026 ✧ Distracción

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Días pasaron y de a poco la pareja más inesperada comenzó a compartir sus salidas con un nuevo tinte entre ellos. En público se resguardaban para protegerse y avanzar al ritmo que desearan, sin apuro y a pasos seguros solo en sus departamentos atreviéndose a besar o abrazar.

La sensación de estar en una nube y flotar era usual en Miko, en muchos momentos viéndolo y perdiéndose en el pensamiento de que era increíble que las cartas al final jugaran a favor. El primer hombre que logró mover sus sentimientos le correspondía y no se espantaba de su pasado o parecido con Orochimaru, el que supiera la historia siendo una gran ventaja al no deber preocuparse de contársela en el futuro.

Hinata fue la primera en enterarse, definitivamente mereciendo aquel honor luego de verla en tal mal estado. El secreto con ella estaría más que seguro y tendría a alguien con quien conversar cuando necesitara una segunda opinión, las buenas noticias también provocando que la Hyūga seriamente considerara expresar sus sentimientos al Uzumaki.

Por su parte, Kimimaro dedujo lo sucedido apenas notó que en su rostro y aura no existía ningún conflicto. Al pasar preguntó sobre la cuestión y se adelantó a que ella pudiera confesar que ahora estaba con el Jonin, sin problemas asegurando que su boca estaba sellada y actuaría indiferente cuando estuviera alrededor.

—¿Así que solo lo adivinó? —preguntó Kakashi enarcando una ceja.

—Siempre fue perceptivo, especialmente con la gente cercana a él —suspiró negando, con un pequeño movimiento acomodándose mejor en el sillón.

—¿Cómo ha estado? ¿Lo envían a misiones solo?

—Si, ya se incorporó del todo al plantel ninja —asintió con una pequeña sonrisa, sus ojos bajando a lo que sostenía—. Desde que te conozco siempre lees los mismos libros, ¿no te los sabes de memoria?

—Jiraiya tarda en publicar nuevos tomos y su forma de narrar me gusta —explicó volteando el objeto para ver la cubierta.

—¿Ningún otro libro erótico te interesa? Deben haber más escritores—comentó con intriga.

—He indagado, pero... —movió los hombros torciendo apenas la boca.

—Vaya —soltó sorprendida, en ningún momento pensando que algo tan bueno saldría del Sannin—. Deme uno, quiero saber como son.

Kakashi le miró en blanco y claramente dudó, de alguna forma queriendo crear una excusa y no teniendo éxito.

—Um...

—Si no es por usted, será por otra persona —advirtió, ya que era algo que se podía conseguir en cualquier librería de Konohagakure.

—Cierto, pero, ¿lo leerás aquí? —preguntó nervioso.

—Solo será un vistazo —explicó con calma en el proceso de levantarse y acercarse a su sillón individual—. ¿Por favor?

Sabía que al hombre le era difícil negarse a cualquier pedido que tuviera, pero desde ya podía apreciar como surgía la vergüenza y el miedo a ser juzgado. Inclinó la cabeza y le acarició la mejilla con cicatriz, el gesto reconfortándolo hasta que ella se inclinó a besarle la frente, el pómulo y luego los labios.

Automáticamente cerró el ojo libre y disfrutó de esos delicados toques, al separarse viendo como ella sonreía con el libro en manos.

—Es la recompensa por prestarme tu tan preciada posesión —explicó con un veloz guiño volviendo a su lugar.

—Juegas sucio —dijo antes de levantarse a buscar otra cosa para entretenerse.

—Yo juego sucio y tú tienes una mente sucia, somos perfectos para el otro —bromeó viéndolo caminar a un mueble, de espaldas negando e ignorando el comentario.

𝐂𝐎𝐋𝐌𝐈𝐋𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎Where stories live. Discover now