Capítulo 16.

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Todo y Nada.

Isabella.

«Recordar las estrellas brillantes, y los suspiros calmados de aquella alma relajaban mi cuerpo.
Y es que a veces me preguntaba, ¿por qué yo?

¿Por qué las personas buenas deberiamos sufrir los pecados de otros? Es difícil decir que tienes un ambiente pacífico cuando es todo lo contrario.

Mi alma, mi cuerpo y mi ser lloran cada noche por la culpa y el dolor.

Por la culpa de no ser suficiente.

Y por el dolor de ser egoísta con mi felicidad.

Aquella persona siempre me recordaba lo fuerte que era pero ahora, ya nadie me dice que todo pasará en algún momento. Ya nadie tiene el coraje de ayudarme a llorar.»

Siempre tuve una mala relación con el frío, aceleraban mis nervios y mis sentidos agrandaban. En estas épocas todos prefieren salir y disfrutar de una taza de café o algo parecido pero yo solo quiero quedarme en cama y dormir hasta vea alguna luz proveniente del sol.

Era inminente saber lo que se venía para mí después de varias faltas y despreocupaciones en la universidad.
Aquello debería ser mi primera responsabilidad pero me deje llevar por el cansancio y dolor.
Supongo que los proyectos extras son bien merecidos en este caso, asi que con toda mi derrota debía dejar algo.

Si por mí fuera, llegaría a este lugar con los ojos vendados y con un camino recto.
Pero antes que todo me aseguré que él estuviera allí, abrí despacio la puerta y sonreí al ver su sonrisa sofisticada.

—Creo que llegas muy temprano —este fijo sus ojos en mí.

—¿No me quieres aquí? Es que, soy tu secretaria... ¿Verdad? —me incline mas hacia la mesa.

—Sabes que no quise decir eso... —pude sentir su voz de preocupación.

—Lo sé, solo estoy jugando pero venía a decirte algo.

—Algo... ¿Algo bueno o malo? Yo también queria hablar contigo.

En ese momento me sentí tan irresponsable que deseé retroceder el tiempo para no quedar mal.

—Creo que es mejor renunciar — suspiré detenidamente para escuchar algo de su parte.

—¿Por qué? —su pregunta fue mínima y recolecte todas las principales causas de mi renuncia.

—Bueno, para empezar mi padre falleció y no me siento tan bien, por lo que eso me hizo despreocuparme de la universidad, mis metas, mi mamá y mi vida social. Además creo que tu necesitarás a alguien más dedicado a esto, sobre todo cuando empezaste una nueva empresa.
Realmente ya tengo suficiente con tu hermano, y su absurdo artículo... Solo necesito volver a ser yo —espere a que me entendiera—. Quiero volver a ser una persona más que trata de aportar algo para el mundo.

—Quieres tener una vida normal —bajo su mirada observó los papeles que estaban bien acomodados.

—¡Sí! Yo quiero eso y en serio lo necesito.

Estiró sus manos para deslizar los papeles y con máximo cuidado lo empecé a ojear.

—Yo también quiero eso y de hecho lo quise desde que me propuse algunas metas pero no es malo sobresalir al menos un poco... Y ahora mismo, te toca sobresalir.

Levante las hojas y leí aquel título que rondaba en mi cabeza durante un largo tiempo.

—¿Qué es esto? —indague.

El Camino A Mi FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora