Capítulo 20

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Dos días para la boda

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Dos días para la boda

Todos se reunieron alrededor de la fogata para cocinar malvaviscos asados y charlar. Kaia y Hope relataron cómo había sido la fogata del pasado, que recordaban con mucho cariño porque marcó los últimos días de su juventud, antes de que otras responsabilidades como la universidad y el trabajo tomaran prioridad en sus vidas.

Las anécdotas graciosas y los chismes del pasado también formaron parte de la ronda alrededor del fuego. Arden estuvo atenta, aunque su mirada se distraía siguiendo a Rhys, sentado a su lado. A veces jugaba con uno de los mechones largos de su cabello y, otras veces, acariciaba el pulso en su muñeca, bajo su pulsera roja.

Arden sabía que eran gestos automáticos para pretender su relación, pero sentía tal familiaridad en su roce que su corazón golpeteaba con fuerza, sin parar. No solo era su calidez, sino su delicadeza. No pudo evitar pensar en su beso: en cómo sus manos acariciaron su piel o cómo sus labios se amoldaron a los suyos. Sus mejillas se calentaron e intentó disimularlo comiendo poco a poco su malvavisco asado.

A media velada, Vance y Hope se levantaron para dar un paseo por el bosque. Enfilaron el sendero hacia la orilla y Arden escuchó la risa de la mujer. Seguramente se toparon con el bote de remos. Todos siguieron conversando alrededor del fuego, para darles privacidad.

Después de todo, la primera vez que una pareja se decía «te amo» debía ser un momento íntimo y emotivo para ambos; no necesitaban una audiencia, solo sólo el uno al otro. Arden esperaba que pudieran disfrutar de ese momento, recordar el pasado y afianzar sus sentimientos.

El hilo de Eros entre ellos continuaba roto, pero no se había desvanecido. Eso era una buena noticia: había. Había una gran posibilidad de que se uniera otra vez después de la boda. Era solo una teoría, pero era su mejor opción. Además, Hope y Vance se amaban. Si Cupido fue su emisario, probablemente eran almas gemelas y merecían que su amor no se desvaneciera por un error que no era suyo.

Arden suspiró.

La noche avanzó con calma. Otros invitados llegaron y se pusieron a beber. Jesse tenía a las damas reunidas y platicaban entre ellas; parecían emocionadas, aunque ella no podía intuir la razón. Rhys permanecía a su lado, pero estaba hablando con Idris sobre ajedrez.

Ella bostezó y recostó la cabeza contra su hombro. En lugar de apartarse, Rhys le rodeó la cintura con el brazo y la acarició. Arden cerró los ojos y dejó que el viento y los sonidos de la naturaleza la adormecieran. Podía sentir la suave vibración de la voz de Rhys contra su cuerpo, transmitiéndole calma.

Permanecieron así hasta que Hope y Vance regresaron. Idris se excusó un momento, dejándolos solos. Ambos observaron a la pareja de novios, desde lejos; sus manos estaban entrelazadas y sonreían.

—¿Qué crees? —murmuró ella.

—Creo que se ven felices y se casarán en dos días. Entonces su hilo se unirá, su amor continuará y todo habrá terminado.

Cómo unir un amor incompleto [TERMINADA]Where stories live. Discover now