XIII. 𝐋𝐀𝐓𝐈𝐃𝐎𝐒 𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎𝐒 (𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋)

81 9 7
                                    

Tsubasa y Wakabayashi terminaron en el mismo bosque donde el azabache fue asesinado. Estaban totalmente solos, aunque de todas formas si hubiera más personas, no podían ser vistos debido a que estaban muertos.

─Aquí fue donde Sanae me asesinó─ dijo el azabache, mirando a su alrededor.

─Ya veo. Lástima que moriste en un lugar tan lindo.

─¿Pero sabes qué? No me arrepiento de nada. El Más Allá fue muy divertido, y me siento bien conmigo mismo al haber ayudado muchas vidas a alcanzar el cielo─ se tocó el pecho─. Quizás no logré convertirme en jugador profesional antes de morir, pero al menos hice muchos amigos y jugué fútbol con toda mi fuerza. Hice una excelente combinación con Misaki y conocí muchos rivales fuertes, que era parte de mi sueño.

─¿Dices que al jugar los partidos de fútbol pudiste haber desaparecido?

─Sí, justo como Misaki, pero creo que aún no me sentía en paz sabiendo que no podía recordar mi pasado y la forma en la que morí.

─Ya entendí. Te faltaba eso.

─Exacto. 

─¿Pero ahora no recuerdas nada de tu vida?

─Mientras nos teletransportábamos, recordé todó. Vivía con mis padres, mi padre era capitán de un barco y mamá era ama de casa. Yo vivía jugando con mi balón de fútbol, que me salvó la vida una vez cuando apenas tenía un año.

─¿Cómo un balón de fútbol puede salvar tu vida? Sin ofender.

─No ofendes. En fin, yo jugaba con él, y mis padres no me prestaron atención por unos segundos, y yo terminé en medio de la calle, justito venía un camión...

─Ay no...

─No pasó nada grave. El balón que tenía en mis manos absorbió el impacto y reboté hacia la otra vereda.

─Wow. Suena como salido de una serie de ficción.

─Bueno, en este mundo pasan cosas locas, Wakabayashi─ rio.

─Claro. Pero fuera de esto, tú sí tenías una vida feliz, a diferencia de la gran mayoría de los otros.

─Sí. Aunque no tenía casi ningún amigo porque todos me veían como a un loco solamente por andar detrás del balón veinticuatro siete, pero no me importaba, porque mi balón de fútbol era el único amigo que me interesaba tener. Claro que si alguien quería ser mi amigo, yo con gusto lo aceptaba, más si era alguien apasionado por el fútbol como yo.

─Totalmente entendible. Yo tampoco tenía tantos amigos. Creo que los únicos "amigos" que tenía solamente se juntaban conmigo porque yo era millonario.

─Vaya, qué mal. Odio a esas personas que se reúnen contigo por algo material que tengas, y no por tu persona.

─Sí. Ah, por cierto, sabes la muerte de todos excepto la mía, y eso que somos mejores amigos─ rio avergonzado.

─Siempre tuve curiosidad por saber tu historia.

─Pues te la contaré ahora mismo.

─Soy todo oídos.

─Muy bien. Primero tengo que contarte cómo era mi vida.

─Okis.

─Yo tenía padres, pero creo que como a los dos años se fueron (supuestamente por un tema de trabajo), pero al pasar los años, sin recibir mensajes de ellos, cartas o incluso una maldita visita en estos diez años que no los vi, empecé a darme cuenta de que tal vez no me querían─ bajó la mirada.

𝗟𝗔𝗧𝗜𝗗𝗢𝗦 𝗘𝗧𝗘𝗥𝗡𝗢𝗦 ❱ Capitán Tsubasa ✔Where stories live. Discover now