

-¡Harry Potter ha muerto! - los vítores sonaron solo por un lado del campo de batalla. - Antes los recientes hechos, espero vuestra solemne rendición. Tenemos sitio para todos vosotros. - risas acompañaron esta estas declaraciones.

Neville avanzó al centro de la escena, Voldemort y sus seguidores no disimularon su sorpresa. 

-¿Cual es tú nombre?

-Neville Longbottom. 

Las risas estallaron casi de manera instantánea ante las miradas incrédulas de los alumnos, la cara de Neville no era de derrota y mucho menos de sumisión, con el sombrero seleccionador en su mano izquierda el tímido y bueno de Neville Longbottom tenía la mirada de un león furioso acechando a su presa. 

-Neville no- la voz de alguien se alzó.

-En lo que lleva sucediendo esta mierda hemos perdido amigos, hermanos, padres y a Harry, pero no han muerto en vano, nadie se ha ido en vano. - su mirada se centró en la serpentina figura de Voldemort. - Pero tú, tú si que morirás en vano, y cuando esto acabe no quedaran de ti ni los restos, te convertirás en polvo y desaparecerás, y cuando eso pase solo se sabrá lo que fuiste, un mestizo loco y genocida con pretensiones inalcanzables. - y de un certero movimiento sacó la espada de Godric Gryffindor del sombrero seleccionador. 

Antes de que la temida Nagini pudiera completar su ataque, el cuerpo de Harry Potter se revolvió y saltó de los brazos de un sorprendido Hagrid, a la vez que un desaliñado Draco Malfoy corría hacia el centro de la escena y lanzaba su varita en dirección al joven de gafas el grito de "¡Toma Potter!", mientras su madre gritaba su nombre y el de su padre desesperada por escapar de allí como muchos otros desertores. 

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Buenos días, ¿Qué os parece la historia? Somos solo unos pocos pero me gustaría saber vuestra opinión, por el momento voy a hacer la historia lo más fidedigna posible, pero llegará un punto en el que la historia tome un rumbo marcado por mi, más bien por vosotros. 


La familia de Severus SnapeWhere stories live. Discover now